REPERTORIO AMERICANO 51 momento, vivaban al gobierno, al general Araya y a alguien más, haciendo a la vez comentarios en alta voz. Dos o tres, en cuenta Eusebio Ceciliano, padre de dos discipulos mios, que venia niontado a la grupa de un caballo, me reclamaron entusiastas mi felicitación por el triunfo, a lo que yo respondi con una fría felicitación «por verlos con vida. Cien metros detrás venía el herido Salvador Jiménez conducido por brazos culpables. Mas allá yacia mortalmente herido a la derecha del camino Joaquin Porras, a quien el padre Federico Mauback, acababa de confesar lo mismo que a Jimé nez. diez metros en línea oblicua, hacia el Occidente y medio oculto entre el monte, encontré el cadáver de don Rogelio, que presentaba una herida lateral en la rodilla izquierda, dos agujeros de bala en el cuello y dos en el cráneo, la barba y el bigote rasurados y vestido con ropa exterior sencilla, una camisa con pechera a rayas delgadas de azul y blanco, botas de ciudad a dos colores e indumentaria interior toda fina y marcada delicadamente con las dos primeras iniciales de su nombre. Quisimos adquirir para la familia alguna prenda de recuerdo del extinto y sólo encontramos en el bolsillo un lapicito amarillo. Ya había sido despojado de todo lo valioso, como todos sus compañeros, que tenían algunos bolsillos vueltos al revés. Avanzando 300 y cruzando un brazo del Ceibo formaban triángulo los cadáveres de Carlos Sancho, Jeremías Garbanzo y Ricardo Rivera. Estaban atrozmente heridos a bala y los dos primeros tenían de tal manera destrozado el cráneo, que la masa encefálica hubo de rodar por el suelo. GARCIA:FLAMENCO TETE Dibujo de Quicio QUIROS Portada del folleto alusivo que se repartió a los niños de las escuelas.
Patrocinio Araya, jefe de la banda que consumó el crimen, nombró allí mismo Sehora muy directos y punzantes, ni el mismo cretario al maestro de escuela, quien dice: Araya; por el contrario, gané partidarios paEl testigo concluye: ahabía de escribir a San José y necesitaba sivos y silenciosos sí, pero que aplaudieron. Hice después un salvo conducto para el mis servicios. Luego explica por que aceptó: aunque en secreto, mi conducta. correo, sellé con el sello de la Jefatura los «Acepté sin vacilar pues me interesaba la oficios y sobres y lacramos entre el policia acumulación de datos, Esa es la conciencia, ese es el hombre González, Araya y yo la comunicación para Es sobre todo interesante este pasaje del el Ministro.
relato, ya de regreso todos en el pueblo: honrado, esa es luz del espíritu, esa es la. Dimos por terminada la labor; pero antes.
energia humana en la rebelión y la protesta contra el crimen. La enseñanza es de un en un paréntesis, como hubiera oido decir El entusiasmo seguía en la jauria; cada valor incomparable. En esta tragedia del que Araya había ultimado sin necesidad a cual queria ser un matador. El septuagena despotismo y la barbarie, el maestro de es.
Fernández Güell, que ya herido en la rodirio cartaginés José Figueroa, alias Cholo, Ila se había dado por vencido, interrogué cuela es la figura central, él es el héroe, el uno de los fundadores de Buenos Aires, personaje de cuyos labios mana la más alta a aquél sobre el particular y me contesto propuso que los cadáveres fueran arrojados revelación de las cosas. Yo recordé mi con mezcla de disgusto, saſa y cínica saen una sola fosa y en el lugar del cemen posición de maestro de escuela y mi calidad tisfacción. Si, yo lo maté con mi propio terio destinado a los moros. Un policial pi de hombre civilizado. No conozco una expuño; estoy satisfecho. Con el máuser. dió una cumbia (baile chiricano) como nú presión semejante, en tales circunstancias, de replicamos. No, respondió, con ini revólver. mero de celebración. Yo recordé mi posi concepción y de sentido de la responsabiliyo no llevo máuser. segundos después: ción de maestro de escuela y mi calidad de dad y de las obligaciones morales de una. esa gente no podía llevarla viva, maeshombre civilizado, y principié con palabra noble investidura o un noble estado pertro, tenía órdenes expresas. moderada a llamar al orden a aquella ca sonal. En esas palabras está el principio El maestro de escuela fué con sus niños nalla en desenfreno. Luego, la prudencia me fundamental y eterno de todo el orden so. a depositar «flores y cruces sobre tas tumolió a cobardía, y en cinco o seis ocasiones cial. Ellas son la fuente del derecho, de la bas de las víctimas el dia del novenario, y en distintas partes, hice de mi palabra un justicia, de la verdad, del valor, de la ar El día siguiente del crimen. cuando. todalátigo y azoté a la pacotilla. Dije bien de monía, de la paz entre los hombres. El via estaba en la plaza el grupo de asesinos, Fernández Güell y los suyos y fui duro en pecado. comenta este insigne ingenuo, yo enseñaba a mis niños la palabra ASESIla critica de los cobardes vencedores. Na «acobarda a las conciencias que no están NATO. anatematizaba la obediencia ciega y die me interrumpió en mis ataques, a última del todo empedernidas, y aquella gente, que acababa de leerles un artículo de don Rosupongo pecó por ignorancia, al comprender gelio contra la pena de muerte. Después. Los desconocidos.
su falta, perdió en gran parte el ánimo. cerré mi escuela en señal de duelo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica