REPERTORIO AMERICANO Página lírica de Andrés Avelino Del poema número son estos otros versos, no menos hondos y dolorosos y sublimes: No me importa que el la tenga al amparo de sus ansias. que la bese, que la abrace, que la haga momentáneamente suya. yo a sus carnes no les tuve jamás codicia humana. No me inquieta que la aleje de mi encuentro, que le arranque mis lecturas. él no puede destruir lo que ayer puse en su alma. El poema número es un idilio imaginario (cimaginario he dicho. con su amada; y el número termina:. pero. que no siga siendo ella mi musa eteria eso, ni él ni nadie lo podrá obtener.
HE leido esta mañana los Cantos a mi Muerta Viva, de Andrés Avelino. El título es un equívoco; no se trata de un mero juego de palabras. La amada ideal del poeta murió un día para él, y estaba viva para todos; luego la mató la tisis, y estaba muerta para todos, menos para él; en ambos casos, era una muerta viva.
He tenido esta mañana una conversación muy oportuna con uno de nuestros poetas más, estimables, minucioso rigorista, de la forma. Le pregunté, conociendo ya su respuesta, si entraría al nuevo concurso literario de los Padres Capuchinos; comentario va, comentario viene, me contó que había entrado a uno de ellos, años antes, y que se lo habían condenado por ciertos tintes teosóficos. Yo no sabía. agregó, que había en el poema algo teosofico; yo no soy. teósofo; pero después de todo el caso era ver si el poema tenia un valor poético o no, ideologia aparte, Oportuna anécdota, por contraste, ahora, al, trascribir poemas de Andrés Avelino. Avelino cultiva una poesia: que la gente llama «amorfa o descalifica del todo. como en el caso de aquel poeta purista de la forma, pediremos para este poeta purista de las orientaciones poéticas; el caso es ver si el poema tiene un valor ideológico y artistico, cuestión de forma aparte. Si van a discutirnos forma y fondo por separado, nos damos por vencidos; preferiríamos, llegado el caso, decir: al cultivador de las formas. poéticas del lenguaje le apreciaremos sus aciertos formales; al que todo lo pospone en honor a un sentimiento o a un sentimiento determinado, le estimaremos según sea vulgar o excelso su motivo de fondo. esto, para transigir y no entrar en discusiones ya descalificadas.
stran La vida así transcurre entre los dos amantes, tanto más íntima cuanto más alejada parece. En. él recuerda: Hoy cumple ella tres años de muerta en mi ilusión y en mi esperanza.
Cuán dolorosamente sé que vive todavia! en el cuenta de ella, con quien se viera. físicamente antes: Las amigas «notaron que llegaba trémula y que apenas si podía hablar. sus interrogaciones la tornaron nostálgica, porque hay cosas, Señor. que no se dicen nunca. elegimos de los poemas 10. 9, estos versos: No sé si me faltará el vigor de las estatuas para esperar; mientras tanto, seguiré siendo una esfinge en medio de los dos.
Hacemos nuestras, las palabras iniciales del poeta. Yo no tengo más espada para mi adversario que el amor, ni más ruta que el impulso de mis fuerzas subconscientes. Estas y muchas otras cosas hubiera yo dicho para lanzar estos cantos; pero hay. libros, como hombres, esenciales. Libro mío (o libro de ella. tú no necesitas de palabras, vas cargado de espiritu. Los treinta poemas pueden dividirse en dos secciones perfectamente determinadas. Hasta el poema número 13 inclusive, los cantos a la amada, viva para todos, muerta para el poeta; los otros, cantos a la amada, muerta para todos, y viva para el poeta.
Anoche fuí, como de costumbre, con alas de seda a perturbar su sueño La segui, mudo, a distancia y la vine a advertir ya muy tarde. cuando constatarlo era perderla.
Las once.
Es la hora en que ella acostumbra tomar la medicina.
La luna se oculto pero la paz, del momento no fué tan augusta para decretar su muerte.
La vi una tarde y me pareció una tisica.
Luego, deduje por su nombre que era tan sólo una muñeca.
Le escribi poemas que llegaron hasta su alcoba y hasta su espíritu.
Por muchos años fué en mi retiro como una diosa y como una estrella, pero un día marcilló su trono la diosa y tuvo la estrella un eclipse.
Sofrené mi dolor y tuve suficiente altivez para sepultarla en el olvido; esto me remordia a veces y me hizo triste, en tanto que el dolor Sofrenado tuvo im escape porque la volví a ver. termina un bello, poema, hondo y doloroso: Después, la disputa ha seguido cruel y sorda y el viento no la callado, han querido arraicármela pero el tiempo, a despecho de la realidad me dice que sigue siendo mía. Doctor, esta tos, esta fiebre, esta angustia, y este olor a muerte en todas partes, cuando se los va Ud. a llevar?
Tenga calma, que todo pasará mañana.
Asi le dijo con dureza el médico.
Hoy es un nuevo día. La pobrecita, alli está en su diván tendida, con esa tos, esa fiebre y esa angustia y el mismo olor a muerte en todas partes.
En la segunda sección del libro los poemas tienen un acento más hondo y más inefable. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica