REPERTORIO JAMERICANO 183 Precisamente porque el éxito es tan laboriosos. Los chinos son más al precio irrisorio de dos centavos la considerado signo de valor espiritual codiciosos y más trabajadores, pero libra. Otra se dedica a extraer petróes por lo que, cuando se quiso dar al no tienen la misma afición a la cien leo para los automóviles norteamerihispanófilo Mr. Cunninghame Grame cia que los norteamericanos, y care canos. Si se descuida el señor Malun titulo picante y escandaloso, se le cen por tanto, de su técnica. El uti donado verá la patria suya dedicada llamó apóstol del fracaso, quizás litarismo no crea necesariamente la a criar ganado para que se lo coman para castigarlo por su excesiva afi utilidad. La utilidad surge también los artistas de Chicago. como esto ción a pueblos como el de España, del ascetismo o del juego inventivo es lo que me duele, me parece nece.
de quien dijo Gabriela Mistral que de la mente.
sario y, urgente enterarnos de que somos buenos perdedores. Este cul Han pasado veinticinco años des el éxito no se logra si no se honra, to del éxito de los pueblos anglosa de que se escribió Ariel. Suramética que es la razón de que no lo aljones es, claro está, indirecto. No sigue pensando de Norteamérica poco cancemos los pueblos hispánicos, ni creen que por el camino del éxito se máso menos lo que el Sr. Rodó, tampoco se alcanza dedicándose a llegue al reino de Dios, pero sí que Hoy los Estados Unidos se vanaglo conseguirlo por todos los medios y por el camino del reino de Dios se rian de tener los mejores poetas, consagrando el alma a la diosa utiilega al éxito. Porque si uno trabaja dramaturgos, novelistas, pintores, es lidad, que es lo que imaginamos que a conciencia, y carece de vicios, y cultores, arquitectos, filósofos, perió hacen los norteamericanos; pero lo hace ahorros, y emplea bien lo aho dicos, revistas y teatros. Entre tanto, que no hacen, para fortuna suya.
rrado. cómo podrá cvitarse que pros una República de nuestra habla se pere? El dinero no se hace por codi dedica a producir plátanos para el RAMIRO DE MAEZTU cia. Los árabes son más codiciosos mercado norteamericano. Otra fabrica que los norteamericanos, pero no son azúcar para venderlo en Nueva York (El Sol, Madrid. Serenidad y gracia Serenidad y gracia he hallado por doquier: en el árbol que daba su sombra al caminante, y en la mirada amable de la hermosa mujer de suelta cabellera, que me miró un instante, y se perdió en la gloria de aquel atardecer!
En la rosa de fuego que enjoyó la mañana como rubi encendido de cálido fulgor, y en la luz cristalina de la estrella lejana, que en la quietud nocturna se abria como una flor divinamente pura, fraternalmente humana. de la Amada, idiríanse de luna y de jazmines tejiendo la armonia secreta del prano!
Los soles otoñales, la noble ancianidad, la mujer que ha llevado in hijo en sus entrañas, la frente que ha tenido la luz de la verdad, todas las cosas grandes, el cielo, las montañas, tienen el gesto firme de la serenidad! todo lo que es puro, risueño, sin dolor, los niños y las flores y las mujeres bellas que tienen de la aurora su encanto y su fulgor, los árboles, las fuentes, los pájaros y estrellas están llenos de gracia gentil, y de candor!
Carlos Luis Slenzi San José, Costa Rica. 19 XII 21.
Serenidad tenían las frases del anciano, y gracia las primeras palabras infantiles; una gracia indecible hallé en las blancas manos Han caído las hojas. Del libro en preparación, Hojas muertas. Madre, han caído las hojas sobre el estanque tan verde que como un sueño de amores bajo los árboles duerme.
Mira: han caído las hojas en el estanque tranquilo, como un puñado de rosas o de pétalos marchitos.
y mira cuántos que llevan sobre sus rizos las ondas como ilusiones muertas lleva el correr de las horas.
Ellas son hojas marchitas que van en la tarde huérfanas como las almas perdidas van sin amor en la tierra.
en el estanque abrevando turban sus aguas serenas; mientras sus claras pupilas copian del agua la sangre, son como rosas sangrientas en la agonía de la tarde. el ángelus, a lo lejos, que melancólico suena a la oración y a los rezos invita desde la Iglesia; mientras las altas encinas con su murmullo tan sordo a los pájaros convidan al apacible reposo.
El crepúsculo agoniza entre sombras y tinieblas en tanto del sol iris apaga sus luces bellas.
Vámonos, madre, anochece.
El sol ya lento declina mientras su luz cuando muere.
sobre los montes expira.
Cuando ya muera la tarde Osobre los campos dormidos, florecerán en mi alma para tu amor los suspiros. cuando el sol sus fulgores en el ocaso ya hunda, serán tus ojos dos soles que no se apagarán nunca. Vámonos al hogar tranquilo bajo el ciprés todo verde, que tu seno será un nido.
yo el pájaro que duerme. en el hogar rezaremos al sollozar de la brisa por el pájaro que ha muerto y por las hojas marchitas.
En tanto caerán las hojas en la agonía de la tarde como un puñado de rosas sobre el sueño del estanque. CENTENO GCELL San José, Costa Rica, 26. No miras, madre, las aguas cómo se tornan en iris y en el crepúsculo sangra el corazón de las linfas. Mira: contempla él rebaño donde las mansas ovejas Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica