29 REPERTORIO AMERICANO lilistas amanerados. Tengo para mi, quc nunca faltan en las familias. El tio Eduardo negra, amiga de Maria Eugenia, que en asi simplemente y sin quererlo, se puede y ha desposeido a todos sus liermanos, de la medio de su sonora y constante risa, decía se debe hacer Arte nacional: quede a los hacienda integra del difunto padre de María a su ama que las señoras y amas no podían pedantes el campo del Arte simiesco, del Eugenia; está ya entre los tentáculos de pasar sino por las cosas dignas. que ella, Arte engañador y ridículo.
este pulpo acatarrado y vestido de dril. la criada negra era cosa aparte.
Entre el fulgor de tantas mentidas joyas. En este elenco, cuyos caracteres están La amiga de Maria Eugenia, la criada saludamos ufanos al libro y al temperamento admirablemente trazados, y en una casona negra, la hembra vigorosa saturada de filoque han logrado preservarse con alma se de su abolengo, en Caracas se desarrolla sofía viseral, la de los decires picarescos, lecta, del mal del ambiente pequeño, nada toda la narración de Ifigenia, narración ame (prohibidos terminantemente para los oídos formado para el desarrollo del escritor, y nísima en que ni un momento nos separade la joven. y ella tenía una alegría malidonde su personaiidad tiene que luchar con mos de la grata compañía de la autora. Sin ciosa en escucharlos. es un personaje rustra una mole de prejuicios, contra prema embargo de ese ambiente que pesa como tico de enorme valor antitético al lado de turas admiraciones y odios, que como es de una montaña de plomo, la estancia de María los estafermos inhumanos que rodean a la suponer, adquieren mayor virutencia cuando Eugenia entre los suyos por ese milagro bella joven. Aquella risa blanca de la nese trata de una mujer, y cuanto más hay inmanente de la juventud que tiene casca gra, simbolo de la alegría sin pecado, dique añadir en el presente caso de una joven beles y rosas para todas las tribulaciones ríamos que resuena como un eco dionisiaco de sociedad, y para el colmo de todo, harto termina por şerle soportable. Se refugia en las páginas finales. guapa para agradar. hasta a los no letra dentro de las cuatro paredes de su habita Dentro de la simplicidad del motivo que dos. Mas, Teresa ha sabido sacar partido ción, donde el buen gusto y su imaginación acabamos de diseñar, en el espacio que va de todas estas condiciones y calidades, para han obtenido triunfos en el decorado. Dis de un episodio a otro, hay en Ifigenia tal componer un libro único que ha de entu pone nimiamente el arreglo menudo de sus cantidad de observaciones sobre el pais y tusiasmar a todo lector; precisamente la cosillas; los cuadros en su sitio, las combi sobre la naturaleza que los siente con senobra maestra de esta autora está extraida naciones afortunadas de flores en los flo sibilidad novisima y un cúmulo de notas de los obstáculos que oponen a su espíritu reros, todo nos habla de la exquisita co psicológicas, de pinceladas, que la atencion moderno los prejuicios seculares de familia quetería y refinamiento de su dueña. Alli va sugestionada ante tanta y tan prolija y aun de la sociedad; el cerrado ambiente está frente al patio la mesa de escribir que variedad de incidentes; y hasta tal punto de una ciudad americana, que da ocasión a llega a ser para María Eugenia la amada esto es cierto, que no se podria apagar aquel peregrino intimario, maravilla de be y secreta confidenta; sobre esta reposan ningún detalle sin dañar el conjunto. El libro lleza femenina, iluminada de una doble in las blancas páginas en las que va bordando voluminoso como es, no llega sin embargo quietud corpórea y espiritual, que son goce lentamente sus pensamientos. Es su placer a fatigar.
y dolor de la amplitud suprema de una ju intimo, bordar, bordar todos los dias. Pero Ifigenia es pues un libro de colorido, de ventud privilegiada.
no son ya esos pensamientos rosas y espinas sugestión, amasado maestramente en arcilla La figura central o mejor dicho descen que bordaba la colegiala; son sus alegrías, de la realidad; es un libro germinado en el trada en la obra, es una joven huérfana, sus penas, sus ensueños y sus traviesas silencio y cuajado en la lentitud de las hoque después de efectuada su educación en sonrisas. Alli con transparencia luminosa, ras y que no está compuesto en literatura Paris, regresa al seno de su familia que dándonos esa sensación de lentitud de las ni desnaturalizado por los mirajes del éxito.
habita en la capital venezolana, donde rehoras, en un ir y venir de ideas, asistimos La pluma de Teresa de la Parra tiene a signada se récluye en la clausura del cláa la cristalización del alma de una mujer momentos el dinamismo raudo de un maessico hogar a la española. Allí la autora nos compleja y delicadísima. No tarda en surgir tro Dostoiewsky; escribe con la sinuosidad del pesamiento; y armoniosa y sutil, nos muestra su medio familiar, irrevocable pri. el conflicto amoroso, que no podia faltar sión para su alma alada, donde no se pueen torno de esta gardenia caraqueña, que muestra las múltiples facetas del enigma de salir decorosamente, sino de brazo del adquiere en las dos últimas páginas del femenino, que como fuegos de artificio pasa novio para ir a la boda. o clavada en las libro, álgida complicación: las dos represen un momento ante nuestros asombrados ojos.
seis tablas de un ataúd. María Eugenia taciones del amor, la una el amor amor, Con efusión y contento por este triunfo Alonso, así se llama la heroina comienza por decirlo así; la otra, el amor ajustado a de las letras hispano americanas, ensayando por hacernos conocer a su simpática abuelas conveniencias económicas, al que le emun ademán de elegancia romántica me inlita, buena como el pan; luego nos presenta puja su familia, llegan a tener un cariz dra clino ante esta joven y bella autora, que a tia Clara, la solterona un tanto doba, mático, pero con aquel dramatismo trascen no contenta de ir por la vida, pisoteando uno de esos caracteres cenicientos que dan dente que va al doloroso sacrificio indivi mirtos, se adorna también con la simbólica la impresión de una existencia congelada y dual. En el final del libro, en donde se halla rama de laurel.
absurda. Antes, el día de llegada de María el único arranque literario, la heroina adCORNELIO CRESPO VEGA Eugenia, que vuelve del viejo mundo, apequiere a momentos todo el temple de la innas barruntado desde el colegio, gracias a dignación y la protesta, pero al fin termina Paris 1925.
su sorprendente malicia hemos conocido a perdiéndose en el silencio y la resignación.
Tío Pancho, soltero de profesión, pobre De ese modo Maria Eugenia, tenida por empleado público; en una palabra todo un los suyos como la muchacha peligrosa, inManuel Cestero fracasado simpatiquisimo. Con igual ocasión filtrada de las libertades de la diabólica nos pone delante al tio Eduardo. vaya un Europa, que había maleadó según el decir Ha muerto el señor Manuel Cestero, tio diría un castizo. el polo opuesto del de la abuelita la severidad propia de una dominicano que vivió mucha parte de su tio Pancho: palúdico crónico, acatarrado de niña decente, de ese modo diré, la cabecita vida en los Estados Unidos de América, constitución; alli nos pone delante, vestido loca de la casa sobre la que llueven interocupado acá y allá, en trabajos de índole de dril y con su mujer fea, rodeado de una minables y sabios consejos salvándose ella literaria, como Cuentos a Lila, y aun de inlarga y espantable prole probándonos que misma del peligro de una pasión irregular dole didáctica como propósito de la eduno hace honor a Malthus (como no lo ha en la que estuvo a punto de sucumbir, de cación del niño. Fué sienipre un enamorado cen tampoco las moscas y sus congéneres. ese modo da un mentís a las inútiles rede su patria. La muerte le ha sorprendido Esta figura risible es el blanco frecuente primendas y a las gazmonerías caseras; de ejerciendo el cargo de Cónsul en Santiago de las graciosas burlas de María Eugenia; ese modo, no sin haber sufrido el lento sacri.
de Cuba. Pierdese en el uno de los más entusiastas propagadores y voceros de la este es el tipo representativo de la ambi ficio de sus bellas rebeldías, saca triunfante ción, el acaparador de los bienes de la fa su profunda dignidad. queda cumplido el belleza, el talento, y los recursos naturales de la República Dominicana.
milia. En efecto, no hay diferencia de esta anuncio de ese personaje interesante de la efigie moral con la de los acaparadores que obra, del que no hemos hablado: la criada (Patria, Sto. Domingo. Rep. Dom. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica