214 REPERTORIO AMERICANO it olin y del señorito vago, del Monipodío de le por tamaño que pareciera, ni empresa por ñora doña Dulcinea, tamana empresa no fué vita y del Chiquiznaque del chaquet, del ardua que resultara, ni aventura por sem estéril en modo alguno. No fué sin fruto el explotador y del ignorante que sumieron al brada de escollos que se ofreciera, que vos, que os remontárais con los ojos cubiertos pueblo en telarañas; esa España encanijada nunca bien alabado paladin, no acometiéseis a la inmensidad del cielo y que atravesarais y miserable, ahogada bajo la campana de la del mejor grado y con gran tesón, por ser por las cuatro regiones en que se divide, iglesia como en la pneumática el pajarillo vir y honrar a la dama de vuestros pensa ni que el frío os helara y os tostara el moribundo, metida en su solar, conservada mientos y señora de vuestro albedrío, la fuego, ni que Sancho, travieso, por vez prien el viejo vino de sus tradiciones y blasones. sin par y bien amada doña Dulcinea del mera se desmontase, y recordando sus días Mas ya volaron, volaron ya los nuevos Toboso.
de pastor, se entretuviese en jugar con las Icaros. Ellos llevan sobre la ruina de una En vuestras horas de amables reminis siete cabritas, que eran como alhelies, y patria el porvenir de otra. El aire les im cencias, cuando evocáis vuestros recuerdos, que pastaban tranquilamente en el hermoso pulsa, hincha la nave. Es la nueva España, por remotos no menos dulces, cuando hacéis azul, mientras vos, fiel a la palabra empela que quiere mirar al puro cielo, ser el el recuento de vuestras aventuras, todas ñada, no dejasteis pasar ni un rayo de luz águila caudal que clave su mirada en el ro ellas dignas de ser rememoradas, por el por entre la venda, en forma que no vísteis jizo sol, que desafíe al porvenir. Ya la vieja ideal de justicia que las inspiraba, por el ni cielo ni tierra ni mar ni arena, pero disEspaña, entumecida, desapareció en el ho valor sin sombra, con que fueron acometeis cima a vuestra obra; no fué sin fruto, rizonte. América blanquea. Unos brazos, in tidas, por el éxito que las coronara, por el digo, tanto sacrificio y denuedo tanto, como terminables y ardorosos, que surgen de la lustre que dieron a vuestro nombre ya de vais a saberlo por lo que hoy pasa en el costa y atraviesan el mar, une a dos cora.
suyo flamante, no olvidéis una, no diré la mundo, en este año de gracia de nuestro zones en igual amor. España y América, más famosa, porque todas las vuestras lo Señor de mil novecientos veintiseis.
América y España están ya juntas. Es el fueron por igual, según su cariz y su objeto, Vuestro espiritu, aquel espíritu aventurero, humano progreso quien las junta. Amor de pero sí la que estuvo más fuera de lo co irreductible al miedo, enamorado de grandes civilización, de libertad, de cultura. Amor mún, ya que escapó su acción de la tierra ideales, sediento de gloria, ávido de emdivino! Ayer era nuestro pasado quien nos que pisamos y se desenvolvió, con toda presa, que encajó en el corazón de los Pinjuntaba; hoy, nuestro porvenir. Hermanos su novedad en las esferas etéreas, donde zones y de los Solises y los hizo fuertes y nuestros, saludad a la nueva nave que des nunca hasta entonces, había llegado caba animosos para traspasar los mares, y en el cubre vuestras Américas! Esta nave es nues flero alguno, ni el mismo Amadis, con po de los Pizarros y los Corteses, para domitra España; la que sentimos todos. Con ella der lo que podía, ni Orlando, con ser quien nar continentes, eso que de vos brotado y van nuestras esperanzas y nuestros besos, era; porque si bien Pierres anduvo por los metido en el alma de la raza la hace lo Queremos otra España. Una España con aires y hasta llevó consigo robada a la mismo hilvanar sueños que trocarlos en reaalas. El pájaro salta ya de la campana pneu linda Megalona, eso debióse a que le dis lidades, es el que hoy ha empujado a un mática, donde se ahogaba. Queremos alas! pansaba su amistad y su protección el en grupo de varones jóvenes, templados en ¡Exigimos alas!
cantador Merlín.
fragua de héroes, para que caballeros en Ayer subía yo las escaleras del Museo Imagino que ya habéis sorprendido mi un moderno Clavileño, no obra del encandel Louvre. Dominando la escalera apare pensamiento y sabéis que trato de traer a tador Merlin, sino de la inagia de nuestro cía la Victoria de Samotracia, escultura colación el hecho incomparable que pasara siglo, encumbrándose a los aires traspusiegriega que, apoyada en la proa de una nave, en los jardines del duque y en el cual fuis ran, venciendo sus rigores, el océano que evoca el gran combate naval en el que los teis protagonista y héroe a la vez, cabal Colón dominara, para llegar a la América, griegos fueron los vencedores. Aquella esgando en el Clavileño que os enviara para donde antaño Castilla clavó sus pendones.
tatua, falta de cabeza, segado el cuello como ir a Ganduya el encantador Malambruno, Si, oidlo bien, es el Quijote que llevamos por la guillotina cruel de la barbarie husegún lo anunciara la Dolorida, siempre que dentro, todos los que hablamos una misma mana, extiende sus inmensas alas, victorio fuéseis el caballero su libertador. Impacien lengua y por las venas nos corre una missas, como gigantesca águila orgullosa.
te esperásteis el caballo famoso, ardiendo en ma sangre, el que se encuentra repartido Yo ví un símbolo en aquella Victoria. anhelo de realizar la hazaña, y apenas llega en nos, como por obra de una eucaristía Era España. España conserva las alas.
do, sin siquiera calzaros las espuelas, subís. espiritual, el que ha puesto, en los jinetes Ellas vuelan, vuelan, vuelan. Conquistarán teis sobre su lomo, acompañado de Sancho, de ese nuevo Clavileño llamado Plus Ul.
el Mundo.
que lo hizo con las reservas del rústico y la tra, la firmeza de nervio, la entereza de RODRIGO SORIANO sumisión de buen escudero, aunque por sal corazón, la fe sin quebranto, que los ha var sus carnes atormentadas por el leño traido triunfantes, embrazado el escudo, a París, febrero.
que le resultaba más duro que el mármol, las playas donde otros días, adivinando optó, atendiendo prudente consejo, por aco rumbos, más que siguiéndolos, vendados se modarse a la mujeriega. Una vez jinetes dirla como vos en vuestra excursión aérea, El Clavileño ambos, os remontásteis a los espacios y venían los que tripulaban las carabelas y llegásteis a la segunda región del aire, los galeones.
del siglo XX adonde se engendran el granizo y la nieve, así como vosotros, cuando ya ibais muy y a la tercera en que se engendran los re lejos de la tierra y seguíais oyendo los acordáis, Señor Don Quijote, del buen lámpagos y los rayos, y hasta disteis con clamores de la gente del jardín que os estiempo aquel, en que armado de todas la región del fuego, como que se encen timulaba en momento que Sancho os pre.
las armas, inclito andante, vagábais por el dieron vuestros rostros como ascuas y hasta guntó. Cómo dicen esto que vamos tan mundo dando debido cumplimiento a la mi a punto estuvieron de chamuscarse las bar lejos, si alcanzan acá sus voces, no parece sión, a un tiempo mismo noble y penosa, bas de Sancho.
sino que están hablando acá junto a nosque os imponía vuestra calidad de caballero Pero. quién mejor que vos para traer otros. y vos les respondisteis. No repare bien nacido, de deshacer agravios, endere. a cuenta esas remembranzas y evocar los en eso, Sancho; que como estas cosas y zar tuertos, enmendar sinrazones, mejorar detalles y pormenores de la gran proeza y estas volaterías van fuera de los cursos abusos y satisfacer deudas. Os recordáis rumiar la satisfacción que debe produciros ordinarios, de mil leguas verás y oirás lo como dábais remate a vuestro cometido, sin el remate bello que tuvo, de acuerdo con que quisieres. así, los tripulantes del Plus que los peligros pusieran pavor en vuestro vuestros deseos y vuestras esperanzas? No Ultra, por obra de la magia de nuestros ánimo, ni los reveses entibiasen vues es; por lo tanto, mi intento, hablaros más días, cuande iban muy alto e iban muy tro corazón, ni los desengaños hicieran fla de esas cosas. Quiero simple y llanamente lejos, no sólo oían la palabra de los que quear vuestra fe robusta, como hija de la deciros que aparte del bien incomparable en firme se quedaban, sino que también causa que la alimentaba? No hubo sacrificio que hicisteis a las dueñas y la vuestra se enviaban la suya, y relataban, a los que OS Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica