REPERTORIO AMERICANO 315 Angclus Con grave paso de convalesciente llega la tarde a la quietud serena y por el cauce grávido de arena corre cual hilo de cristal la fuente.
Viste, alma, la tinica de ariniño.
Renueva todas las nupciales galas, y como cuando era bueno y era niño mira de nuevo al sol, y abre las alas.
Al contacto del aura confidente la verde copa de los ceibos trena.
Ya con argentea faz la luna llena rompe los densos nublos del oriente. No ves que ya se anuncia primavera?
Es la estación del ósculo y el canto.
Como en el sueño de la edad primera tén la dulce inconsciencia de tu llanto. junto a ti, las manos enlazadas, bajo el tibio fulgor de tus miradas, iento en el alma la piedad del nido, Silencia la centrifuga faena y olvida para siempre como enhebro con hilos de tu amor y de tu pena la madeja sutil de mi cerebro.
como si unieras en tu labio puro el alba sonrosada del futuro con las mañanas del edén perdido. qué el duelo y la queja. Muchachita, hablemos de la rubia primavera, del porvenir, la gloria, y la bendita eternidad de amor que nos espera.
Giocondina Visita de primavera Muchachita: se anuncia primavera, y bajo el soplo de, fragancias lleno como en los tiempos de mi edad primera me siento niño, y compasivo y bueno.
La sonrisa es miraje que revela el genio, el monstruo que en el alma vela.
Hay unas gloria y canto.
Otras que son aljófares de llanto.
También a tus alcores llegaría la ráfaga de sol, plena de aromas, el trino de la alondra, amada mía, y la banda de timidas palomas.
Unas asoman tímido reproche.
Otras, flor de ansiedad que rasga el broche.
Algunas, como esa, iris sutil en crátera de fresa. Esa ráfaga de oro no remeda el eco de mis súplicas fervientes, y es un ósculo así como de seda el que roza tu faz cuando la sientes?
que juega trémula en el labio tuyo, son la luz temblorosa del cocuyo.
Esa sonrisa pálida. qué anhela. Hacia qué lejos horizontes vuela. Ese trino de amor, tierno y sonoro, no dice que la aurora, si te miro, cristaliza los hilos de su lloro en el tenue rumor de mi suspiro?
Rayo de vésper, eco de romanza, hoja de olivo, nuncio de esperanza. no ves en la banda que a ti llega, banda de sueños que retorna al nido y con voces de huérfano te ruega que no quiebres sus alas con tu olvido. tu sonrisa enigmática interpreta lo que en el alma antigua del poeta canta una misteriosa epifanía a la Muerte. al Amor. a la Alegria?
La seda coruscante de las flores a mis pupilas es una delicia, y la seda sutil de tus amores la epidermis del alma me acaricia.
Fulminación La trasparente gota de rocio miente tu rubia lágrima, que halaga mi labio ardido en sed, y el labio mio con esa rubia lágrima se embriaga.
De lejos, de la honda crepitación del agua que desprende las ramas de la fronda y sus flechas de hielo al pecho tiende: Es tu voz virginal la que a mi viene en el grato susurro del follaje, y esa voz virginal como que tiene el placer melancólico del viaje.
de allá, lejos, arranca una luz que un instante me ilumina como una mancha temblorosa y blanca en el zocalo negro de una ruina.
Amas del ruiseñor la serenata, la voz del manantial, el rayo de oro, y las noches románticas de plata, el cielo azul y el surtidor sonoro. sueño con la lóbrega tiniebla de unas pupilas hondas, que de radiantes lágrimas se puebla como de brillos de cristal las frondas. es por ti como sé que un suave aliento anuncia a Primavera, y su fragancia viene quizás de ti, porque me siento su paso al percibir, como en la infancia. luego un resplandor, como de aurora, surge en la sombra y en la sombra muere mientras mi alma se estremece, llora, y bendice la chispa que la hiere. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica