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Repertorio Americano 357 Patria de la Justicia. existencia próspera. En la Argentina, el desarrollo de la riqueza, que fué en su origen obra de la inteligencia, aplicación de ideas de los hombres del 52, ha escapado a todo dominio: Por haberse publicado este artículo, en el 7 del enorme tren de avasallador impulso, pero sin maquinista. Una tomo en curso, con algunos errores y omisiones de imque otra excepción parcial, habrá de recordarse: el Uruguay, portancia, se reproduce ahora. Bien vale la pena de que se relea, así es la sensatez y el patriotismo con que por ejemplo, pone su orgullo en enseñarnos unas cuantas leyes está escrito.
avanzadas; y México, en particular, desde la Revolución de 1910, se ha visto en la dura necesidad de pensar sus proble. Nuestra América corre sin brújula en el turbio mar de mas: en parte, ha planteado los de distribución de la riqueza la humanidad contemporánea. no siempre había sido así!
y de la cultura, y a medias y a tropezones ha comenzado a Es verdad que nuestra independencia fué estallido súbito, cabuscarles solución; pero no toca siqujera a uno de los mayotaclismo natural; no teníamos ninguna preparación para ella, res, convertir al país de minero én agrícola, para llevarlo salvo la llamarada que suscitó en espíritus generosos el inhacia la existencia normal y tranquila, fuera de los aleatorios cendio de la Revolución Francesa; pero es inútil lamentarlo caprichos y las peligrosas fascinaciones del metal y del petróahora: vale más la obra prematura que la inacción; y de todos leo. Entretanto, trata de asentar su vida intelectual y artística modos, con el régimen colonial, de que llevábamos tres siglos, sobre las bases genuinas de su doble, opulenta tradición innunca hubiéramos alcanzado preparación suficiente: Cuba y dígena e hispánica.
Puerto Rico son pruebas. con todo, Bolivar, después de dar Si se quiere medir hasta dónde llega la cortedad de visión cima a su ingente obra de independencia, tuvo tiempo de pende nuestros hombres de estado, piénsese. piensen los aquí sar, con la visión genial de siempre, los derroteros que depresentes en la opinión que expresaría cualquier político si biamos seguir en nuestra vida de naciones hasta llegar a la se le dijera que la América española debe tender hacia la unidad sagrada: Paralelamente, en la campaña de independencia, y en los primeros años de vida nacional, hubo hombres unidad política. La idea le pareceria demasiado absurda para discutirla siquiera. La denominaria, creyendo haberle asestado que se empeñaron en dar densa sustancia de ideas a nuesla flecha destructora, una utopía. Pero la palabra utopía, en tros pueblos: así, Moreno y Rivadavia en la Argentina.
vez de flecha destructora, debe ser nuestra flecha de anhelo.
Después. Después se desencadenó todo lo que bullía Si en América no han de fructificar las utopías ¿dónde enconen el fondo de nuestras sociedades, que no eran sino vastas trarán asilo? Creación de nuestros abuelos espirituales del desorganizaciones bajo la apariencia de organización rígida del Mediterráneo, invención helénica contraria a los ideales asiárégimen colonial. Civilización contra barbarie, tal fué el pro ticos que sólo prometen al hombre, una vida mejor fuera de blema, como lo definió Sarmiento. Civilización o muerte, eran esta vida terrena, la utopía nunca dejó de ejercer atracción las dos soluciones únicas, como las formulaba Hostos. Dos sobre los espíritus supriores de Europa, pero siempre tropezó estupendos ensayos para crear mundos nuevos en el caos conallí con la maraña profusa de seculares complicaciones: todo templó nuestra América, aturdida, poco después de mediar el intento para deshacerlas, para sanar siquiera con gotas de siglo xix: el de la Argentina a seguidas de Caseros, bajo la justicia a las sociedades enfermas, ha significado significa inspiración de dos adversarios dentro de una sola fe, Sar todavia convulsiones de largos años, dolores incalculables.
miento y Alberdi, como jefes virtuales de aquella falange ¡Suelo nuevo para los sueños de redención! La primera singular de activos hombres de pensamiento; el de México, utopía que se realizó sobre la Tierra así lo creyeron los con la Reforma, con el grupo de estadistas, legisladores y hombres de buena voluntad fué la creación de los Estados maestros, a ratos convertidos en guerreros, que se reunió Unidos de América: reconozcámolo lealmente. Pero a la vez bajo la terca fe patriótica y humana de Juárez. Entre tanto, meditemos en el caso ejemplar, nosotros que nacimos a la Chile, único en escapar a estas hondas convulsiones de creciindependencia bajo ideales utópicos también, pero a quienes miento, se organizaba poco a poco, atento a la voz magistral el lastre de nuestra heredada desorganización impidió ofrecer de Bello. Los demás pueblos vegetaron en pueril inconscien ejemplos al mundo: después de haber nacido de la libertad, cia o padecieron bajo afrentosas tiranías o agonizaron en el de haber sido refugio para las víctimas de todas las tiranías delirio de las guerras fratricidas: males pavorosos para los y espejo para todos los apóstoles del ideal democrático, y cuales nunca se descubria el remedio. No faltaban intentos cuando acababa de pelear su última cruzada, la abolición de civilizadores, tales como en el Ecuador las campañas de Juan la esclavitud, el gigantesco país se volvió opulento y perdió Montalvo en periódico y libro, en Santo Domingo la prédica la cabeza; la materia devoró al espíritu y la democracia que de paz y la fundación de escuelas, con. Hostos y Salomé se había coustituído para bien de todos se fué convirtiendo en Ureña; en aquellas tierras invadidas por la cizaña, daban fru la factoría explotada para provecho de unos pocos. Hoy, el tos escasos; pero ellos nos dan la fe: ino hay que desesperar que fué arquetipo de libertad es uno de los países menos de ningún pueblo mientras haya en él diez hombres justos libres del mundo.
que busquen el bien. Permitiremos que nuestra América siga igual camino? Al llegar el siglo xi, la situación se aclara, pero no me fines del siglo xix lanzó el grito de alarma el último de nues.
jora: los pueblos débiles, que son los más en América, han tros apóstoles, el noble y puro José Enrique Rodó: nos advirido cayendo poco a poco en las redes del imperialismo sep tió que el empuje de las riquezas materiales amenazaba ahogar tentrional, unas veces sólo en la red económica, otras en doble nuestra escasa vida espiritual; nos señaló quna vez más! el red económica y política. No importa! La lengua, su única ideal de la magna patria, la América española. La alta leción arma defensiva, los salvará de la muerte espiritual. Los fuer fué oida, y sin embargo no ha bastado para detenernos en la tes, sino del todo escapan al mefitico influjo del Norte, desa marcha ciega. Hemos salvado, en gran parte, la cultura, esperrollan su vida propia, en ocasiones, como ocurre en la Ar cialmente en los pueblos donde la riqueza alcanza a costearla; gentina, con esplendor material y no exento de las gracias de el sentimiento de solidaridad crece; pero descubrimos que la cultura. Pero, en los unos como en los otros, la vida nacio nuestros problemas tienen raices profundas.
nal se desenvuelve fuera de toda dirección inteligente: por Debemos llegar a la unidad de la magna patria. Pero si falta de ellas, no se ha sabido evitar todo influjo enemigo; el magno propósito tuviera su límite en sí mismo, sin implicar por falta de ellas, no se atina a dar orientación superior a la mayor riqueza ideal, sería uno de tantos proyectos de acumu. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica