1278 REPERTORIO AMERICANO.
Tercer compancro. La comparación poco Ulises. Sin embargo un dia me dijiste que feliz me parece!
no podias fijar, siu repulsión, tu mirada en Cuarto compañero. Preparémonos, Ulises.
ini persona.
Primer compañero. Callado está!
Galatea. Tonteríasl Coqueterias! No les Segundo compañero. Está borracho. des tanto yalor! No conoces las mujeres, Primer compañero. Vendrá?
Polifemo! Sal! No querrás que descienda yo, Segundo compañero. Si!
a raptarte, de enmedio de las tinieblas de Tercer compañero. No!
tu caverna.
Cuarto compañero. Si!
Ulises. Sale. Tercer compañero. No!
Galatea. Retrocede espantada; lanza un Ulises. No me mires, Galatea, horrible grito. Ay! Qué es lo que miro. Dónde está soy! Oyeme, solamente. Mil sirenas cantan el Ciclope. tri, quién eres. Un mortal?
en mi sangre! Una música indecible impregna ¿Un dios?
las hirvientes venas mias. Ven, la escucha Ulises. Mortal yo soy! Itaca montirosa rás de cerca. Si las suaves crenchas tuyas es la patria mia. La espada es mi fiel comreclinas sobre mi corazón que languidece, panera.
escucharás esta sobrehumana angustia, esta Galatea. aquella citara?
infinita sinfonía de mi sangre. Sabré enlo. Ulises. Del Ciclope es.
quecer el alma tuya con los besos, con los Galatea. la canción?
suspiros, sin palabras, como a los impulsos Ulises. Mía.
de Eolo el mar se conmueve, como el aire Galatea. Después de una pausa. Po.
se incendia bajo el sol. Conocerás también lifemo?
tú este vértigo en el que están mezclados, Ulises. Muy lejos está.
prisioneros, el espasmo y el placer, el odio Galatea. por qué te encuentras en su y el amor, la vida y la muerte! Yacerás caverna?
sumida ei un torbellino de llamas hasta que Uliseg. Huésped suyo soy. Pero no ha.
el alba se deshaga pálida en el regazo ar, blemas de Polifemo. Galatea. te gustó el doroso del sol: también, tii, pálida, como el canto mio? Nada decia que impreso en el alba, también tú, te sentirás deshecha en fondo de mi corazón no estuviese. Vi la los brazos mios. Algunos instantes de si sobrehumana belleza tuya. Desde entonces lencio absoluto. Poco después, en la entrada otra cosa no sé hacer sino delirar de amor.
de la caverna, envuelta por la luz lunar, tú, perdóname, perdona si un mortal osó aparece, completamente blanca, Galatea.
alzar hasta ti su misera mirada. Otros, tú lo sabes muy bien, otros mortales gustaron Escena última a las Diosas.
Galatea. Ciclope!
Galatea. Bello eres, mortal! Al principio Ulises. Siempre escondido en la sombra)
crel que fueses un dios! El mensajero HerGalatea!
mes que a la tierra desciende con frecuenGalatea. Dónde te escondes?
cia. Dime. quién te enseñó a modular canciones con tanta perfección?
Ulises. Aqui, en la sombra. Ah! has venido!
Ulises. Mucho me ensenó un hábil citarista; mucho también el caminar errabundo, Galatea. Al dulce reclamo de la canción muchísimo el sufrir!
tuya. Deseaba escucharla de cerca.
Ulises. Entonces, Galatea. no me aboGalatea. el nombre tuyo, cuál es?
rreces?
Ulises. Ulises!
Galatea. Aborrecerte. por qué, CicloGalatea. Ulises? Hasta el fondo del mar pe?
llegó la fama tuya! Eres el más astuto de Ulises. No lo sé. Hace poco, cuando me los hombres! Polifemo. sabes dónde está?
acercaba a la playa, solo risas y burlas teUlises. Dejemos a Polifemo; respóndeme: niais para mí, vosotras, las ninfas. qué debo hacer. Atreverme? Ante ti me inGalatea. Eran graznidos de pájaros maclino. cómo te debo invocar. Con cuáles rinos! Pero. qué haces sumergido en la somnombres debo llamarte. Los que a los Núbra? Acércate, al claro de luna!
menes dedican los hombres. Los que, ebrios Ulises. No me atrevo!
de amor, susurran en los oídos atentos de Galatea. Lleno de timidez, como eres, la amada?
no me pareció el canto tuyo.
Galatea. No sé, decirtelo no puedo. DeUlises. Para cantar, atrevido soy. Atremasiado turbada estoy. Me gusto tu canto, vido soy siempre, de lejos. Entonces, si, te me gusta tu belleza viril. Pero otra cosa dedico mil delicadas cosas: de cerca, se creia; me siento indecisa, temerosa! No tedesmaya la voz en los labios. Mucha ver mes que tornar pueda el Ciclope?
güenza siento del horrible rostro mio. Esta Ulises. Tarde ha de volver.
pobre, torva pupila mía. no se atreve a Galatea. Lu dices de un modo.
fijarse en tus ojos que sou dus luces del Ulises. Tal vez no vuelva!
cielo. Déjame aquí, déjame escondido en la Galatea. No volverá?
sombra. La luna se burlaría si en coloquio Ulises. Galatea, dno conoces las ingratas intimo de amor contemplase el horrible mo costumbres de Polifemo?
Jusco y la iridiscente mariposa.
Galatea. Cuáles?
Galatea. No eres feo, Polifemo! Tienes Ulises. Ignoras, tal vez, que hace morir a fuertes miembros, tienes firme corazón. Nun cuantas personas llegan hasta su caverna y ca será feo quien de manera tan delicada que con ellas se brinda espléndidos bane canta!
quetes?
Galatca. Algo de eso he oido decir a las ninfas. Sin embargo, no puedes quejarte, cordial refugio te ha ofrecido.
Ulises. Me pescó con su red! Llegué a esta gruta hace seis dias, con seis compañeros. Uno cada dia le sirvió de alimento.
Esta tarde, también yu, debia ser presa de sus mandibulas insaciables. Galatea! Cómo, no contemplo un gesto de horror en tu rostro que es todo luz!
Galatea. Continúa.
Ulises. Pero en el pecho mio late un corazón de héroe. Encontré, escondida en la caverna, una espada roma, oxidada, manchada de sangre: luctuoso trofeo, talvez, de algún hombre por el Ciclope devorado.
En la roca la afilé.
Galatea. Polifemo. dónde estaba?
Ulises. Cazando. Luego la oculté, y cuan.
do el retornó le di, primero, en el nefando alimento, un dulce vino de Ismarra, mez.
clado con el oscuro jugo del opio. Polifemo tomó algunos tragos y cayó completamente dominado. Entonces, empuñé la espada y.
Galatea. Ay!
Ulises. Me acerque.
Galatea. No. Ulises. hasta el corazón del Ciclope llegó la aguzada punta. Dis un grito terrible: su último grito. luego silencio.
Galatea. Malvado hombrecillo! Cobarde!
Has asesinado a Polifemo! Polifemo! Poli femo. Eres un cobarde. Mientras dormía?
Digno héroe de los hombres eres, asesino de gente que duerme. Polifemo. En dónde escondiste su cuerpo. Dónde. Muerto no puede estar. Era hijo de un Dios. Estará aturdido, ebrio quizás. Dónde está. Quiero despertarlo. Pérfido, perfido Ulises. Inmundo gusanillo. creías que con cuatro quejas, con cuatro indignos lamentos, lograrías tocarme el corazón? El es el héroe, tú no! Por las selvas solitarias, ciervos y leones cazaba inerme! Sin ayuda alguna arrancaba de las montañas las crestas rocosas y las lanzaba sin esfuerzo alguno hacia el mar para destruir enteras flotas de corsarios! Todos le temian: desde lejos, al ver brillar la hoguera de su caverna, las naves, para huir, presentaban al viento todas sus velas! nosotras, seguras emergiamos de las ondas, jugueteábamos tranquilas a flor de agua y sobre las algas de la playa oscura! ahora, ahora. quién, quién nos librará de la inmunda lascivia, de la lujuria atrevida de los hombres? Vendrán, vendrán. en muchedumbre, y las fragantes selvas de esta isla adorable se convertirán en playas de fétidos tugurios; la bahia azul, fresca y olorosa a sales marinas, puerto será de tor.
pes aguas oleaginosas! todo esto, por culpa tuya, por el sacrilegio tuyo, hombrecillo malvado! Pero ha de castigarte como mereces el padre suyo, el dios de los ma. res! Dime, ahora, responde. dónde lo enterraste? No conozco artes mágicas ni diabólicas, pero, aunque hubiese muerto mil ve.
ces, con el bálsamo de mis lágrimas, con el fuego de los besos mios, sabré resucitarlo!
En dónde estás, Polifemo? Polifemo. Pasa a la página 288. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica