Carmen Lyra

Repertorio. Americano 235.
De la figura quc me indicaba no se distinguia en el espejo Caia la noche, y sobre el cielo cnrojecido del poniente sc más que la parte posterior de la cabeza, una peloncilla fina recortaban perfiles de techos de casas y de torres de iglesia.
y dorada que se echaba atrás desafiadora cada vez que de Aun no se habían encendido las luces y caminábamos a sus labios salía la palabra Alegria.
través de lo que ya casi era la oscuridad. Me parecia que La presión cedió en mi brazo. Volvi la vista a Lázaro, nos movíamos entre ese color que hay en los sueños cuando poco a poco, pues temía encontrar algo tremendo en sus ojos. están a punto de transformarse en pesadillas.
Pero no fué asi. Tenía los ojos cerrados, los músculos del Pasábamos por una calle solitaria, a la vera de una tapia, rostro inmóviles. Sólo sus labios temblaban.
al otro lado de la cual murmuraban unos pinos.
Me habló muy bajo, casi en secreto: Lázaro seguia canturreando su canción. Si nos quedáramos aqui. Recuerda Ud. el monumentale De pronto se detuvo, hizo que yo hiciera lo mismo y se Celle del cementerio de Génova. Recuerda Ud?
puso en actitud de acecho. Luego me dijo de un modo que Si, si recordaba la bella criatura que cede cual una rama. me dió miedo: de durazno en primavera entre las fuertes manos que la arran. Qué sabe Ud. si allí, en el rincón que forma esta pared can de la vida. Ya la cabeza juvenil va a desprenderse como con la otra, esperará. quién esperará? No caminemos una corola al soplo del huracán; los tierpos senos se rebelan más, vale más que nos devolvamos. Quizá viene a nuestro y se. ierguen como, capullos de esperanza, al contacto encuentro. Se apoyó en la tapia con gesto medroso. Del otro helado de la velada y rígida figura, cuyas cuencas. pozos lado segian murmurando los pinos.
de misterio se adivinan bajo la tela que la envuelve.
Se acercó a mi oído y me interrogó muy quedo. Tiene Vuelva por aquí mañana, Jnan musitó Lázaro.
Ud. miedo a la muerte?
Nos alejamos.
Yo no le podía contestar porque me temblaban las man. Alegría. Alegría! seguían cantando los adolescentes, y.
dibulas.
el coro de sus voces frescas nos siguió a lo largo de la calle. Qué tontería! exclamó por fin.
silenciosa bajo el fulgor de las estrellas.
Me cogió de un brazo y me arrastró hacia adelante, hacia el rincón en donde podía estar aquella a quien él no se atrevía la noche siguiente volvi por aquel barrio. La casa, estaba a nombrar en voz alta.
a oscuras. la claridad de la luna vi la acera y la entrada El cielo tenía un tono livido. Muy lejos, las campanas de sembrada de flores holladas. Me detuve un rato en el lugar la Soledad llamaban al rosario.
en que nos detuviéramos la noche anterior. Un gemido de Llegamos al rincón. Me parecía que habiamos tardado años mujer se levantó del interior de la casa.
en llegar alli Continué mi camino y pasar frente a una puerta vecina, Miré ansioso las sombras que se extendían ante mi y que oi conversar dos mujeres en el umbral.
parecían venir a amontonarse en aquel rincón. De entre el Las dos suspiraron, y una dijo: mar de sombras surgió una que venía rebotando a nuestro. Bendito sea Dios! Anoche estaba cantando y hoy ya encuentro.
está enterrada.
Oí que a Lázaro le castañeteaban los dientes.
En esto se encendió la luz eléctrica de la esquina y las Una tarde vino. a buscarme y nie invitó a vagar por los sombras huyeron al conjuro luminoso. Lo que en la oscuridad alrededores.
tomé por algo que rebotaba no era sino un hombre que venia Estaba locuaz y de buen humor y yo escuchaba sus diva en dirección opuesta a la nuestra, un hombre que marchaba gaciones sobre las cosas que nos salían al paso.
con paso elástico de persona joven. Al pasar a nuestro lado Encontramos una muchacha de la vida alegre, una pobre lo reconoci: era X, un muchacho que acababa de regresar de criatura fea y mal vestida, que trataba de hacerse provoca los Estados Unidos con su título de ingeniero. Se alejó ágil tiva con el contoneo de las caderas, los parches de colorete pisando fuerte sobre el empedrado al compás de un fox trot en las mejillas y los trapos de colores chillones que la cubrían.
a la moda que silbaba.
Era conocida de Lázaro y éste la saludó quitándose el. Quién es? me preguntó Lázaro con acento sombrio. Misombrero. Recuerda Ud. me preguntó sonriendo con su bella raba al otro con los ojos muy dilados y yo podia ver el dessonrisa recuerda Ud. lo que dice ese viejo dilettante de tello de sus dientes a través de sus labios temblorosos.
Anatole France, en uno de sus libros, de estas mujeres?
Todavía resonaban los pasos en la calle tranquila, cuando Le contesté que no recordaba.
mi amigo murmuro: Va contento y no sabe que lleva la muerte Pues bien, dice que las prostitutas están más cerca de consigo.
Dios que las mujeres honradas porque se han depojado de. La muerte! grité, y quise echar a correr tras el joven todo orgullo, y porque no se glorifican de aquello de lo cual ingeniero.
hacen alarde las matronas respetadas. Que poseen la humildad Lázaro me detuvo.
que es la piedra angular de las virtudes agradables al cielo. Es inútil dijo.
Hay preparado para ellas un trono a la derecha del Padre y en el reino de Dios, la reina y la emperatriz se sentirán Como a las once de la noche alguien que volvía de la dichosas de sentarse a los pies de estas busconas, pues parece calle me contó conmovido: que en los dominios celestiales las cosas no se consideran. Sabes? X, ese muchacho ingeniero que regresó la semana como las consideramos los humanos. En una ocasión añadió pasada de los Estados Unidos, acaba de matar a Enrique repeti esto mismo a una de ellas, y se puso muy agradecida. Alvarez el abogado. Parece que habían tomado, y Alvarez Me pidió el retrato de Anatole France y le di uno que encontré dijo algo malicioso de una hermana de ilustrando una revista. Lo mandó colocar en un marco dorado bastante lujoso, que colgó sobre el lecho a modo de una También recuerdo que en una ocasión Lázaro me dijo: divinidad protectora y le tenia encendida siempre una lam ¿Nunca piensa Ud. Juan, cuando se despide de una perparita de aceite perfumado.
sona o la mira alejarse, si es la última vez que le habla o la ve?
Lázaro se puso a tararcar a media voz una canción.
CARMEN LIRA, Se notaba que estaba contento.
Junio de 1923 4. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica