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REPERTORIO AMERICANO 15 Un libro de José Gabriel Navarro de Castilla todos o casi todos los árboles genealógicos de América.
LEGACIÓN DE CHILE El grueso de la producción artística es¡Un libro de José Gabriel Navarro!
pañola quedaba en la Peninsula. Son, en Madrid, 12 de Abril de 1926. No lo había olvidado a usted. Qué espeSenor don Garcia Monge.
efecto, muy raras en el Nuevo Mundo las ranza! como diria S, el señor Olivera, telas de Morales, de Juan de Juanes, de San José de Costa Rica. mostrando sus manos de obispo que cual Sánchez Coe! lo, del Greco, de Velázquez, Mi apreciado señor y amigo: quier día llega a Cardenal platense. No lo Su interesantisima Revista me vlene siguiendo de Rivera, de Zurbarán, de Alonso Canon había olvidado. Palabra: es aquel señor gentilmente a través de mi vida trashumante y de Murillo, de Goya, y no son menos esca.
alto, muy alto un atado de nervios, como y la leo con provecho y placer, pero ¿cómo ma.
sas las telas de Juan de Juni, Gregorio yo. que solia comer con nosotros en petit nifestar a usled mi agradecimiento efectivo?
Hernández, Cristóbal Velázquez, Montanez, comité y que, en vez de comer, hablaba He pensado, para no ser menos, en este sentido, José de Mora o Pedro de Mena. En camque mi ilustre compatriota Gabriela Mistral, que como un enamorado y lo es, de las antibio, se multiplicaban los templos, hoy es.
lo mejor es hacerme colaborador lo que mucho güallas quitenas; de las telas de Miguel de piritualizados por dos siglos de plegarias me honrará del REPERTORIO AMERICANO, y, en Santiago; de Goribal; de las tallas de Car.
y oraciones; los templos y los campaniles efecto, le mando adjunto una carta, en la cual picara, aquel indio con manos de imaginero en que yerbas y campanas parecen una vitrato varias cosas de algún interés y que este sevillano.
fieta estilizada por nuestro buen amigo mismo correo lleva manuscrita a José Gabriel En cambio pensaba yo, antes de recibir Navarro, en Quito.
Leon. Tras el adusto exterior barroco, los el libro tan deseado Navarro, el erudito Si de algo le puedo ser aqui iitil, mandeme interiores ricos en penumbras de misterio de la Academia Nacional de la Historia; el como a viejo amigo y camarada.
y en maderas acuchilladas o intensamente artista de las excursiones de arte con mi Si afectisimo, recubiertas de oro. Rodriguez Mendoza. colega Olivera el que se queda dormido En toda América, y principalmente en cuando se van los amigos que lo quieren; Madrid, de abril de 1926.
Quito, el único arte de entonces el reliSeñor don José Gabriel Navarro.
con Lolita Lasso, cuya cabeza rubia debía gioso crecía, y prosperaba dominando imQuito.
envolverse siempre en encajes isabelinos, y periosamente el ambiente. Reproducíanse, Querido amigo: el periodista militante y machucador de pues, en los sosegados dominios coloniales. Cuando en agosto del año pasado se en. El Comercio, me ha olvidado por completo. de los cuales es Quito el arquetipo sudcontraba el «Manuel Arnus» fondeado en Pero no ha sido así y, a pesar de lo poco americano, los mismos fenómenos de prolas aguas que bajan adormecidas de la selva propenso que es mi temperamento. curtido ducción artística que por lógica inducción tropical, mi imaginación se escapaba a cada y baqueteado por la vida, a emocionarse, uno descubre aqui, en pleno solar materno, instante hacia la ciudad inolvidable Quito. lei con afectuosa sensibilidad su dedicatoes decir en España; dominaba, abarcalido y a pesar de las circunstancias penosísiria, testimonio muy gentil de que usted real el conjunto, el sentimiento religioso de esta mas la salud de mi mujer. en que volvia mente vió en aquel amigo de paso a un raza arrogante y dominadora, que cuando a acercarme al Ecuador, mi pensamiento pobre ser errante que no olvidará fácilbotaba elegantemente la capa romántica, el loco de la casa. volaba a la capital de mente ni esa ciudad singular en que todo era para acariciar una mujer o para sacar cielos castellanos; de portadas de piedra es pasionalmente amable, ni la forma, extecon más desplante el espadón toledano.
rozada y sobajada; de los hierros retorciriorización de la vieja hidalguía ancestral, Luego, el estado ideológico de allá, te.
dos y torturados en el yunque; de las muen que se le trató. Políticamente, sostendrá flejo obligado del de acá, produce en el jeres que sólo una estética local, es decir, siempre que la amistad de mi país y el Nuevo Mundo artes semejantes. Superior quiteña, podria definir bien y pintar mejor.
Ecuador es necesaria a la paz y al equili éste, el de aqui: inferior aquél, el nuestro; Las horas caniculares de Guayaquil se brio del Continente; artisticamente a su vez, pero hijos ambos de un mismo estado espiescurrian, pues, leyemente ante ese panoQuito es para mí una especie de Toledo ritual.
rama de recuerdos, todavia frescos.
hispano americano, distancias guardadas, na.
En efecto, en América se pintan muchi: Después de dos días de fondeadero en el turalmente, ya que no hay más que un Tosimas telas que en materia de imitación rio, seguimos a Panamá, donde hubimos de ledo en España y en la Tierra.
empiezan con los mismos primitivos para detenernos dos meses y, por fin iera tiemseguir con Morales, el divino, y llegar a po! continuamos viaje a esta España que Velázquez y Murillo, alternativa, desorientaen cada hispano americano culto evoca todo Huelga decir que su libro al cual voy a damente imitados por Goribar y Miguel de un enorme pasado herencia común para los hacer poner intencionalmente una pasta bien Santiago que iban del uno al otro sin saber españoles peninsulares y su germinante pro castellana ha revivido nuestras charlas y con cual quedarse.
genie del Nuevo Mundo.
nuestros paseos con usted, con Veloz, con luego, completando el arte colonial o poco de haber entregado al Rey mis Pacifico Chiriboga, con el susodicho colega indo español, los tallados en madera de las Cartas Credenciales, en el majestuoso al de los quevedos apuntalados a cada ins. sillerías de coro; la plata fina en cuyos lacázar de los que fueron antano los formi tante con manos de obispo chocolatero y brados repliegues va instalándose levemente dables soberanos de la Metropoli, un buen con tantos otros que recordaré siempre el polvo saturado de simbólicas humaredas dia muy bueno el cartero madrileño, que porque el buen recuerdo es algo grato y de altar.
aqui es un tipo alegre, simpático, augural, noble que hace la ilusión de rejuvenecer, Todo eso, como técnica interpretativa y como si nunca trajera malas noticias, sino volviendo hacia los remansos sedantes de como sentimiento ideológico, es hijo legi.
un paquete de cosas gratas bajo el brazo, la vida.
timo de España, de la cual viene y a 12 me pasó un libro. Vi los sellos del Ecua. Mirado desde Madrid, descubro en Quito cual vuelve con aportes de historia estética dor y esto bastó para que en pleno Madrid, nuevos motivos de interés. Desde luego, tan importantes como el libro con que ahora calle de Montalbán 11, y entre una multitud manifiesta mucha nobleza el hecho innega llega usted a enriquecer los escasos y ma.
de cuadros, tapices, vargueños y antiguas ble de que España levantara en sus domi gros historiales artisticos de nuestros paises.
lozas de Alcora y Talavera de la Reyna, nios más lejanos, casi ineccesibles entonces, Lo que sobre arte, sobre todo pictórico, empezara a esbozar de nuevo una acuarela monumentos que en la misma peninsula glo. pasa en Quito, o sea, lo que es lo mismo, quiteña, sin olvidar el «Panecillo. que pa riosa serían un orgullo: San Francisco, la en la escuela quiteña, se reproduce toda rece, que yo creo que en realidad es, un Compañía, etc. No desarmonizarian en me la América española y así como ustedes cerrito florentino; ni las torres franciscanas, dio de cualquiera de las grandes acumula tienen al interesantisimo Miguel de Santiago, ni la reja aquella del pretil a través de la ciones de pasado, espiritual y arquitectonico, en Bogotá, y perdido entre las evanescencual se apoltronan bajo el cielo radiante dejadas por los siglos en este solemne so cias coloniales, vaga Vázquez, golpeando la las anchas cúpulas ignacianas.
tar en que arraigan en el suelo pedregoso puerta claveteada de los conventos francis. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica