REPERTORIO AMERICANO 219 El vigor de la raza intervención popular; enmudecieron los comicios; fue otra vez ley «lo que place al príncipe. según la vieja deiinición autoritaria. las voces que ahora exaltan de alegría callaron o aprobaron. El vigor de la raza!
Yo no dudo que hay, en las ocultas ger.
minaciones del porvenir de España, otro vigor de raza, digno del canto de salutación. Pero esa otra España sabe que si se aclamara a sí misma dejaría de abrevarse en las fuentes generosas de su salvadora desazón, que le dan una nueva sed, a cada sorbo.
El avión ha llegado a las playas de Buenos Aires. La madre saluda a la hija, opulenta, prospera, y sobre todo, grávida de porvenir. Pero las alas de ese avión han vibrado en el umbral de un Parlamento vivo; han dejado su resonancia triunfal en una Prensa libre; han trepidado bajo el saludo clamoroso de un pueblo emancipado. Felices las naciones que saben acordar, como una armonia, sus, dos rigores: el de su brazo y el de su cerebro, el de su bravura y el de su ideal, el de su fuerza y el de su libertad!
GABRIEL ALOMAR (La Libertad, Madrid. ESDE muy lejos han llegado hasta mí los ecos de las manifestaciones de estos dias. Por qué, reconociendo la bravura de los aviadores victoriosos, mi espíritu no ha podido juntarse a esos clamores de júbilo?
Porque una antipática y tendenciosa popula energia difusa en la masa nacional. Sería lachería los mancillaba. No conozco nada curioso estudiar el proceso de narcisismo tan repulsivo y pernicioso como la idola colectivo que impulsa a convertir los vitotria, que es la pobre ilusión de idealidad res al ídolo de las fuertes jornadas apara.
que se dan los necios. La gesta de esa tosas en aclamaciones que nos hagan par cuarta travesía aérea del Atlántico es una tícipes de su gloria. Esas jornadas contiebella heroicidad, y no pueden ser más que nen datos utilísimos de psicología colectiva.
inconscientes enemigos de ella los que tan Se desborda en las multitudes, en esos mogrotestecamente la caricaturizan.
mentos de anormalidad febril, una exaltaLa medida del valer de un pueblo se ción primitiva de religiosidad; un afán de conoce por su reacción ante los grandes reliquia, una extensión del sentimiento adohechos. Cuando el pueblo es digno de ellos. rativo hacia todo lo que, más o menos cersabe apreciarlos con perfecto sentido de la canamente, se relaciona con los proclamados héroes excepcionales.
proporción. Como no le son extraños, se siente capaz de asimilarlos en su justa mag.
nitud histórica y juzgarlos con clara visión.
Pasa el Carnaval bajo nuestros balcones, Pero cuando es inferior a ellos, los mira Una vez aún la memoria de Larra nos pecon asombro primitivo o selvatico; en vez netra glacialmente. pensamos. El vigor de la noble admiración, les tributa el fre.
de la raza! Acude a nuestra voz y a nuesnesi alocado de los fanáticos o la superstra pluma, consolándonos, la clara visión ticiosa adoración de los fetichistas. Upa del patriotismo eternamente insaciado, incosa es el goce estético del descubridor capaz de mirarse al ombligo para cantar que contempla la tierra hasta entonces desnuestra perfección definitiva. Mientras las conocida, y otra cosa es el espanto del turbas materializadas proclaman su contenindio ante la carabela o el cañón de los to, hay otra raza de espíritu, recluida en el descubridores.
vigor fecundo de su descontento, que conLa nueva travesía del Océano es una templa, a cada uno de sus avances, la dis.
contribución benemérita de España a la tancia enorme entre la vida y el ideal.
historia gloriosa de la aviación. Aunque no, Sube a las alturas, traspasa los mares inrepresente el mayor raid efectuado hasta visibles; pero se grita a sí misma, como ahora en vuelo sin escala, puesto que le el héroe de Longfellow: Excelsior. Más superan, según mi recuerdo, el de Terraarriba. Sabe que no sabe nada. Sabe que nova Chifden (Irlanda. 000 kilómetros, 10 la única prueba de superioridad reside en grado por Alcock y Brown en Junio de 1919; la conciencia de un nuevo afán insaciado, el de Nueva York San Diego, 032 kilo en la inquietud de un alma eternamente metros, de Mac Ready y Kelly, en Mayo satisfecha y sedienta. Pero también sabe de 1923, y el de Etampes Villa Cisneros que lo bello es el camino, más que la llega(junto a Dakar. de Arrachart y Lemaitre, da definitiva, que sería la muerte. sabe, en Febrero de 1925, de todos modos, la en fin, que cuando alguien susurra a nueshazaña de Franco y sus compañeros es tro oído la tentación de adorarnos a nosmemorable y magnífica. Mas por lo mismo, otros mismos, lo hace porque tiene horror importa que sea digno de ella nuestro en a nuestra marcha y a nuestra sed de conotusiasmo. La patria de los aviadores ex cimiento, puesto que se asienta sobre nuestranjeros cuyos nombres victoriosos acabo tra inmovilidad, resignada, ciega, conservade citar no descompusieron su gesto ni ca tiva y extática.
yeron en estridencias al tributarles el mere.
Conservemos con estoico valor nuestra cido aplauso.
realidad nacional. Dejemos ahora el vigor Pero hay otro aspecto esencial en la ac de nuestros brazos, la energia impávida de titud de nuestras multitudes de todas clases nuestra osadía. Atendamos, por unos moante la hazaña. Por una inconsciente nece mentos, al «otro» vigor, al vigor. espiritual.
sidad de consuelo y compensación para ¿Quién negará que se nos ha reconocido intristezas demasiado evidentes, se ha queri capaces de aquella categoría por la cual do inducir de esa gloria un reflejo sobre los pueblos ascienden a señores de sus la genérica vaguedad colectiva que suele propios destinos, árbitros de su soberania, designarse con el nombre de «la raza. Los libres otorgadores de su poder? No queragrandes esfuerzos materiales suelen atraer mos averiguar ahora si fué justo el descrécon mayor prestigio la emulación de la dito de nuestras instituciones civiles. Lo plebe. como ella los comprende mejor, y cierto es que así fué proclamado a los cuaúnicamente le parecen superiores a ella por tro vientos, y que el silencio público pareció el valor cuantitativo, pero no por el cuali aceptar esa mutilación. Cerráronse las puertativo, con facilidad se les asimila como tas de las asambleas, levantóse el muro de substancia propia, creyéndolos nacidos de la vieja justicia histórica, obstruyendo la Plus Ultra!
TRA ayer. No hay que evocar un pasado histórico. Era ayer, como quien dice.
Los años de nuestra infancia con los tranvias de mulas y los lentos simones; con el globo, inflado de humo, que se elevaba en la plaza de toros, llevando al tripulante acrobata suspendido del trapecio, y con las 110velas de Julio Verne, leídas bajo la verde pantalla del mechero de gas.
Cinco semanas en globo. En muchos hogares el padre era tan entusiasta de Verne como el hijo. Discutian los dos, cual buenos camaradas, las peripecias del viaje aéreo a través del Africa. Mientras el niño, excitado por aquellas aventuras, se sentia hombre, el hombre revivía los sueños de su propia niñez. Qué gusto hacer il viaje asi por los aires. verdad, pequeño. Pero no creas proseguia la voz.
adulta. no creas que todo eso es tan fantástico como parece. La ciencia progresa mucho. Tal vez llegue un día en que el submarino del capitán Nemo exista de ve.
ras y en que los futuros aeronautas puedan en pocas semanas atravesar los Continentes. iQuién sabe. iQuién sabe. Solo unos años han pasado. Aquella voz adulta se apagó para siempre, dejando en el corazón filial resonancias inolvidables.
Sólo unos años han pasado y la realidad ha ido mucho más de prisa que nuestras Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica