REPERTORIO AMÉRICANO 213 Tarjeta alusiva HERNÁN ZAMORA ELIZONDO AHOGADO hispano costarricense a Franco, y la erección del monumento conmemorativo del Virilla, avivarán todavía en los espiritus esa confraternidad cordial, que tanto se acredita junto a las huellas crueles de la adversidad, como al pie de los grandes rastros de luz apoteósica.
José CARNER Turrialba 29 de Sel. de 1927 Querido Sr. Garcia: Para la Fiesta de la Raza, ya hemos cantado a España y sus héroes, cuanto he.
mos podido. No hay casi un poeta costarricense que no tenga su canto a España. Bien noble es eso; por lo menos en cantos debemos devolver, a la Madre Patria el heroismo que derrochó por nosotros, pero no menos noble es, sin duda, recordar en la fecha del descubrimiento a los conquistados, cuya sangre corre por nuestras venas, tanto como la española.
Si le parecen no muy malas, publique esas estrofas dedicadas a nuestros inditos, que, por ſortuna, no me las agradecerán, dado su analfabetismo. sus órdenes.
HERNÁN Juan Pizarro Ya se abrió la primera rosa Ya se abrió la primera rosa.
De su verde, oscuro capuz, ha emergido bella y radiosa, se ha encendido como una luz.
Ha nacido tan sonrosada, tan delicada y tan gentil, y es tan süave su fragancia, y su textura es tan sutil, que más que flor, es un ensueño, y más que ensueño, una ilusió. Cual si naciera del ingenuo soñar de un puro corazón; cual si una niña candorosa, toda pureza y toda fe. que hubiera sido mariposa en algún mistico vergel, la modelara con sus manos, y la impregnara de su olor, y la tuviera entre sus labios para imprimirle su color.
Urna de seda nacarina sobre un trifolio verde mar, subiendo fué de espina a espina, como aprestándose a volar. al sentirse ya en la cumbre de su luminica ascensioni, para saciar su séd de lumbre se abrió en excelsa exfoliación.
Ya las abejas la rondaron, ya vino a verla el colibrí, y unas neblinas la regaron con su rocio más sutil.
Llevo la brisa la noticia hasta el lejano robledal, y estalló en dianas la leticia del resonante Pito Real; y una irisada mariposa a quien le dió la nueva el Sol, vino a yacer sobre la rosa, como una flor sobre otra flor. Conquista del Perú no fué una epopeya, invoca su nombre para realizar el degolladero de Cajamarca.
Jacaso un acto extraordinario que suscite Pero en el panorama de la vida agitada, admiración? La carniceria de Cajamarca, de aquellos aventureros, se eleva la noble que es uno de los hechos más culminantes figura de Hernando de Soto, como una de aquel período, simboliza una comedia excepción. La historia reconoce también, en bufa. Su héroe, Francisco Pizarro, se com la oscura vida de Hernando Pizarro, su deporta como un personaje ridículo. En aquella sinteresada simpatía, llena de. coumiserainatanza, de carneros indefensos, como ex ción, por el inca destronado. Acaso sucede teriorización de una hazaña sin plural, don lo mismo con Juan Pizarro. Los cronistas Francisco se hace victima. Se deja herir en hablan con respeto de él. El propio Garla mano para defender al Inca. Fué la única cilaso le rinde su admiración incondicionalsangre española que se derramó en aquel mente. Qué desemejanza hay entre este instante, dice don Carlos Pereyra. Una nota Pizarro y los otros Pizarros? La diferencia cómica 110 podía faltar. Don Francisco, de es de orden moral. Los cronistas trasmiten fensor del monarca indio, se convierte des el hecho, pero tal vez no entiendan el sigpués en su más distinguido verdugo. nificado de aquella rida, realizada en vir¿Dónde, una acción de belleza moral que tudes espirituales, en una época donde los salve el nombre de los conquistadores ante actos se miden por la mayor o menor efila historia?
cacia del arcabuz.
Algunos historiadores, que confunden la La vida de Juan Pizarro no tiene su Plutonteria con la imparcialidad, se tranquili tarco. Quintana, que escudriña la biografia zan pensando en que los hombres que hi del porquero, que permuta su condicióti nacieron la Conquista del Perú, fueron pro tural por la de Marqués, apenas si alude a ducto de su época. Está bien. Pero Hernán Juan. La existencia de este Pizarro resulta, Cortés, fue hombre contemporáneo de los por eso, hundida en la sombra. Tratemos Pizarro. Tuvo crueldades rayanas en el de aclarar su contorno.
crimen, pero su altura moral y su heroísmo Juan Pizarro vino al Perú con su hermano lo salvan ante la posteridad.
Francisco, en 1530, cuenta el general Men¿Qué móvil capital guiaba los actos de diburu. Luchó en compañía de Benalcázar los compañeros de Pizarro? El deseo de contra los indios de la isla de Puná. Estuvo oro. El oro explica aun aquella temeraria en Cajamarca y presenció la emboscada aventura de los «trece del gallo. que la que el cazurro don Francisco preparaba al historia se ha encargado de contemplar, estu indio Atahualpa. Cuando éste puso precio a pefacientemente. Por el oro llega hasta el su libertad, el Conquistador envió a Juan ridiculo el noble caballero Hernando de en compañía de Gonzalo y Hernando, para Soto, haciendo caracolear a su caballo de que se apropiara de todo el oro del temlante del Inca; por el oro los soldados de plo de Pachacamac. Naturalmente, cuando Hernando Pizarro, saquean y violan muje se hizo la partición del tesoro robado, asres, camino del Cuzco. El oro resucita en tutamente al Inca, Juan recibió su parte resel futuro Marqués, la vestimenta sicológica pectiva. Le tocó 407 marcos de plata y del porquero de Estremadura, frente la 100 pesos de oro.
dignidad del indio vencido; por los quintos Consumado el asesinato de Atahualpa, los se hace cómplice de robo y asesinato, el españoles avanzaron hasta llegar al valle Emperador, padre divino de los hombres, don de Jauja. Juan Pizarro y Diego de Almagro Carlos Quinto. En la Conquista no hay un fueron los primeros en descubrirlo. En este gran ideal que guíe a los hombres en sus esca punto Francisco de Pizarro se les unió con ramuzas. El «hambre, de oro está por en las tropas. Como supiera que falanges de cinia de Dios mismo. El fraile Valverde indios se preparaban a impedir la entrada Así, esta primera rosa, de su oscuro, humilde capuz, Candor. Ensueño. Mariposa. ha surgido bella y radiosa, se ha encendido como una luz. MASFERRER San Salvador, 22 de junio de 1927.
Alfar Mensuario Director: JULIO CASAL Cantón Pequeño, 23. La Coruña, España. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica