Socialism

Tomo XII REPERTORIO AMERICANO Núm. 20 San José, Costa Rica 1926 Sábado 29 de Mayo 300 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA. SUMARIO: Tomás Meabe, por Luis Araquistain, Joaquin de Zuazagoitia y Juan de la Encina. Las cigüeñas de Tomás Meabe, por Luis Bello. Aguilucho y Caracol o el animal infeliz, por Tomás Meabe. La tumba de Cuautémoc, por Rafael Heliodoro ValleRecordando a Delmira Agustini, por Clara Diana. Palique, por Eugenio Ors. La enseñanza rural, por Santiago Vicuila Subercaseaux. Musas itálicas. Carta, por Alberto Brenes. La lavandera, por Salas Pérez. LA EDAD DE ORO (Con Lecturas para niños. Poesias, de Simón Latino. Observaciones a la Real Academia Española, por Felipe Ibarra. Anadiomena, por Angüelos Sikelianos. Bibliografia titular. y el hambre. todo con qué tura en el cementerio civil silencioso heroismo! Poco antes de Madrid van ahora a Bilbao de la guerra europea volvió a los despojos de Tomás Meabe.
España a morir. Sentía su tierra, Aunque no del todo desconocisu lengua, su pueblo; padeció do en vida, sólo a partir de su el destierro como un desgarramuerte es cuando empieza a ser miento. Estaba mortalmente herireconocido verdaderamente. Se do, como la golondrina de su adelantó a su tiempo. La con. parábola. Se detuvo unos meses ciencia humana es lenta, perezoen las cercanías de Miranda de sa para los nuevos valores. Está Ebro, aconsejado por su frademasiado llena de reliquias del ternal amigo José Madinaveitia, pasado. Luego no quiere que otro gran inadaptado, otro gran perturben su digestión soñolienromántico del socialismo espata. Meabe era una novedad y ñol, que también se adelantó a un perturbador en aquel su Bilsu tiempo y a quien el tiempo bao de las tradiciones y de los habrá de hacer justicia, por hapingües negocios. Novedad como berse dado integro, como un escritor, y perturbador como somártir clásico, a una idea de cialista. Su prosa personalísima, perfección y a una acción incede gran poeta y gran satirico sante de humanidad, como médi dos cualidades que van freco de almas y de pobres cuer cuentemente unidas henchida pos dolientes. Alli, junto al Ebro, de imágenes y de dardos, de convivi con Meabe hasta que poesia y de pasión de justicia, la guerra me volvió a sacar de hacia sonreír entonces a la orEspaña, y allí, junto al gran rio todoxia literaria de los pequeibérico y entre las ópimas huerños cenáculos bilbainos. Sólo tas que ferlitiza con su linfa, Unamuno, Juan de la Encina y oia a diario la dulce música de pocos más ponían oído alerta a su palabra y me deleitaba conaquella voz heterodoxa en su templando con los ojos de la estilo y en su pensamiento.
imaginación la impalpable arquiTambién desconcertaba a los tectura de sus sueños, de aquelectores de La lucha de clases, llos hermosos sueños de conque dirigió durante unos años.
vivencia en un falansterio de Su ideologia no era bastante fraternidad y belleza que el prosistemática. Su lenguaje se salía de había nacido seguramente de una sen yectaba construir en aquel paraje ribclos tópicos corrientes. Más que las sibilidad hiperestésica para el dolor hu reño. Era su canto del cisne. Luego, ideas abstractas le interesaba el dolor mano. Murió de sufrir por los demás. ya desahuciado, se refugió en Mainmediato de los hombres. No era haber nacido con alma de señorito drid, a prepararse para su muerte un intelectualista, no era eso que se hoy viviría aún lleno de salud, for. socrática, serena e irónica, de hombre llama un pensador, ni tampoco un mando parte de varios Consejos de que supo vencerla con su espiritu hombre de acción. Su mundo era el administración. menos que hubiera hasta el momento mismo en que coensueño y la emoción humana. Soña reventado de una comilona o en al menzó a desorganizarse su materia; ba en una sociedad más perfecta y guna desenfrenada carrera de auto en aquellos días en que afectuosasufría incluso fisicamente ante las in móvil.
mente comparaba al doctor Pittaluga, justicias de la sociedad contemporá Su patría ideal no coincidía con la mientras sus sabios y finos dedos nea. Vivía y escribia abrasado por la real. Tuvo que salir de Bilbao. Tuvo. exploradores golpeaban su incurable fiebre que inflamaba en su concien que salir de España. Era un deste tórax cavernoso, a un pájaro carpincia las iniquidades circundantes. Su rrado en el tiempo y en el espacio. tero cuando picotea en el tronco cartuberculosis estaba en el pulmón; pero Conoció la cárcel, la expatriación comido de un árbol.
Tomás Meabe Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica