REPERTORIO AMERICANO 293 En la tierra de Renán Un día no lejano Maurice Barrés lan La gran piedad de las la colina, vió a los ingleses y no dejó zó un grito de alarma con motivo de matar a su pueblo.
la manera irrespetuosa con que se iglesias de Bretaña. Al rededor de su capilla crecen los trataban los templos, al aplicar en helechos, y con esos helechos hizo las parroquias de Francia la famosa más de diez mil soldados que impiLey de separación de Waldeck Rousdieron desembarcar a los ingleses, y.
seau, y hasta llegó a hablar de vanasí, los piratas huyeron. dalismo. Briand. Jefe del gobierno mu entonces, contestó en la Cámara victoriosamente a Barrés.
Los Calvarios conmemoran algún Si Renán viviera sería él, estoy dones. víctimas del olvido del senti gran beneficio recibido de los Santos, seguro, quien levantaría hoy no un grito sino; un clamor elocuentísimo en miento religioso y del espíritu nuevo, y, a veces, son también erigidos en favor de las pobres iglesias de Brecomo desaparecieron, uno tras otro, señal de protesta o reparación de altaña, que ven, en medio de la indiferencia general, agrietarse sus muros que hicieron digno al hombre y la inauguró en Tréguier la estatua de Renán se levantara uno lujoso, pero vida encantadora.
sin que nadie pueda juntarlos ya, caer de sus techos las pizarras, que ninguno Los viejos santos, llenos de bondad, igual en su forma a todos los demás, querrá alzar y volverlas a su puesto, que consolaron a los hijos de la Brecosteado por los vecinos piadosos, que taña en mejores tiempos, se van para son la mayoría, y al decir piadosos y desbaratarse sus puertas a fuerza de estar siempre abiertas a la intemsiempre, y con ellos las casas de no quiero decir católicos, porque aquí perie, Las torrecillas casi no se ven oraciones, tan dulcemente descritas hay religión vernácula. Los buenos santos bretones son tan numerosos del liquen y la hiedra y las campanas por Renan, y, para castigar a sus fieparecen tiritar de frío. Estatuas de les ingratos, como las arenas del mar, y se llaman San Yvo, San Jorand, San Mathurin, santos, bajo relieves, obras de talla,. le rêve celte au front, San Brieuc, San Tugdual, San Lubín, capillitas y altarcitos oscuros donde Et, essuyant les yeux avec leurs barbes, San Meen, San Libertin, San Houartántas generaciones de aldeanos bregrises, niaule; etc.
tones se postraron, que fueron el orDans leurs anges de pierre ils se rembarAl frente del Calvario de Reparagullo de la comarca, el alma y la queront.
ción están las estatuas, de piedra de belleza del paisaje, todo va desaparealgunos de esos santos, y, en medio, ciendo, y es conmovedor ver penetrar aún a esos santos recintos, que ameY con las iglesias se acaban también una gran cruz, también de piedra, con el Cristo. su lado, los dos ladrones, nazan ruina, a las sencillas campesinas, los Menhires y los Calcarios, monuy al pie, María, Juan, el centurión y las fieles a la religión de sus padres.
mentos característicos de la Bretaña. santas mujeres, y en todo el monumenDentro de poco tiempo la Bretaña Los Menhires son piedras grandes y to nada que haga siquiera alusión al no será ya el país pintado por su gran largas clavadas en la tierra, general sabio cuyas ideas no se aceptan, nada poeta Brizeux: mente en lugares altos, y cuyo origen que pudiera rozar ligeramente la suses druídico, los más antiguos habitanceptibilidad de sus parientes, admites de las Galias. De ellos hay muPays de bruyéres, de bois, radores o amigos.
chos célebres: el Menhir de Penvera, De chapelles sans nombre et de petites croix Delante del gran pedestal del Calde Trebeurden, de Plougrescant, etc. vario, por toda inscripción, estas paLa Revolución, que fué un terremoto todos con su respectiva leyenda.
labras en latín, bretón y francés: Quizás, como imitación, vinieron en en este país, ha continuado su obra silenciosamente, Hacia París desfilan la época cristiana, los Calvarios que Tere hic Homo Filius dei erat se ven por todos los caminos y verevagones repletos de piedras antiquiS. Marc. XV, 39.
simas, muebles, retablos, estatuas, todo das de Bretaña, y de los cuales los impregnado de un aroma de poesía y más famosos, los más dramáticos, son En Girione an den ze e oa mab daue.
los de Guimilian, Pleyben, Plougon Cet homme était vraiment le fils de dier.
de fe; santos tan hechiceros en la tosca e ingenua rusticidad que les dió su ver, Tronoeu Penmars y de PlouEn verdad, este hombre era el hijo de Dios.
escultor, tan curiosos por la expresión gastel, que hacen desfilar, en sus peétnica de sus tipos, y que, fuera de destales, y a la sombra de la cruz, su propio ambiente, lejos de sus camlas panateneas cristianas.
pos y de los buenos labriegos que los Otras veces los Calvarios acompañan Quizá, en tiempo no lejano, cuando adoraban en mudo arrobamiento, irán a las iglesias, pobres iglesitas bretonas otros viajeros vengan a Bretaña en busca de las huellas de Renán, no a enriquecer un museo de antigüeda bajas y como agarradas a la tierra para podrán ya ver, como aún he visto, des, o la colección de un estragado mejor resistir el furor de las tempesmillonario que jamás comprenderá la tades. Así es la que se alza en Puerto encantado, el Minihy, o iglesita de San inefable ternura que inspíraron en Blanco, construída en el siglo xvi, y Ivo, con su lindo cementerio florido seres pobres de cosas materiales, pero consagrada a Notre Dame du Porty las piadosas bretonas pasar, de roricos de bondad e ilusión que, quizá, Blanc. Una vieja canción la canta así: dillas, bajo el mausoleo del santo, pidiéndole mercedes. Ni verán la Torre vale más que todo. Siete navíos, que bogaban a la par, de San Miguel, solitaria en la campiña, Por miles se cuentan las iglesias dejaron el puerto de Londres e hicie cuyas campanas aún van a Roma el de que no existen ni ruinas y por mi ron vela hacia la Baja Bretaña, com jueves santo, volando y repicando por les las que apenas se tienen en pie y el designio de desembarcar y de pasar el aire, y con los mismos trajes bordiariamente van cayendo en pedazos. a cuchillo al pueblo.
dados que les pusieron el día de su Desaparecerán los antiguos santuarios. Pero Nuestra Señora Maria de bautismo. Ni nunca más verán, en el de la Bretaña. el país de los Par Puerto Blanco, que tiene su casa en Oratorio de San Guirec, en Plouma1 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica