REPERTORIO AMERICANO 213 social. Ejemplos: la técnica industrial, o la reorganización de la Instrucción pública, o la politica democrática. En estos campos debemos todavía dar cima a heroicas empresas. Que, cual Rodrigo de Vivar. por lo por ganar venimosx.
Mas no dejemos tampoco de celebrar, al mismo tiempo, lo ya ganado. Nuestra simpatia y nuestro entusiasmo acompañen a la aérea carabela, arribada a las playas americanas, bajo el lejano cielo austral, donde la Cruz del Sur pone sobre el Plus Ultra una condecoración de estrellas. Este viaje, que acorta materialmente la distancia entre España y América, las acercará también moralmente. Para los que creemos en la fuerza decisiva de los factores espirituales, ese raid, despertando hacia nuestro país el interés y la admiración de América y de todo el Mundo, tiene una innegable importancia. Esas placas de oro con que el fervoroso afecto de las ciudades americanas orna las voladoras tablas del avion, valen, acaso, más que todo el metal precioso que nos traian los galeones de antaño, más que todas las áureas riquezas que pudieran hallar los viejos conquistadores en las costas del Nuevo Mundo.
LUIS DE ZULUETA (La Libertad, Madrid. Las alas de Samotracia (La Libertad, Madrid. del porvenir que caminaba hacia los siglos Aquel hombre era Colón. Su obra levenideros con seguro paso. Los villanos le gendaria, como las homéricas empresas, homiraron con respeto. Era un italiano loco, nor del Mundo, nunca tuvieron entre sus decían los más escépticos. Un aventurero contemporáneos aquellas glorias que se les que se lanza al mar. Un suicida!
concedió después. Colón, cargado de cadeMas el pueblo, eterno comprensivo del nas, murió pobre y deshonrado. Había desmisterio, de los grandes dias de la Huma cubierto América, pero los españoles despilnidad, impasible coro admirador de los gran farraron su obra en empresas locas o sides hombres, agasajaba, inconsciente, al niestras. Europa es como un pez cuya boca viajero de lo incógnito.
forma España. Por ella pasó la riqueza toda Aquel hombre, que hablaba el castellano americana, que tragaron y digirieron luego con el acento genovés de los mercaderes las demás naciones europeas. Asi dice un de la «Torre del Oro» sevillana, saltó en la escritor italiano.
barca que le tenían preparada unos mari Pero el genio no ha muerto. La locura nos. Una blanca estela la siguió en espu sigue; pero la grandeza continúa también.
mas. Aquella senda señalaba el camino de La otra mañana, en el mismo puerto, los mares, arrullaba un nuevo mundo que ahora sublimado, donde Colón embarcara despertaria, mañana, del cansado letargo. para descubrir América, al cabo de los siSobre las naves misteriosas flotó un pen glos, aparecieron unos modestos hombres, dón. Era el de Castilla.
sus continuadores. Era en Palos de MoSono la trompeteria estremeciendo el mar. guer. Unos extraños aparatos, cigarrones o Oyéronse, en el silencio de las aguas, vi abejas colosales, pájaros diformes, se recortores y cantos, plegarias y cañonazos. Una taban en el cielo. Aquel cordaje que reviscruz de oro destelló en la popa.
tiera las naves de Colón con aligeros perY se arrodillaron los hombres ante el files, arquitectura del velamen que levantara enigma de la cruz. Gran gente rota, como hasta los cielos torres del ensueño, cubría, se decia entonces, y aún se dice en la Amé. cubría también ahora los nuevos monstruos rica española. gente de la briba, como del misterio; imas con qué precisas líneas, se dijo después, cuando la España roman con qué acordada sencillez sujetaban las cera y novelesca dejó su puesto a la picara sueltas bridas al galopeador del aire, al España, cuando en Flandes se «ponía el sol»
y Rinconete mandaba en Monipodio. Eran Hipógrito violento que corriste parejas con el viento, hombres, tan generosos como pecadores, humildes desconocedores de la grandeza de al Icaro alocadblue queria dominar los ciesus actos, cual los que siguieron a Cristo los! Cuando los Hoinadores del espacio lo en el Tiberiades, sin saber entonces lo que remontaron, sunaron vitores, aclamaciones y Cristo fuera después, iluminados del ideal plegarias. Los niños preguntarían a sus mao aventureros sin fortuna, posos de la vida, dres lo que podrían ser aquellos monstruos.
náufragos del maleficio humano, que se te los hombres pensarían si algún otro itanían por tan señores como los más altos, y liano loco se llegaba a Palos de Moguer que miraban cara a cara sol y mares. Eran para continuar la obra aventurera.
hombres atezados de color, acuartelados en Ya surcaron el aire los nuevos locos, los escudos de cicatrices, de ronca voz y blas Colones audaces del Nuevo Mundo de los femadora germania presidiaria, que recogie aires.
ran en sus labios pecadores cuanto de audaz ¡Empresa loca. dirian, como siempre, los y pícaro corriera las naciones en sus dis imbéciles, los eternos hombres de la duda.
tintas lenguas de revuelta jerga, cuantos ¡Empresa magna, resurgir de una raza y de vicios y astucias pusieran en la bolsa y en una Historia!
la espada porvenir incierto. Aquellos hom Ya la nave corre los puros cielos sin hobres rotos eran los bravos escultores de rizonte, como ayer Colón recorriera las la Humanidad futura, que no tuvo pañales aguas azules de los cielos espejo.
en los egoístas y ricachos.
Un pedazo de España se desvanece en la Unos frailes, arrodillados en la playa, si costa lejana, en la brurna incierta. Pueguieron con sus murmurios la blanca estela. blos miseros, ciudades adormidas, campesiArrodillóse el pueblo. Un sacerdote, con al nos tristes, lejanos toques de agonía y rezo, terada voz, recordó a la reina, al Padre estepas desoladas, ricas tierras abandonadas Marchena, al convento de la Rábida. Sono del arado, rios plateados que aguardan en la trompetería. En el horizonte azul, las su seno desde siglos al ingeniero audaz que arboladuras de las naves recortaron su ga los derrame sobre la sedienta tierra, como llarda arquitectura. Un dorado nimbo, de en dias de los árabes; aldeas solitarias y gloria, de fortuna, siguió a las naves del cortijos hoscos, que blanquean sobre yermos ensueño. Los niños se agarraron a las fal terruños; inmensos campos donde la torada das de las madres.
pace aguardando el sacrificio, el dia lumiNadie, grandes o chicos, pudo entonces noso en que la España de loca fantasía y explicarse lo que significaba aquella escena. el vacio bolsillo festeje a sus toreros con Los niños se acostaron soñando con los fan el bullir del rumbo y de la sangre, del vino, tasmas. Rezaron las madres y los hombres y de las palmas.
siguieron su trabajo pensando en aquel loco. Oh, qué espectáculo contemplaron los que de Italia vino, en un misterio que se nuevos Icaros! Era, si, la España de los millevaban las naves con la estela.
nisterios, de los cafés chismosos y de los Ya lo comprendéis, lectores que me seguis. caciques pueblerinos, del Casino indolente nales con temor ivenía el «coco»! miraba espantado al cercano mar. Sobre las verdosas aguas, que iluminaba el sol con desmayos indecisos, se balanceaban unos monstruos desconocidos, Kvenidos del infierno» decialo así la villaneria ignara«llegados de la Atlántida» afirmaban los más leídos, que eran pocos aquella Atlántida, misteriosa región que deambulaba desde siglos de Norte a Sur, donde los hombres primitivos, y aun los sabios, afirmaban sus ensueños, sus terrores, sus ilusiones. el más allá. El eterno más allá!
Aquellos monstruos, que asomaban sus negras popas como bocanas de Satán, lucian en sus palos el cordaje tradicional, el nervio de la vida marina, los músculos y venas que agitarian en el ancho mar el informe, pesado capachón de la madera y de la tela.
Serían la sangre hirviente que rugiria con la tempestad, que vocearia cóleras marinas en la hora trágica, que vencería al monstruo de las aguas, que reiria con el mar azul cuando las blancas olas, aplacadas, rendirian homenaje a la enhiesta vela vencedora.
Mas nunca los villanos de aquellas pla.
yas los habían visto tan esbeltos, los niños y los hombres tan temerosos y enigmáti.
COS.
a poco rato, por la playa dorada pasó un hombre. Era él, curtido por los mares, cayiloso y grave en su ademán, cual esfinge Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica