200 REPERTORIO AMERICANO rado aquel prodigio. Podrían creerle ensombrecía ya del todo la campiña. agua de que te hablo, no es como el a ella, amante y pecadora?
La tarde había muerto. La visión se agua de los pozos, ni de los rios, ni Sarahi toma su cántaro y vuelve había desvanecido. Pero los hermo de los mares. Quien la toma cree, y a seguir por el angosto sendero re sos ojos de la Samaritana contem quien cree será salvo. gado de albos lirios que perfumaban plaban aún la blanca figura de Jesús, más el ambiente. El viento agitaba y el eco de aquella voz misteriosa Oro y Azul mucho las altas palmeras. La noche resonaba en sus oídos diciéndole. El San José. Costa Rica, 1926.
Espera Hermano, antes que estén tus cabellos plateados, y antes que los rosales florezcan nueve veces su sandalia callada pisará los caminos de este mundo demente.
En este siglo de hambres, de guerras y de peste ¿cómo no en flotar su túnica celeste?
Antes que pasen estas bellas batallas tormentosas y que las llamaradas de los rencores cesen, caerán en las tristes cabezas de los hombres sus palabras celestes.
Antes que al mundo vengan los hijos de mis hijos, y antes que yo me vaya camino de la muerte, El abrirá las puertas de todos los misterios con sus ojos ardientes.
Hombre del mundo, escucha el lejano rumor de sus pasos que se oye cuando va a amanecer, y mira su palabra en la santa humildad del pan y de la miel.
Yo ya siento venir sus palabras mejores, en el surco, en el agua, en el pan, en las flores, en las buenas acciones y en las almas sencillas. tengo mi pequeño corazón de rodillas.
Dicen las Escrituras que cuando Cristo vino ninguno lo sintió pasar por el camino.
La gente lo miraba, y no lo conocia. Estaba ciega, ciega, bajo la luz del dia!
Hija mia, más suave que una caricia leve, más pura y transparente que el agua de la nieve. no quiero que tú puedas cerrar tus manos ante su mano suplicante.
Porque puede llegar un dia de tu vida, dia tedioso y largo sin angustia ni afán, en que llegue a tu puerta un mendigo, y te pida un pedazo de pan. si tú en ese breve momento de tu vida, te hallaras distraída, sin fijarte en su humilde mano abierta, y sin oir las voces de tu corazón fiel, volverías la cara, cerrarlas la puerta iy podría ser EL!
Escúchalo venir en la inmensa inquietud de nuestro corazón que no quiere morir, y en el dolor del mundo que llora de hambre y sed, contempla su perfil.
Con el pecho rasgado por la lanzada oscura, la boca todavía húmeda con la hiel, la corona de espinas sobre las sienes albas, iva a bajar de la cruz Jesús de Nazareth!
Nuestras noches son rojas, negros son nuestros días. Se están cumpliendo todas las santas profecías!
DANIEL DE LA VEGA (El Mercurio, Santiago de Chile. 99 Dioses sois Somos el aire y la tierra y el fuego, somos la eterna y divina potencia, clave de todo el profundo secreto que en los espacios los mundos sustenta. Somos el aire y la tierra y el fuego!
Desde el principio hasta el fin recorremos, como las aguas que van a los mares: las apariencias nos cambian los medios; vidas y muertes y renacimientos, desde el principio hasta el fin recorremos. Todo lo creado es un sabio concepto!
Surgen del Caos las formas, las leyes rigen de un modo divino y perfecto. Todo lo creado es un sabio concepto, nada en sí mismo es impuro y abyecto!
Fuego divino robó Prometeo, fuego que nunca sus llamas apaga, Dios hecho carne que vive en mi cuerpo!
El es la llama que va en mi conciencia, y abre sus alas en el caduceo sobre la espira de doble serpiente!
Carlos Luis SAENZ ¡Nada hay más hondo que nuestro silencio!
Noches eternas de soles extintos son una sombra y un vago reflejo. Nada hay más hondo que nuestro silencio. Somos compendio de todo el misterio: Dante traspasa el umbral de la muerte; de los infiernos subió hasta los cielos. Somos compendio de todo el misterio. Luz y potencia nos vienen del Verbo!
Voces de océanos, fragor de tormentas no se comparan con el pensamiento que ata y desata los cósmicos lodos. Luz y potencia nos vienen del Verbo! San José. Costa Rica. 20 XI 921. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica