14 REPERTORIO AMERICANO Musgo crepuscular de los gastados muros que sugieren el miedo de morir o enfermarse.
Ventajas de cristales límpidos e inseguros donde la niebla lentas fantasías esparce.
Con sus manos pequeñas recogieron el blando tesoro que los hombres indiferentes pisan.
Se fueron a la escuela dulcemente, pensando que los sueños más bellos a veces se realizan.
Patio de la niñez Tejido evanescente de las horas iguales, cuya sangre incolora nutre el rio de los años.
Conmovida tristeza de viejos hospitales donde la muerte pasa rompiendo desengaños.
Caminar de muchachas que esperan la llegada de este día, en que las bellas palabras se conciertan.
Angustia persistente de una rama quebrada junto a las otras ramas que bajo el sol despiertan.
Lejano patio de elevados muros donde ha quedado el ángel de mi infancia. Tardes ya para siempre amortajadas entre paredes blancas!
Nostalgia indefinible de que se acabe el dia y soñar que mañana no iremos a la escuela.
Crece el árbol oculto de la melancolía y el sueño de la noche nos envuelve en su estela.
Patio de cielo siempre limpio y sol casi palpable como un agua mansa.
Agua imposible que tornaba claras las tardes y las almas.
Doblan calladamente las campanas tediosas y las brisas dispersan una antigua fragancia: por mi memoria pasar como estampas borrosas los castos y tranquilos domingos de mi infancia.
Baldosas de colores imprecisos donde se detenia la mirada: fácil libro de estampas de mi niñez nostálgica.
El otoño y los niños Presencia de septiembre que aguardaba la Hermana.
Alegría sin mancha volcando luz distinta en nuestra casa. AMORIN Amaneció la calle toda dorada; el viento con su mano invisible desprendió hoja por hoja.
Las estrellas oyeron acaso su lamento y la aurora habrá sido, por lo mismo, más roja.
Fragancia de alhucemas. inadvertida a veces de tan diáfanay nevar de campanias en la hora callada.
iTardes ya para siempre amortajadas entre paredes blancas!
Los niños que se inician en el abecedario al ver así la calle creyeron que era un sueño.
El sol sobre las hojas hacia el oro más vario y era una fantasía tanto oro sin dueño.
Buenos Aires, setiembre 1925. UCHO antes de la creación del mundo, Las divinas personas Un dia, el Señor, sin disimular su hastio, ya el Eterno había expulsado de su dijo de repente a Azael: reino a los ángeles rebeldes. Sólo Azael Cuento del Padre Azael, me repites demasiado la historia escapó entonces a la cólera del Señor, a.
de la vieja conspiración de Luzbel. Crees causa de los servicios que le prestó en el tú que la ignoraba? Bien sabes que nada descubrimiento y castigo de la celeste conshay para mí oculto. Te perdoné porque piración de los malignos.
la trama que se preparaba contra su poder.
me revelaste lo que ya sabía. Lo que siemLeve había sido su falta y grande su Jehová lo conservó a su lado, se entrepre estará fuera de tu alcance es la razón tenía con sus juegos y ocurrencias y hasta arrepentimiento; asi, lē fué perdonada por de por qué la dejé estallar. Ello no será Jehová, a cuya sabiduría infinita no podia lo aprovechó en misiones, confidenciales a conocido sino al final de los tiempos, cuanlos lejanos mundos por él creados.
ocultarse cuán fácilmente puede sucumbir do todos los seres por mi creados vuelvan un espíritu inquieto e ingenuo, como Azael, Por su parte, Azael comprendía que el a reposar en mi seno paternal y el mismo a las argucias de Satán. Un instante seduEterno necesitaba de su ingenio ágil y sutil, Luzbel retorne a mis brazos convencido de cido por éste, estuvo Azael a punto de para distraerse en sus divinos ocios, sobre que, sin sospecharlo siquiera, fue un agente caer envuelto en la más antigua y trementoļo después de que el Hacedor se entregó mío para purificar, por el fuego, la arcilla da de las calamidades, en aquella de donal reposo, concluido que hubo, en siete primitiva y convertirla en purísima sustande se originan todos los dolores del hombre dias, la obra que perdura por los siglos de cia radiante. Azael, observo que poco te sobre la tierra. Pues ni Eva ni Adam halos siglos, además de que el Eterno, en su ocupas ahora de la existencia de los hubrían perdido su inocencia primigenia, y ancianidad, le había encargado de vigilar manos.
descargado de ese modo todos los castigos los trabajos de los hombres, de como obe Senor, le contestó humildemente Azael, sobre nuestra misera especie, si Lucifer, al decían sus preceptos y se oponían a las como cada vez que visito la tierra escuser lanzado de los imperios de Jehová, no maquinaciones infernales.
cho y veo las mismas cosas, he concluido se hubiese escondido entre las flores del Eran así frecuentes los viajes que, desde por aburrirme de ellas. Nada cambia allá Paraíso terrenal. como Satán, antes de el cielo a la tierra, hacià Azael, a quien abajo. Siempre las mismas guerras, ambila creación del hombre, se aburria en las Satán no cesaba de acechar, confiado en ciones, odios y amores. Confieso que la tinieblas del caos, por no tener a quien atraerle al fin a sus dominios; porque re monotonía sólo es soportable bajo la luz de tentar, acometió a nuestros primeros padres cordaba que Azael era curioso y por tanto tu presencia. Pero, Señor, tu servidor soy con astucia y furor descomunales.
propenso al pecado como cualquier mortal. y tus órdenes son inapelables.
Arrepentido, pues, Azael, a los pies del Azael, exclamó el Eterno, únicamenHacedor confesó sus veleidades y le reveló En el número próximo: Cuento del Hijo. te Jehová puede aburrirse sin que la crea Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica