REPERTORIO AMERICANO 61. monarca, fatuo y ocioso, al llegar la El empleo de un año del Oro y cientos de leguas abajo, Portugal adolescencia de la princesita se preocula Benguela e Inglaterra la Zululandia. El. po hondamente. los pocos dias el resultado (Cuento de las mil y una noches)
rey de la Leyenda pareció favorablemente de sus meditaciones tomo forma en un preimpresionado al concluir tan gentil conquisgón lanzado a los cuatro vientos en la ruitador la relación de sus triunfos.
dosa compañía de atambores y trompetas: grandes ojos claros se abrían sin que los Llegó el turno del rey asiático.
se convocaba a los aspirantes a la mano de empanase la menor turbación.
El rey asiático había fomentado durante la princesita para la fiesta del granado en La risa murió en la fina boca del principe el mismo tiempo las artes y las ciencias en flor, célebre en toda la comarca.
de las Islas Azules. La sustituyó la sorpresa; sus vastos dominios. Estableció tres uniEl día señalado sono un instrumento guedespués su rostro reflejó un sentimiento de versidades; levantó un enorme Palacio que rrero; repercutió en los altos, sombreados viva adoración. Su vivaz ingenio no vacilo llamaba el Colegio de los Sabios, para hamuros de la ciudad, el ruido de la poderosa un segundo. Se inclinó al oido de su paje y bitación de éstos. Además, su liberalidad trompa manejada por un etiope herculeo; y le susurro estas palabras. tengo la seguridad mecénica reunió en su redor a los artistas entró el principe negro. Lo acompañaban de que el gran visir ha penetrado tu disfraz; contemporáneos más eminentes de todas las quinientos guerreros: era moreno y fuerte. mira cómo te observa. El rey de la Leyenda. tierras conocidas. Para el final de su dis.
Llegaba el primero.
no gasta bromas. Corre a esperarme a mis curso el rey asiático reservaba un golpe de Llenó los corazones de ternura una suave estados. efecto: había hecho un poema (diecisiete mielodía, melancólica y extraña; no repercuEl paje rubio tuvo un temblor nervioso: tantos) en honor de su amada! Guiñó los tió en los muros; se tendió como una sábana. aprovechó el primer momento oportuno y ojos oblicuos conquistadoramente y pidió sobre la ciudad y después en un movimiento desapareció silenciosamente.
permiso para leerlo. La melíflua, larga de ascenso se perdió en los aires como una recitación duró tres días, que aprovechanube blanca; y entró un rey oriental; era herron los cansados viajeros para dormir.
El rey de la Leyenda afirmó a los prinmoso y era opulento: lo acompañaban tres sin embargo el poema era bellisimo. Como cipes que entregaria su hija. por esposa, juglares, cien bayaderas y todos los nobles que malas lenguas aseguraban que no era como fué uso y costumbre, en la era miliude su corte; sus servidores cargados de del recitante, sino obra hecha en colaboranichesca, al que mejor emplease el año que presentes llenaron la ciudad.
ción por tres de los mejores poetas resiDespués llegaron tres principes más.
transcurría hasta la próxima fiesta de los dentes en su reino. Concluida la admirable El hermano del rey recibió a los huéspegranados floridos. Los emplazaba para dentro des; les fijó la hora en que el monarca los estaban reunidos. Los principes aceptaron.
de doce meses, tal día como en el que entonces factura, los tres colaboradores fueron decapitados como sabia medida de precaución.
recibiría y por último les indicó bruscamente No bien terminó de leer, se levantaron que en él tenían un rival: amaba a su adoDespués hizo los honores a sus visitantes rable sobrina. al expresar la pasión que como regio anfitrión. Al día siguiente, cuanlos principes restantes y hablando a la vez; sin que el rey lo pudiera evitar, contaron lo consunuia su voz tuvo tonos duros y. pe do la segur adiamantada de la luna segaba fabulosos merecimientos. Pero a pesar de netrantes; los visitantes sintieron una senlos imprecisos velos de la noche agonizante, ellos, el monarca congregante dictaminó que sación de malestar. Era ambicioso y lleno cinco principes partían por cinco diferentes eran muy inferiores a los del príncipe negro de voluntad.
caminos. No os extrane, lectores modernos, y a los del rey asiático. El poderoso árbitro La anhelada hora de audiencia llegó. Los este raro proceder del rey de la Leyenda.
vacilaba en dar a uno u otro de estos la Los anales llamados cuentos de hadas traen seis rivales se preguntaban ansiosamente preferencia y resolvió que la princesita eliqué se exigiría de ellos. La espera los lleno innúmeros ejemplos de que los monarcas de giera. Estaba en una estancia vecina desde de cansancio y después concluyó de eneresas épocas venturosas procedian así.
la que había podido escuchar las narraciovarlos el ceremonioso recibimiento del rey nes de sus rivales adoradores.
del país de la Leyenda. Hinchado y majesLa fiesta de los granados floridos los Cuando una comisión por orden real en.
tuoso, dió a cada uno de sus actos un careunió de nuevo. todos no, porque faltaba treabrió la estancia, se oyeron siceos, prorácter de gravedad. Cuando con teatrales el hermano del rey y el principe de las Islas testas, ruido de luchas y gritos de amenaza, movimientos hizo llamar a la princesita, Azules. El hermano del rey estaba lleno de Al fin apareció de nuevo la comisión lle.
alguien no pudo contenerse y sonó una larga cadenas en oscura prisión de estado. El vando con ella a la princesita que lloraba risilla burlona, inextinguible. El rey se vol altivo ambicioso pensó que el mejor empleo angustiosamente. No sólo a la hija del rey vió alterado: El que asi interrumpía la gra de un año por siete rivales entre los que conducia; también la acompañaba, cabizbajo, vedad del acto era el vecino principillo de mediaba la común circunstancia de aspirar el Principe Azul.
las Islas Azules; un molesto vecino, por a la mano de la princesita, era hacer pasar El rey salto de su asiento exaltado. cierto. Su escueto erario o su frivolidad lo el cetro real de las manos de su hermano una conminación suya perentoria, el princihabían hecho prescindir del acompañamiento a las suyas. Por este único hecho tendria pillo Azul, pasando por alto la inmediata debido a su rango. Unicamente iba con el la seguridad de salir vencedor. El mismo explicación de su presencia en la estancia un paje rubio de mirada aún más sarcástica se adjudicaria el premio, en último caso vecina, empezó, primero con debilidad y que su Señor. El gran visir con un solo dis aunque fuese forzadamente. Compró très luego con desesperada vehemencia, la rela.
creto giro de sus gafas ahumadas reconoció generales y sublevó a una legión. Pero su ción del empleo de su tiempo.
en el paje a una mujer disfrazada con ha criminal intento fracaso y el rey su herma. Qué había hecho durante ese ano? Habilidad. El principillo pidió disculpasen su no que le perdonó la vida le negó la libertad, bia, procurado hacerse amar de la princesita.
importuna risa. El placer de estar entre Los cinco pretendientes que restaban, en Locamente enamorado de ella, ni un solo tan selecta concurrencia lo hacia estallar riguroso turno de prioridad impuesto por el instante pensó partir. No hubiera tenido el de gozo. luego serenamente explicó su rey de la Leyenda, tomaron la palabra. Cada valor de alejarse de su lado. Tres meses presencia. Aspiraba también a la mano de uno parecia seguro de obtener el premio. pidió una cita a su real amada. Al cuarto la princesita. Era pálido y bello. Cómo no habia de ser tal su creencia si logró con su constancia lo que solicitaba.
El rey frunció el entrecejo. Pero la prin había tenido el que menos una docena de Medio año entero escaló la virginal alcoba.
cesita entraba y concluyó de desarrollar el cortesanos lisonjeros que se lo predijeran Los últimos tres meses no se habia sepa.
programa que se trazara. La condujo hacia diariamente?
rado de ella sino los breves instantes en el medio de la real estancia, Rompio ner. El príncipe negro habló. Al frente de su que el rey la llamaba a su do. lle.
viosamente un broche de rubies; cayeron ejército, el mejor disciplinado de las tierras gar a este punto de su apasionada explilargos, flotantes velos blancos; y apareció conocidas, habia conquistado el bajo Egipto, cación, como si de pronto una llania salvala elegida, una chicuela linda que miró con la Etiopia y la Argelia. Por las victorias de dura vivificara su cerebro, perdió su voz curiosidad a los principes reunidos. Sus sus generales la España perdió La Costa todo acento de dolor y en una rápida Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica