Democracy

Repertorio Americano 329 EN La voz de Clavé Lucy la vieja Ciudadela de Barceporvenir. Si en los tiempos de la lona. Un anochecer de 1845.
fábula la música movia las piedras, Tras de aquellas odiadas murallas. no agitará todavía los corazones?
en un estrecho calabozo, se halla Por LUIS DE ZULUETA Yo enseñaré a mi pueblo a canencerrado un muchacho de veinte tar; pero a cantar agrupado, en años, con el cuerpo enfermo y el alma soñadora. través de coros, fraternalmente, colectivamente, juntando a todos los Tas rejas, llega hasta la prisión, con las últimas claridades obreros en la conciencia de su solidaridad. La canción del tracrepusculares, un rumor de frondas y un gorjear de pájaros. bajador aislado es un lamento; la de todo el pueblo unido es un Aquel joven es un preso político. En los tiempos de Nar himno de victoria. Les redimiré de su esclavitud; afinaré su espíváez y González Brabo bien está en la cárcel un mozo de ritu; les sacaré de la servil sumisión o de la degradante taberna; corazón republicano, criado en las avanencenderé en sus pechos la antorcha del zadas proletarias y enamorado de los ideal. el pueblo se levantará. Cataluña ideales de la Revolución francesa. Un Los coros de Clavé, será una democracia social, regida según régimen de represión pesaba sobre toda por BAGARIA. la Justicia. Lo será España entera, federal España. Sentia el muchacho que su esmente unida, colaborando todos sus hijos piritu se ahogaba en aquel ambiente con espontánea voluntad al bien común. reaccionario, lo mismo que sus pulmones Aquel mozo que así divagaba en sus respiraban mal entre los muros de la nobles inquietudes llamábase José Ansombría Ciudadela, erigida, para escar.
selmo Clavé. Fué en el calabozo donde miento de los catalanes, por el absoluconcibió la idea primera de los Coros tismo centralista de Felipe Pero lo populares. Idea brotada en el alma del mismo que el fresco aire vespertino, enperseguido, del avanzado, conservó toda traba, consolador, por la ventanilla de su vida el impulso inicial de emancila celda, así también, bajo la represión pación. Al lado de las dulces canciopolítica, corrían por el país ráfagas de nes comarcales, enseñó Clavé al pueblo idealismo y de libertad.
las notas universales de La Marsellesa. Años románticos de mil ochocientos no como himno francés, sino como cáncuarenta y tantos. Todo su frustrado tico de liberación humana. Tradujo al anhelar palpitaba entonces en el alma catalán las estrofas de Rouget de Isle.
del joven encarcelado. Medio tendido un día, el antiguo preso de la Ciusobre el camastro, ruin, aspiraba con dadela, rodeado ya de centenares de melancólica voluptuosidad aquel aire de obreros, alzó su brazo sobre las rojas fuera, cargado de aromas y de cánticos.
barretinas, heredadas de la Frigia, y, Recordaba, quizás, las cortas jornadas de CLAVÉ. Cantad, cantad, hijos de España, las canciones de vuestro pueblo; pero no olvidéis dirigiendo al coro, oyo La Marsellesa en su vida. Los sueños infantiles, la súbita sus sufrimientos.
la voz imponente de las masas acordes.
pobreza del hogar, el aprendizaje en el «Al arma, al arma, fills del poble. Lo taller de tornero, el amor a la blusa del trabajo, las fatigas, jorn de gloria es arribat. las enfermedades, las ilusiones; el ansia de redimir a sus Pasaron los años. Llegó el 68 con la Revolución. Llegó el camaradas obreros, emancipándolos, de la servidumbre eco 73 con la República. Entonces intervino Clavé en la vida polinómica y de la miseria espiritual; la fe republicana; aquella tica. Al frente de la Diputación de Barcelona, afirmó el fede.
Junta Central revolucionaria, en la que él ocupaba ya un ralismo y evitó el cantonalismo. Mostró, con su ejemplo, que lugar apenas traspuesta su penosa adolescencia; el terrible en un ambiente de democracia el amor a las libertades loca.
bombardeo de Barcelona. Qué valia todo aquello. Eran les es la más firme garantia de la unidad de España. Sentose delirios de niño. Era, acaso, la aurora de los futuros movi luego, como diputado, en las Cortes Constituyentes. Cuando, mientos sociales que habían de transformar la vida de los el de enero de 1874, el general Pavía disolvió el Parlapueblos?
mento, Clavé, amargado y enfermo, retornó a Barcelona y se El pobre muchacho se sentia dominado por la emoción. encerró en su casa, de la que ya no volvió a salir más. Sólo Poco a poco el calabozo iba. quedando a oscuras. Perdíase salió su cadáver, unas semanas después.
casi en las sombras la doliente figura del prisionero, con el. ahora, cincuenta años más tarde, acogemos cordialrostro afeado por el defecto de un ojo, y el cuerpo un poco mente, en este Madrid abierto y hospitalario, a los Coros de torcido. En endeble organismo se alberga, a veces, un gran Cataluña. Oimos sus voces, recias como su tierra natal, y no corazón. Ya fuera, entre las ramas, las últimas aves enmude. hallamos para recibirles mejor saludo, mejor. bienvenida, que cian. El silencio, la soledad, agobiaban, Mas en el gran corazón la evocación sincera del Maestro. Cuando los cantores enmugeneroso empezaba a sonar suavemente una música interior. decen, y terminan los discursos oficiales, y se apaga el rumor Música espiritual, música amorosa, música de anhelos y de de los aplausos, parece que en el aire, todavía estremecido, esperanzas, a cuyo son habian de cantar después millares y flota la sombra gloriosa de José Anselmo Clavé.
millares de hombres.
En el silencio vibrante, aquella música interior de otro. Belleza y Libertad. suspiraba el joven recluso. No tiempo vuelve aún a sonar débilmente como en la noche de hay otra cosa que merezca el dolor de una vida. Yo consa la Ciudadela. Es la voz remota del Maestro. Es una palabra graré la mia a elevar material y espiritualmente a los hijos de ultratumba o un eco lejano de aquellos veinte anos soñade mi pueblo, despertando en ellos el sentimiento de estas dores. Belleza y Libertad. diríamos que murmura todados supremas aspiraciones. Libertad y Belleza. Si los anti vía. Que sepan unirse, como en la armonía de un coro, todas guos levantaban sus ciudades al son de la lira, qué el semi las manos trabajadoras, todas las frentes idealistas. Que diós pulsaba, ahora será el pueblo mismo el que, al son de una y otra orilla del padre Ebro no haya más que respeto sus cantos varoniles, edifique dentro de las almas la ciudad del reciproco para lo que es y debe ser diverso, y un mismo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica