296 REPERTORIO AMERICANO El probable Arbitro De Excelsior. México, recogió en su edición del de los corrientes, entre la terna presentada al Depertamento de Estado Norteamericano para escoger el sucesor del doctor Rodrigo Octavio, que ejerció hasta hace poco el elevado cargo de Arbitro de la Junta de Reclamaciones entre México y los Estados Unidos, figura el ya ilustre internacionalista costarricense Alejandro Alvarado Quirós, de cuya personalidad no tiene el público mexicano noticias muy amplias.
Alejandro Alvarado Quirós representa en América el tipo sin mezcla del «ciudadano»
continental, del hombre que por sus devociones y su cultura ha podido sobreponerse a las divisiones políticas del momento, para contemplar como cosa propia todo el complejo de los destinos. del nuevo mundo. Es natural que para llegar a semejante actitud, futurista y práctica a un tiempo, el señor Alvarado Quirós haya tenido que pasar por una larga evolución cultural, característica de su temperamento serio, estudioso y reservado. La vida civica de Costa Rica, tan ordenada y cerebral, tan minuciosa y hasta puritana, se corresponde admirablemente con su naturaleza geométrica de hombre sosegado y reflexivo, en quien alternan, por Licdo. Alejandro Aivarado Quirós contraste compensativo, las inspiraciones del escritor purista y las especulaciones de fatura del Estado, pero el señor Alvarado orden moral.
Quirós ha soslayado la cuestión sin tácticas El señor Alvarado Quirós, a quien coni premeditaciones, con la simple renuncia nozco intimamente, frisará pronto medio sidel gesto romano, a semejanza de aquel otro Presidente, don Francisco Oreamuno, glo. Hombre que hereda del influjo paterno que abandonó el poder y se refugió en la una rectitud espartana, pudo muy bien susoledad, de donde fue arrancado a la fuerza marse incondicionalmente al grupo de oliy devuelto a sus dignidades ejecutivas.
garcas que ha manejado la política de Costa Rica siempre; sin embargo, su influencia, Mas no es en este mero aspecto de poliaunque decisiva en momentos críticos para tica algo arcaica en el cual su individualiel pais, no se ha hecho sentir sistemática dad toma toda su fuerza; por el contrario, mente, excepto en la forma indirecta y no. casi todo el está vigoroso y sólido, en el bie del pensador y del artista que ha con tipo moral, en el carácter trascendente de sagrado admirables páginas al culto de los mentor de la juventud, a la cual busca siemantepasados y, a la veneración patria. pre con simpatía y fervor socrático para atraerla hacia los ideales y los renuevos. Alejandrito. como le decimos los amigos Donde quiera que hay un intento de arte, en la cálida intimidad de la patria chica, de filosofía, de ciencia en fin, ahí está ha cursado, sin quererlo, una brillante ca «Alejandrito. solícito y meseniano, inspirrera política. Ha sido diputado al Congreso rando con desinterés y caldeando con recvarias veces, ha desempeñado cargos de titud. De ahí su fecunda época de confesuma importancia en el extranjero Estados rencista, que abraza todo un ciclo de su Unidos, Francia, el Perú y Chile y ha vida a un tiempo quieta y activa, repartida ocupado con gloria el sillón del Ministerio entre las obligaciones de su profesión y de de Relaciones Exteriores, en la ocasión difi su familia y los deberes de la ciudadanía.
cil que indicaba la revisión de los Tratados Su concepto de la «patria» es puramente Internacionales con Centro América y Esta intelectual y cualitativo; una patria sólo es dos Unidos, especialmente el llamado Bryan grande, ha dicho repitiendo el concepto norro, que aun produc inquietudes a clásico del humanismo europeo, por la virla politica integral de esos paises. Todas tud de sus hijos y no por la extensión de. las leyes costarricenses, sobre todo en su su territorio. La aristocracia de su mentali referencia con los problemas extranjeros, dad, mejor que la de su cuna elevada, tiene tienen algo de su personalidad, celosa de el carácter purista del héroe griego, que servicio y ajena, por tanto, a todos los indi. comprendia la nobleza como una actitud vidualismos disolventes. Se ha indicado su para servir y no como una oportunidad para nombre en repetidas ocasiones para la Je explotar.
Como escritor, Alvarado Quirós es nota.
ble; sin llegar a las exaltaciones de la pujanza y de la critica demoledora, su obra es acentuada, fina y serena como conviene a un hombre que tiene citrado su genio en el evolucionismo gradual. De vivir en un pueblo más vasto, menos fisgoneado por la intimidad y el chismorreo, Alvarado habria logrado madurar mejor su vena critica, su fervor constructivo; pero en Costa Rica, por las razones indicadas, por las consideraciones personalisimas que se establecen del diario contacto, un critico es algo imposible, casi odioso. Sin embargo, en los cinco libros que lleva publicados, aparece con firme relieve su personalidad de pensador y de estilista. Los libros de Alvarado son hasta ahora: Piedras Preciosas, en colaboración con el ironico Baudrit (1903. Lilas y Resedas, traducciones del francés (1912. Bric aBrac, estudios jurídicos y literarios (1914. Episodios Novelescos de la Guerra Europea, traducciones (1915. Bocetos, semblanzas de artistas y hombres de letras (1917. y por último, Nuestra Tierra Prometida, colección de palabras dichas para honrar la memoria de personajes influyentes de Costa Rica (1925. La actitud de este distinguido jurista ante los fenómenos internacionales ha sido de unia probidad insospechable. En el Congreso de Santiago de Chile su personalidad ardorosa, sofrenada siempre en el pequeño convivio, apareció en su plenitud; su voz se alzó en nombre de la justicia, y pidió la presencia de México como pueblo libre y renovador, en las sesiones del Congreso, con el fin de legalizar el derecho de todas las naciones del Continente a darse el gobierno más en consonancia con sus aspira.
ciones. La prensa de toda América ha comentado suficientemente esta actitud, y no hay para qué hablar de ella. Frente al fenómeno politico de Norte América ha sido siempre respetuoso pero intransigente; admira y comprende aquella gran nación, pero desea que el principio autónomo de nuestros pueblos no sufra quebranto alguno, a fin de que la valía civica de nuestras relaciones con el anglosajón estén en una linea paralela de mutuo respeto y cooperatismo ideológico. En nuestro mundo ibero americano cabe también el anglosajón, pero sin que se acepte otra supremacia que la de la virtud. ha dicho.
Es, pues, indudable, que en manos de un hombre semejante, los altisimos intereses todavia en disputa entre México y Estados Unidos, tendrán un guardián celoso y un árbitro incorruptible, una mentalidad y un corazón que sienten con gravedad sacerdotal el peso de su toga y conciencia de su ministerio. Porque Alvarado Quirós es de esos hombres que honran el suelo que pisan.
RAFAEL CARDONA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica