138 REPERTORIO AMERICANO Página lírica de Arturo Capdevila Nocturno: Job ¿No abrid siempre mi rosa, mi rosa en el zarzal. No senti en carne mia helada hoja de puñal. No desgarré mis plantas por áspero breñal. No hallé por los caminos cada mal, todo mal?
Hablaba y más hablaba; ninguno respondió.
Cual lengua de los muertos mi lengua se seco. No vi que el desengaño es la ley, lo mismo con el paria que con el rey, lo mismo para toda la triste grey. También el desengaño para el pobre pastor con su pradito y con su buey!
No fue mi suerte como de mártires, no fue. En un lecho de brasas no me acosté. No tuve llanto a flor de párpados y lo oculte. No tuve horror a flor de lengua o cartas vistas todos, o no jugamos más!
Porque apostar es fuerza al rey, al as.
y menos nunca, y siempre más.
Juega a la vida, juega. Ya perderás. Ay del que nada espera!
Todo me fue falaz.
La paz busqué; decidme ¿cuál fue mi paz?
Haz de ilusiones tuve. el ¿Y el haz. Tenaz fui vanamente, seré aún tenaz?
Ni en noche gris, ni en noche negra, ni en noche azul hay paz.
Falaz el dia, y el nocturno bien, falaz. Ay del que nada espera. No hay paz, Señor, no hay paz!
haz. y calle. No tuve injuria eil mis oidos y olvide. No me hirieron el alma para siempre y perdone. No bendije las manos que me herían y aún, no ame. Cuál prueba falta. Todo fo probé!
Tesoros tuve tan queridos, tesoros tuve, los guardé.
Volvi a buscarlos, nada halle.
Paciencia tuve; gran paciencia, y sembre.
Langosta vino, seca vino, llama fué. y nunca, nunca coseché.
Amores de los hombres, son traición.
Amores, muchos buhos y también el halcón, Ea cruz en el desierto monte de la de la pasión; y clavos en las manos, en el riñón; ladrón al lado diestro, y al siniestro, ladrón. se nos hace fruta muerte el corazón!
El mal abajo, arriba, letal, fatal.
El mar tormentas prena, la selva es del chacal; el llano, de los tigres; la oveja, del zagal.
Péro zagal y oveja, del puma. siempre el mal, el mal en todas partes fatal, mortal, hasta en el claro hilito del agua de cristal.
La Ronda me anunciaron, la Ronda y la Reencarnación; vueltas y muchas vueltas para ir moliendo la ilusión.
Dijéronme de una Teana Atlántida de perdición.
Dijéronme de un viejo Pecado y de la sombra de un Dragón; helada sombra que llevamos todos en el corazón.
Dijéronme que allá, dolor arriba, está el camino de la salvación. Ah, que me importa menos, y siempre menos mi resurrección!
se perdió.
se me apagó. Quién vino a mis clamores. Quién la puerta me, abrió. Cuál fue el Amigo grande como fuí siempre yo. Cuando esperé al Enviado, esperé, no llego.
Dí muchas, fuertes voces: nadie oyó, nadie oyó.
Lo que más mío era Moneda mía, wla, ladrón me arrebató.
Lámpara mia, única, Entre enemigos ando. Quién no me odio. Hasta los que me amaron. Hasta el que más me amo. Quién no se puso en contra. Antes de aborrecible, ya se me aborreció.
Se oyeron pasos míos, traidor se agazapá.
Asi mi paso en todas redes se enredo.
Así mi alma, bosque, toda ardió. la esperanza, ave, se volo.
Puien no me odio. No me dijeron: Bebe, y mi copa rompi. No tuve caridad sencilla y buena, Tarta bondad no di. No le dije a mi hermano: Toma, hermano, y me olvidé de mi? publiqué esperanza, y menti por piedad y más menti, y anuncie las venturas de la vida cuando solo tenía mi jay de mi!
Piadoso; por piadoso, mentiroso: iel mismo fui!
Di vino dulce y viejo. cuál fué mi festín. Di flores y más flores. cuál fue mi jardin. Di risa, mucha risa. 2Y cuál fué mi arlequin. Fin los dolores tienen, dije. cuál fue mi fin. Hablé palabras claras. Alguno me entendió. Oian, no entendian, al si llamaban no.
Jugamos con la Vida.
Caballo. Sota. As.
Perdemos cada apuesta, pero apostamos más.
Tahur astuto siempre se está detrás, guidándole a la Vida el rey, el as. en vano le gritamos: Ya no nos robarás; Gane, gané la muerte, que me la traigan ya.
La muerte por la noche como soñando va.
La negra muerte misma, la que sin sueños da un último silencio muy allá, más allá del dia y de la noche Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica