ViolenceWorking Class

Ő Repertorio Americano Cena, demasiado humano, en su desdeñoso presentimiento de fecta, es la manera de coordinar esos naturales antagonismos, la traición, y a un tiempo ya en el éxtasis de su divina tra pues la justicia, como cada cual la concibe para sí mismo, suele gedia. No han visto ojos mortales en su San Juan como una ser suprema injusticia para los demás. Así. la justicia, articulada inquietante y lejana sonrisa de joven fauno? parecidos extre de los códigos o reglamentada por las costumbres, es base mos ideológicos convergen muchas antimonias de sus aforis del relativo equilibrio entre los individuos, y para las colecmos, cuando no divergen de un vértice ideas que parecían tividades es forma también más extendida de conservarse en inseparables, prestándose con ello a libres ejercicios mentales, su esencia, esto es, dentro de un molde que aspira a mantepor la independencia en que nos abandonan, como algunos nerse invariable.
Pensamientos de Blas Pascal, en quien se aunaban también el Adheridos a los sentimientos pacifistas, en los que se congenio matemático y las más audaces vistas filosóficas.
densa nuestro amor a la estabilidad, no vacilamos en emplear «Naturalmente, toda cosa desea conservarse en su esencia. la violencia para hacerlos victoriosos. Como se vió en la Séame perdonado la irreverencia de esta breve meditación al pasada conflagración europea, cuando cada país presentaba al borde de ese esquema leonardino, aún a riesgo de apartarme vecino una rama de olivo, mientras ocultaba con otra mano la de su sentido exacto y de extraviarme en las oscuridades. espada desenvainada. Amamos la libertad, pero ilimitada y En la naturaleza, al alcance de nuestras percepciones, todo, según las pretensiones de nuestra peculiar esencia, que no se por el hecho de propender a mantenerse en su esencia, tiende detiene sino en la valla o coto de la igual predisposición del por lo mismo al reposo. Todo en el universo parece, en efecto, prójimo. Porque el hombre es un animal jacobino, por fortuna preferir la estabilidad, pero esa tendencia conduciría a la casi siempre desarmado, que, en la práctica, no encuentra del muerte, si ella misma, para su propia defensa, no produjera todo mal la fórmula del Terror de 1793. Sé mi hermano el movimiento y la acción. El querer perpetuarse todo en su o te mato. esencia es causa así, por las mutuas reacciones de los seres Circundados los hombres de fuerzas cósmicas, que deseny las cosas, del dinamismo general del mundo, origen del vuelven sus esencias sin cuidarse de nosotros, para dominardesenvolvimiento de la inteligencia y de toda civilización. las y sostener las nuestras indagamos sus intenciones y seEl hombre no despertaría acaso de su quietud si lo que le cretos, con sutil maquiavelismo aprovechamos la discordia de es adverso no lo obligara, a cada momento, a reaccionar conlos elementos y las guerras que suelen hacerse entre sí, por tra lo que pugna por despojarle de su intima esencia o desa la misma ley que rige la conservación de su esencia y utililojarle de la posición adoptada, pasando así del estado está zamos sus energias, a veces furiosas, en las aplicaciones intico al dinámico. Padeceríamos quizás de modorra sentimental dustriales y en el fomento de nuestro bienestar.
si el corazón se sintiera herido únicamente por la flecha de Nuestro amor al reposo, nuestra pereza, nos hacen dilila belleza y nunca por la brutal agresión de la fealdad. La gentes, cuando en persecución de regocijada ociosidad, nos absoluta sumisión al medio sería fatal al individuo y a la essometemos, más o menos mansamente, a los más duros trapecie. es lo peor que esa sumisión puede ser fácilmente bajos. Inventamos, por deseo de quietud, máquinas que hagan acogida por nuestra ingénita inclinación a la pasividad. Tal innecesario el esfuerzo de nuestros brazos. Concebimos muevez las doctrinas deterministas. muy siglo xix negadoras de lles sistemas de locomoción que supriman, en lo posible, la voluntad y por consiguiente de la responsabilidad, son nuestros movimientos musculares, y que, como el automóvil generalmente aceptadas más por esos cómodos motivos que hagan de la velocidad un juego y de la prisa la ocupación de por las cantidades de verdad que puedan contener. Fenómelas horas desocupadas. Concebimos igualmente instrumentos no que, por lo demás, ocurre también con otras doctrinas, musicales que nos deleiten sin afanes de aprendizaje, como merced a las cuales podemos disculpar la inacción de no po la pianola, que más que la intervención del cerebro, requiere cas porciones de nuestra existencia psicológica y física. Por la ligera colaboración del pie. Con el cinematógrafo, viajaotra parte, sería previo averiguar si el medio circundante mos cómoda y económicamente, y sin movernos de nuestro comprime del mismo modo a seres y cosas, si obra uniforme asiento, visitamos urbes magnificas, asistimos a fiestas mune igualmente sobre todos ellos. Parece más bien que los seres danas, volvemos a ser, al influjo de paisajes iluminados por animados, de acuerdo con su peculiar estructura biológica y la luna, ingenuamente románticos, o, después de seguir la necesidades vitales, poseen del medio nociones distintas, según historia de algún niño robado por apaches o la de una donlos favorezca o los impela a resguardarse de sus rigores. cella víctima de la concupiscencia de un bandido elegante, no es aventurado opinar, como simple parecer de diletante, celebramos complacidos el castigo de los malhechores y el que en la escala animal el medio aparece fragmentado en triunfo de nuestra moral teórica. El progreso moderno, de zonas, según los órganos capacitados para conocerlas y utili que es paradigma el de los Estados Unldos de América, está zarlas en la especial subsistencia de cada ser o especie. Ceconstituido, en gran parte, con esas artimañas de nuestro nida la periferia de nuestro cuerpo por los objetos y sucesos ingenio sedentario o adecuado a nuestra esencia. si el ideal productores de nuestras sensaciones, no percibimos el amcomunista no ofreciera peligros en su implantación y no temiébiente en su totalidad, sino seleccionado por los puntos de la ramos a la dictadura del proletariado, acaso todos seríamos sensibilidad predispuestos a recogerlo. No es ninguna novecomunistas, para tener, en la ciudad roja, pan, habitación y dad añadir que objetos y sucesos no interesan por igual a música gratuitos y gozar de la rutinaria tranquilidad de nuestodos los hombres, ni a éstos del mismo modo en cada mo tra persona, apenas interrumpida por los caprichos de las mento. La sensibilidad, la imaginación, el intelecto de cada Evas, no siempre dispuestas a repartir sus gracias y hermopersona, no son exitados por las mismas antenas del ambiente, suras, por partes iguales, entre los Adanes de ese útópico del contorno vital. no es paradoja, a mi juicio, considerar paraíso.
el medio más como una noción subjetiva que puramente objetiva.
Afortunadamente, la multiforme y misteriosa naturaleza, Pero, perdiéndome en estas fatigantes divagaciones, me con sus propios medios se vale del querer cada cosa mantealejo del tema principal de esta lectura, que urge concluir.
nerse en su esencia, y por consiguiente de su discordia, para poner en movimiento el maravilloso conjunto del universo y La inmemorial lucha de los hombres y de los pueblos nace, hacer la acción ilimitada y eterna.
pues, de su voluntad de conservar sus propias esencias, y el no lograrlo por completo y exclusivamente hace posible la Jóvenes estudiantes y amigos: consistencia de la sociedad. La justicia, en su forma más per Como no seréis, lo espero, taimados picapleitos, ni mano Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica