24 REPERTORIO AMERICANO La lección de los insectos De esto hace ya muchos años. Cuanpertador. Todos se levantan a poco.
do llegaba la primavera en las Las puertas y las ventanas quedan mañanas claras, en las tardes límpiabiertas. El gran laboratorio donde das se abrían las ventanas del estuestán los insectos cautivos comiendio de par en par. Por los anchos za a vivir. ya durante todo el dia, vanos se columbraba la extensa hueren la casa y en el campo, el anciano ta. Una fila de montañitas bajas, teno cesa de trabajar. Cuando va por rrosas, desnudas, cerraba el horizonte.
el campo, lleva un lente redondo, una Hondas añadas bajaban, desde las cajita con aserrin y una redecilla de faldas de los montes, hasta morir en hilo.
la suave y muelle. extensión verde de Con tan sencillo instrumental, Juan la huerta. Por esta huerta devaneáEnrique Fabre ha realizado una de bamos las tardes de los dias de fiesta.
las más bellas y fecundas obras cienAscendíamos de cuando en cuando a tificas inodernas. Diversas biografías las montañas. En los pradecillos de se han publicado del gran naturalista.
aterciopelada hierba nos reposábamos En estos días acaba de publicarse durante largos ratos. Ansiosos de disuna nueva: La vie de Fabre, tracción, embriagados por la luz vipor Eduardo Maynial (Plon, editor, vida y el aire penetrante y sutil, todos Paris. Niños y grandes deben leer los niños encerrados durante la seestas instructivas páginas.
mana ibamos nerviosamente de una Jean Fabre parte para orta, examinábamos los árboles, nos tendíamos sobre la tierra en el silencio, se removian inquietos tres volúmenes de entomologia, pu¡Qué distancia tan grande desde los y levantábanios con cuidado las piedras.
ante la viva luz que de pronto caia blicados en los Manuales Roger (1843)
El autor de estas líneas era de los sobre ellos. No era ésta su hora de hasta los soberbios Recuerdos entoniños que preferian la dicha postrera salir de sus escondrijos; algo anor mológicos de Fabre! Los insectos son ocupación. Debajo de las piedras apamal, fuera del orden establecido, supara el hombre, en general, una perrecia la tierra negruzca, húmeda. Socedía en el mundo. la escolopen petua lección de filosofía y de cienbre la mancha obscura del terrazgo dra, sinuosamente, con suavidad cia de la vida. Son para el artista un resaltaba el trazo amarillo de una eslentitud, movía su largo cuerpo ani compendio de doctrina estética. El colopendra o de un escorpión. En el llado. los cochinillos, cenicientos, gusto por el pormenor y el sentido colegio formando parte del Museo con sus numerosas patitas, se hacían de lo perfecto todo el arte está de Historia natural había un mag.
una bola bruñida, coino de acero. aqui desaparece de las generaciones nifico insectario. La captación de los alguna araña. de las tenizas minenuevas de escritores. No se tiende insectos era una tradición en el coras salía alarmada, precipitadamente, nunca a perfeccionar la obra. Se lanlegio. Se nos enseñaba a cazar y de su yaciga guateada y blanca. zan los libros a medio acabar. No se preparar en cartones limpios y cuidaEl mundo de los insectos es varia persigue el pormenor pacientemente.
dos todas esas minúsculas bestezuedisimo. La variedad de las arañas tan Se pasan páginas y páginas en una las. La variedad de ellas es grande. solo es innumerable. Cada animalillo, novela sin encontrar un detalle auEl reino de los insectos es variado y en el vasto reino de los insectos, téntico, vivo, significativo. Los insecpintoresco. Diríase, cuando se ha tiene sus costumbres. En las razas tos son perfectos y meticulosos. La humanas no existe tanta variedad coadentrado un poco en el estudio de araña llamada teniza minera ya la la entomologia, que el planeta ha surmo en la entomologia. De un cetonio hemos nombrado abre un agujero en gido de la nada, no para el hombre, a un girina la distancia es inmensa.
la tierra; reviste sus paredes de suasino para el insecto. El insecto corre Son los insectos, verdaderamente, los ve y alba seda; construye una cusobre la tierra, devanea graciosa y dueños del planeta.
bierta, del mismo color del terreno, fácilmente por el aire, camina sobre y cierra su habitáculo de modo que las aguas, mina y abre galerías en la Tenía los ojitos cansados. Era un nadie puede advertirlo. La epeira teje tierra, en la madera y en los libros. viejecito limpio, silencioso. Los ojos su tela urbicular con una precisión De niño, una nerviosidad irreprimible era lo que más llamaba en él la atención. de circulos concéntricos que admira nos llevaba. allá en los años, tan Parecían cansados, fatigados de tan a los geómetras; el cetonio, limpio y lejanos, del colegio a observar las to mirar. La boca del anciano se con brillante, escarba con sus patitas las costumbres de estas extrañas cria traia con un gesto de tozudez y de hojas de la rosa, y se guarece con turas.
obstinación. Ese mohin que tienen los delicadeza extraordinaria en el seno Las escolopendras, largas, planas, niños cuando están aplicados a al muelle y oloroso. De la hormiga ¿será casi transparentes, de un color ama guna cosa, él lo ha tenido durante preciso hablar? Las maravillas de la rillento obscuro, caminaban con mo toda la vida. los ochenta años, la abeja. será preciso referirlas?
vimiento lento, suave, sinuoso. Los contracción de la boca la contrac El mundo vivo de lo pequeño es escorpiones, gualdos, como fabricados ción del niño que se obstina. él la el mundo de la perfección. Aprendan de oro, del más puro oro viejo, per. tenia como en la infancia. Su traje es los escritores jóvenes un poco de enmanecian un momento innióviles; lue. pobre. Lleva siempre un ancho som molog Un niño que la haya pracgo comenzaban a moverse despacio, brero: un sombrero de espaciosas alas, ticado será siempre, en su vida, indándose cuenta de su nueva posición, que le sombrean la frente en su ca clinado a la observación y al porlevantando y bajando la cola armada minar por la plena campiña. Se le menor.
del terrible pequeño garfio. Todos los vanta con el alba. Todos están aún insectos que yacian debajo de las dormidos en la casa. Sus pasos, queAZORIN grandes piedras, en la obscuridad y ditos, son como un estrepitoso des (De B C, Madrid. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica