DemocracyIndividualism

Repertorio Americano prototipo de la unión espiritual en que vivirán mañana, integra e individualmente fuertes, todos los pueblos americanos. Nosotros, en cambio, estamos sintiendo la necesidad de proclamar le independencia espiritual de la América Española, y estamos en la obligación de asumir este deber con todas sus proyecciones y consecuencias. cómo lograrlo. si nos ostinamos en conservar nuestro fiero individualismo ibero como carácter irreductible de nuestros esfuerzos?
He observado en estas latitudes una mayor propensión a este vicio de la raza, y, en la perplejidad de espíritu en que me ha sumido el hecho, a nada mejor he atinado que a esto, que no tiene más objeto que pedirle: Senor Zum Felde, haga usted campaña para sacar de su aislamiento zahareño y de sus actitudes de incomprensiva intolerancia y orgulloso ensimismamiento a nuestros hombres de letras. La tarea inmensa que tenemos por delante, o es de todos o no será de ninguno.
Saluda a usted cordialmente, EDWIN ELMORE un paso previo hacia la gran unión universal que todos los hombres de buena fe y de buena voluntad anhelan; Que el plan esquemáticamente indicado se enriquecería con todas las contribuciones que tiendan a su desarrollo y perfeccionamiento, sin atender al origen de las mismas; es decir, que la obra iniciada con este movimiento, ya vigoroso en el Continente, no repudia sino que más bien solicita la cooperación de todos los hombres. Envio de EDWIN ELMore. El bien que derrochamos Declaración aprobada por unanimidad en la segunda reunión de Montevideo, efectuada el de febrero en el Círculo de la Prensa, Los suscritos, en nuestra simple condición de hombres interesados en la feliz solución de los problemas que hoy agitan a las sociedades, y plenamente convencidos: de que se hace indispensable una concentración eficaz de las fuerzas espirituales hoy desorganizadas y dispersas para afrontar el predominio de la fuerza bruta y la preponderancia de las pasiones desenfrenadas; de que una de las bases primordiales para la concentración de esas fuerzas es la cooperación de los intelectubles, entendiendo esta palabra en su sentido moderno, o sea hombres en quienes predomina la inteligencia y el interés por los llamados valores humanos; 3º, de que esta cooperación de los intelectuales debe lógicamente desarrollarse mediante un proceso de cultura que vaya de lo simple a lo complejo y de lo homogéneo a lo heterogéneo; de que el grupo de pueblos donde las circunstancias políticas, sociales, económicas, históricas, etc. son más propicias a este género de cooperación, son los pueblos iberoamericanos, Nos proponemos trabajar intensamente para conseguir que la cooperación intelectual, con sus más amplias y trascendentes proyecciones, sea una realidad entre los pueblos de la América Ibera y con este fin prestaremos nuestro apoyo moral, nuestra propaganda y nuzstra acción al plan ideado por un grupo de escritores de Lima y la Habana mediante el cual se procederá: 1º la organización del PRIMER CONGRESO LIBRE IBEROAMERICANO DE INTELECTUALES.
2º la creación de un instituto destinado a la concentración, perfeccionamiento y difusión de estudios sociales, políticos, económicas e internacionales.
3º la determinación, mediante los anteriores elementos debidamente orientados, de una serie de medidas que propendan al mantenimiento de estos tres principios fundamentales en las gestiones públicas de los pueblos así espiritualmente asociados: 1º Amplia confraternidad humana. Tolerancia y democracia. Primacia de los valores morales e intelectuales.
Es entendido: 1º Qne la unión espiritual de los pueblos iberoamericanos asl bosquejada, no se considera sino como (De La Nacion, Santiago de Chile. Nos encontramos admirablemente preparados para cometer una atrocidad. Los apasionamientos son monstruosos. Cada vecino, al formular una opinión política o al pagar el pasaje en el tranvía, no trata de disimular sus desesperaciones.
Estamos perdidos. Se habla de agitaciones populares: a toda hora se teme que se produzcan desórdenes graves; y cuando en la calle el neumático se rompe con un estallido pavoroso, todos los transeuntes miran con desconfianza al pobre chauffeur que baja desolado del automóvil a reparar el daño.
El ambiente está malhumorado. El señor que nos detiene en una esquina pidiéndonos un fósforo para encender un cigarrillo, apenas se contiene de decirnos un horror.
En los ventanillos de las oficinas en donde se atiende. o se hace como que se atiende al público, las señoras llegan temblando. Detrás de esos ventanillos ya no hay hombres. Hay panteras. Panteras que poseen una hermosa caligrafía y conocen la regla de tres, pero que ostentan, junto con sus conocimientos comerciales, una auténtica ferocidad. Es que la lucha por la vida es horrible, nos dicen. Cada dia amanece más áspera la batalla por el pan y los hombres están agotados y coléricos.
Puede ser. Pero con estas cóleras tempestuosas vamos a derrumbarlo todo. Nuestras rencillas no se someten a ningún código. No hay armas prohibidas. Todo golpe a mansalva es válido. En cuál de estas tormentas se perdió el viejo y sencillo cariño a la patria?
Durante un siglo de vida nacional, hablamos con desenfreno de nuestro patriotismo. El fué blasón de orgullo, norma de ciudadanos, motivo de sonetos y camino de politico. Lo mostramos al forastero como el peñón más duro de esta raza solitaria. En la asamblea y en el banquete, el discurso que nació sin alas entre los pavores del orador y de los oyentes, cobró inesperada pujanza en cuanto se evocaron, en una frase pobrísima, los tres colores simbólicos. La bandera nacional se enredo en las justas deportivas y en los sainetes criollos, en el negocio oscuro y en el examen escolar. La copa de vino era patriotismo. Patriotismo era la interjección y la bofetada.
Hasta el último boxeador, que subía al ring después de firmar tenebrosos pactos, ola a sus pies el himno patrio entre las vehementes groserías de sus admiradores. La estrella solitaria fué candil de esquina. hoy, en la hora de prueba, nos encontramos con que hemos derrochado el patriotismo en los cohetes de los aniversarios.
Estamos solos.
DANIEL DE LA VEGA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica