Kidnapping

REPERTORIO AMERICANO 117 Tres líricos del romanticismo inglés Versiones y notas de Rafael Alberto Arrieta. Percy Bysshe Shelley ¿Qué objetos son las fuentes de tu canción. qué prados. 1792 1822)
qué montes, qué corrientes. qué universal modelo?
Cor cordium. Poeta de poetas. qué amores de tu especie. qué ignorancia El más etéreo luminoso, inasible. En del duelo?
la alondra de su bellísima oda podría verse el símbolo de su espíritu. La No admite languidez suspirante tristeza de Shelley clamó tu claro regocijo; siempre por la alegría. El año antesombra de pesadez rior al de su muerte invocábala con La tierra. el aire, llena nunca empanó tus horas; exasperada ternura. Cuán raramente tu voz, como la luna, vuelves a mi! decíale en una de sus amas, pero el hastio del corazón ignoras.
en la desierta escena, canciones más dulces. Por qué te asoma, en un momento En sueños o despierta alejas tanto. Por qué me abando su claridad derrama e innunda el firmamento. sabrás, sobre la muerte, nas. Mas si no pudo nombrarla su cosa más honda y cierta aliada, si no la sintió bullir en su De ti yo no sé nada que nuestros desvarios: alma con aquella fidelidad que la une ni de lo que semejas, al corazón de la alondra, alondra, no ¿cómo, si no, fluyeras en cristalinos ríos?
sino que a la irisada obstante, fué su espíritu de fuego, nube desafiaria En derredor miramos, heraldo de nuevas auroras sociales, tu presencia, visible chubasco de armonia, sedientos de imposible; soñador de mundos mejores. Un cririsa y pena mezclamos; tico llamóle «ángel ineficaz agitando Como espontáneamente nuestra canción más bella inútilmente sus alas luminosas en el canta el poeta, oculto es la que un pensamiento más triste nos vacío. pues el poeta quijotesco fra en la luz de su mente, da en ella.
casó al intentar realizar sus sueños, hasta que el mundo alcanza sembrando el dolor en los seres que a interpretar su oráculo de temor y esperanza. Aun si libres nos viésemos amaba o salpicando su plumaje cede odio, orgullo y temor, leste en las miserias que pretendiera Cual la noble doncella, o si nacido hubiésemos purificar. Pero chemos de exigir a en alta torre, calma sin pena que llorar, las alondras otra cosa que su canto su amorosa querella no sé cómo lográrainos tu alborozo imitar.
libertador?
con música sedante como el amor que aspira, en misterioso Más que la melodia instante; mejor y los tesoros una alondra de la sabiduría, Cual luciérnaga de oro, tu arte. oh, de este suelo ¡Salud, alegre Espíritu! en valle de rocío, desdeñosa. tu arte, como poeta anhelo.
pájaro nunca fuisteesparce su tesoro que viertes de lo altísimo de inefables colores. Qué armoniosa locura tu corazón colmado escondida, invisible entre hierbas y flores; fluyera de mis labios en profusas canciones de arte impremeditado.
al compartir la pura Cual la rosa emboscada fruición que en tu ser mora!
Más y más alto asciendes, tras de sus verdes hojas, Me escucharía el mundo cual yo te coino nube de fuego, por el viento violada, escucho alioru.
desde la tierra. Hiendes tanta dulzura ofrece el hondo azul cantando que hasta el raptor alado la absorbe y y al remontarte sigues tu música sembrando.
desfallece; Tres fragmentos sobre la música En la dorada aureola Són de lluvia vernal del sol poniente, donde sobre los prados, flores la nube se rrrebola, que abre el roce pluvial, flota y corre tu ser y todo lo que fuera Llave argentina de la fuente cual incorpóreo júbilo que acaba de nacer. alegre y claro y fresco, tu música supera.
del llanto, donde el alma bebe hasta el extravio de la mente; En torno de tu vuelo Ser o Espiritu, di suavisimo sepulcro de múltiples temores disuelvese el ocaso; qué dulces pensamientos donde su madre, la Inquietud, se calina, como estrella del cielo concibes; nunca oi y aduerme, como un niño causado, sobre en el fulgor del día, flores.
loa de amor, de vino, te vuelves invisible mas oigo todavía que alentara un diluvio de éxtasis tan divino.
II tu voz sutil, derroche Canto de triunfo y coro una cantante.
agudo como el dardo nupcial, contigo en justa, de la argentina noche, sufrieron el desdoro Mi espiritu navega como barca encantada cuya lámpara, oculta de su hueca importancia sobre las ondas liquidas de tu voz.
por el claror del alba triunfal, no está sepulta. al revelar la falta que oculta su jactancia.
disolvente. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica