Anarchism

104 REPERTORIO AMERICANO Alfredo Palacios y la nueva Universidad L nombre de Alfredo Palacios suscita en el espíritu, una emoción americana. Los jóvenes lo sentimos tan nuestro en México, en el Ecuador o en el Perú. Su gesto gallardo, de apóstol de una nueva fe y su palabra que proclama siempre la justicia, no tienen barreras en nuestra América. Hacen pensar en el esfuerzo batallador de los románticos libertadores, para quienes no había fronteras.
Desde el fondo de la raza, la sangre heroica creaba la familia iberoamericana.
Los ideales del maestro, sobre la nueva universidad, son trasuntos de la inquietud de una hora histórica. No los propugna por el placer personal de llamarse lider de la campaña. Palacios ha comprendido que ni la obra subterránea del fenomeno económico, ni la acción social de la gran masa, es suficiente para crear la historia.
Para que se cumplan los altos destinos de nuestra cultura y de nuestra raza, hay que des.
plazar el espíritu renovador hacia las universidades. Ningún pueblo puede prescindir de ellas, desde que son la más alta expresión del pensamiento. Pero ninguno puede conformarse a verlas convertidas en trincheras, donde se refugia el pensamiento muerto. Después de la guerra, todas las casas de estudio han querido seguir el ritmo de Alfredo Palacios los acontecimientos. Unas se han puesto a la altura de su misión, pero rechacen las ideas del maestro, por impracotras no han podido romper con el ánima ticables. Si el malogrado doctor Osma hude la colonia. en este dilema trágico, biese observado la admirable obra renova.
urge decidirse por el perfeccionamiento, si dora de la universidad de La Plata, no haes que no queremos contrariar la propia bría discutido pesimistamente los ideales finalidad de la vida. Por eso, en trance tan del Doctor Palacios. La Universidad, como grave, Palacios no quiere callar y, como centro de investigación, con seminarios, mutodo verdadero maestro, señala el nuevo seos, laboratorios y bibliotecas no es, nacamino a la juventud. Abstenerse, pruden turalmente, un organismo abstracto que no temente, sería una traición imperdonable pueda ser creado por nuestro entusiasmo y del hombre que encarna ideales iberoame nuestra tenacidad. Me parece, por eso, que ricanos.
el último libro de Palacios no se dirige soPocos hombres, en nuestra América, han lamente a los estudiantes. Su objetivo és puesto su pensamiento, sistemáticamente, a más amplio. Quiere suscitar un entusiasmo, favor de la nueva universidad. Tal vez. una fe, un nuevo espíritu, en los viejos proCharles Eliot, Enrique Molina, Rodolfo Ri fesores, conformes y tranquilos con sus anvarola, Joaquín González, Vaz Ferreira, tiguos métodos.
Pedro Marotta, Brenes Mesén y media do Recorramos, suscintamente, la trayectoria cena más de distinguidos profesores. En del pensamiento de Palacios, en su obra este sentido, Palacios es el creador del Lá Universidad Nueva.
plan orgánico de la universidad, que la juventud. anhela para nuestros países. No La universidad colonial, dogmática y verpropicia, desde luego, un proyecto románti balista, no es solamente un patrimonio de co o el producto teórico de meditaciones la vieja Europa. América la tuvo y aún.
de gabinete. Palacios proclama la reforma hoy todavía, trata de sobrevivir, defendieny actúa sus conquistas en la universidad de do la tradición y oponiéndose a las conLa Plata. Su bandera no ampara utopías, sino quistas del pensamiento nuevo. La univerrealidades. Conviene poner en relieve este sidad de Córdoba, fué la conspicua reprehecho, para que los profesores del Perú, no sentante, en la Argentina, del pensamiento teológico. Con rara fidelidad, desde 1592 siguió la huella que le trazara el reverendo Fray Fernando Trejo y Sanabria. No quería traicionar las sagradas intenciones de su fundador. celoso del bien espiritual de sus ovejas que no limitaba su celo, solo a los españoles, sino que lo extendia a la gente más soez, como indios, negros, mulatos, etc. Con la universidad de Córdoba ¿ganó la cultura, la ciencia. Se removió, tal vez, las profundidades de la vida para hacerla avanzar por un sendero de bien o de belleza? La obra de las instituciones se mide por su acción trascendente y creadora. Cuando el futuro percibe la palpitación cercana del alma de otros tiempos, es porque las generaciones anteriores modelaron su obra con formidables proyecciones hacia el porvenir. He ahí la diferencia con la rutina, el prejuicio, la tradición inconsistente que, por su ineficacia, no resisten a la discusión o a la libre crítica. Deja algo perdurable la vieja universidad cordobesa, engolada y llena de pergaminos, que dirian «ilustres» los que no concíben mejor vida que la de otros tiempos? Nada importante, de lo cual no pueda prescindir la historia. Pero entonces ¿dónde está la médula y la prosapia de su acción. Queda algo que pueda servir a la felicidad de los hombres?
Alfredo Palacios dá la respuesta relatándonos los aspectos más saltantes de su estructura intima. Todo el esfuerzo de doctores pedantes y alumnos linajudos, se resolvía en la obsesión por teologizarse y resumir «escolástica. hasta por los poros de la piel.
Se armaban caballeros de la palabra, para esgrimir las armas del silogismo y del sofisma. Nadie quería estudiar la realidad y ensanchar sus conocimientos para ponerlos al servicio del bien. Lo interesante era vencer al adversario, no con obras, sino con palabras. Esta esterilidad clamorosa, de los doctores de «sotana y capirote. los conducia a preocuparse de lo exterior, de la superficialidad mediocre y árida del verbalismo. Sin finalidades fecundas, dictaban ordenanzas estúpidas. San Alberto dió, con espíritu grave, una disposición cómica. Ordenó que los estudiantes llevaran sotana dentro y fuera de la universidad. Los encargados de cumplir el estatuto tenían derecho para penetrar, en cualquier momento, a las casas de los alumnos, para convencerse de si llevaban la indumentaria clerical.
Esta ánima infecunda, que no cumplió una misión social, se extiende hasta el período republicano. Después de la anarquía, en que (Pasa a la página 106. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica