Tomo XIII REPERTORIO AMERICANO Núm. San José, Costa Rica 1926 Sábado 14 de Agosto SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA SUMARIO: Soñaba el Abad San Pedro; y yo también sé soñar, por José Cecilio del Valle. Rafael Nieto, por Humberto Tejera. Otra protesta. Un fracaso aleccionador, por Diógenes de la Rosa. por Max Jiménez. Apreciación, por Justo Pacio. El encanto de Chopin, por Hller. El trópico y el mar como ambientes poéticos, por Antenor Orrego. El Album de los pétalos de rosa, por Gris. Carta de Alcides Spelucin. Página lirica de Alcides Spelucín. Lo que necesita Nicaragua, por Rómulo Tovar. Los Viejos, por Rubén Coto. La clase media en Francia y en nuestra América, por Edwards Bello. Palique, por Eugenio ors. LA EDAD DE ORO.
El prócer José Cecilio del Valle El Sur se cubría de sangre por defender sus derechos y el Norte mandaba millones al gobierno que intentaba sofocar aquellos derechos.
No hubo simultaneidad en la causa justísima de nuestra independencia; y esta falta grave aumentó las fuerzas de España; entorpeció la marcha de América; y fué origen de males que llora el amigo de los hombres.
La unidad de tiempo es en los grandes planes la que multiplica la fuerza y asegura el suceso; la que hace que dos tengan más poder que un millón. Cien mil fuerzas obrando en periodos distintos sólo obran como una. Diez fuerzas obrando simultáneamente obran como diez.
No marchó la América con el plan que exigia la magnitud de su causa. Lo que hace derramar más lágrimas: lo que penetra más la sensibilidad: lo que más horroriza a la naturaleza es lo que se vió en los países más hermoseados por ella. Sangre y revoluciones son los sucesos que refiere la Historia; muerte y horrores son los hechos de sus anales.
La pluma se resiste a escribirlos: la memoria se niega a recordarlos. Volvamos los ojos a lo futuro. Ya está proclamada la independencia en casi toda la América, ya llegamos a esa altura importante de nuestra marcha política: ya es acorde en el punto primero la voluntad de los americanos. Pero esta identidad de sentimientos no produciría los efectos de que es capaz, si continuaran aisladas las provincias de América sin acercar sus relaciones, y apretar los vinculos que deben unirlas.
Separadas unas de otras, siendo colocadas en un mismo hemisferio, el Mediodía no existe para el Norte y el Centro parece extranjero para el Sur y el Septentrion (b. El reposo de las unas no es un bien para las otras: las luces de aquéllas no son una felicidad para éstas. Chile ignora el estado de Nueva España; y Guatemala no sabe la posición de Colombia.
La América se dilata por todas las zonas, pero forma un solo continente. Los americanos están diseminados por todos los climas; pero deben formar una familia, Si la Europa sabe juntarse en Congreso cuando la llaman a la unión cuestiones de alta importancia, la América ¿no sabrá unirse en Cortes cuando la necesidad DE SER, o el interés de EXISTENCIA MAS GRANDE, la obliga a congregarse?
Oid, americanos, mis deseos. Los inspira el amor a la Amé.
rica que es vuestra cara patria y mi digna cuna.
Yo quisiera: Que en la Provincia de Costa Rica o de León, se for.
mase un Congreso general, más espectable que el de Viena, más interesante que las dietas donde se combinan los intereses de los funcionarios y no los derechos de los pueblos: Que cada provincia de una y otra América mandase para formarlo sus Diputados o representantes con plenos poderes para los asuntos grandes que deben ser el objeto de su reunión: Soñaba el Abad de San Pedro; y yo también sé soñar América estaba dividida en dos zonas contrarias entre sí, oscura la una como la esclavitud, luminosa la otra como la libertad.
Nueva España, Guatemala, San Salvador, Comayagua, León y Panamá formaban una extensión inmensa de territorio sometido al Gobierno español. El nuevo reino de Granada, Santa Fe, Caracas, Buenos Aires y Chile formaban un espacio dilatado de tierra libre e independiente.
Si en el antiguo mundo los paises septentrionales eran el suelo de la libertad, en el nuevo los australes fueron la tierra venturosa donde brotó primero (a. a) No hablo de todit u America. Hablo de lo que se llama América Española. 6) Hablo del Istmo de Panamá del cual no sabemos si ha pronunciado su independencia. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica