122 REPERTORIO AMERICANO El homenaje a Clarín sonalidad; intentaba interpretar, elevándome as pasados, en el Norte de España, ciencia, su filosofía: la filosofía de Leopoldo Alas, o sea la expresión sintética, característica de aquella su complexa y rica per(as El presidente del Consejo, Antonio hice un breve viaje, uno de tantos via Cánovas del Castillo, ha decidido que se a una concepción unitaria, la obra varia y dispersa del escritor y la labor del hombre.
jes, de San Sebastián a Hendaya. En el le tribute un gran homenaje nacional. al El caso era descubrir el motor intimo, acercorto paseo por los andenes de la estación, ilustre poeta. La aristocracia española cosa antes de ascender al coche, me detuve ante tar, con el punto de vista comprensivo y no muy verosimil se asocia al homenaje.
la locomotora. La vista de la máquina que esencial, definir la actitud filosófica del Llega a la estación del Norte, en Madrid, maestro con su proceso y sezalar la signiyo ya conocía torno a causarme la misma Campoamor, en un coche en que le acomficación de valor universal de aquella actiimpresión de otras veces: impresión de me pañan la señora de Cánovas, la duquesa lancolia. Esa locomotora que yo tenía ante tud frente a los problemas estéticos y étide Alba y doña Emilia Pardo Bazán. Ancos que han constituido las preocupaciones los ojos representaba para mí treinta años tonio Cánovas del Castillo está ya en los dominantes lo mismo del Clarín de los Pade literatura. se comprendía, en esta evo andenes esperando. Multitud de aristocracación literaria, las letras antiguas de Esliques, que del Clarín de los cuentos y del tas y literatos, señoras y caballeros, llenan imaestro de la cátedra.
paña y las letras modernas. dentro de los coches del tren. El viaje es agradable.
Jas letras modernas, la locomotora me hacía En Oviedo espera a los viajeros una muEl vigor estético, la fuerza constructiva del crítico, la enjundia creadora del escrirecordar. singularmente, uno de los hom chedumbre inmensa. Una voz grita. la bres más eminentes del pensamiento espator, en La Regenta como en Zurita, en Apolo Catedral. y todos se ponen en marcha ñol contemporáneo. Cuántas cosas. ex hacia la bella Catedral ovetense. Quien ha en Pafos como en Teresa, en, El Señor al clamará tal vez, incrédulo y socarrón, el dado la voz ha sido el senador por la Uniigual que Los Solos, todo se explica por lector. cuántas cosas hace recordar una versidad de Oviedo: Marcelino Menenqué Leopoldo Alas, estilista, humorista, sa. locomotora. cosas literarias. cosas tírico, novelista, pensador, tenia, y lo revedez y Pelayo. Campoamor no se acuerda literarias, sí, lector. La locomotora era vieja; laba pluma en mano, una honda preparaapenas de su tierra. Levante, el mar latino, ción filosófica que, suscitaba en él, a cada se la utiliza sólo en trenes cortos y lentos. las riberas del Mediterráneo, le han hechu En el negro cilindro de su caldera, unas perder la memoria de Asturias. ahora instante, la preocupación o la sed. de lo letras doradas, dentro de un dorado filete absoluto, y con ella las perspectivas de lo siente resurgir en su corazón el amor a de cobre, decían: Tirso de Molina. Otras esta tierra asturiana, tan hermosa, románinefable.
Me fué imposible llevar adelante mi emlocomotoras, análogas a ésta, llevan los tica por la geologia dice Clarin y virginombres de Moreno Nieto, Churruca, Muliana en la sobrehaz. Campoamor, que no peño. Demasiado fresco el dolor, faltaba al principio la serenidad indispensable. Luego, rillo, Jorge Juanha descrito nunca el paisaje de Asturias, La locomotora Tirso de Molina ha inspi promete hacerlo en un poema próximo. Las muy pronto, la vida me obligó a tomar derroteros que interrumpieron bruscamente la rado una de las páginas más bellas de la fiestas que en Oviedo se celebran en hocontinuidad y la tensión del esfuerzo, roliteratura española moderna. Una madru nor de Campoamor son espléndidas. Se or.
bándome las horas que proyectara dedicar gada invernal, nivosa, en el puerto de Pa ganiza una expedición a Covadonga. al a la tarea reflexiva de desentrañar la filojares, caen del cielo, por acase, cuatro o final del artículo, en Covadonga, Cánovas sofía de la obra de Clarin. así pasaron seis personajes, ilustres; uno de ellos es anuncia que el año próximo se celebrará Tirso de Molina. La negrura de la noche, en la histórica cueva otro homenaje, otro los años y la Filosofia de Leopoldo Alas no paso de las primeras notas que por per.
la niebla y la nieve, no les dejan ver el homenaje nacional, y éste en honor a Casdidas tenia.
camino; pero entre las sombras advierten telar. Castelar cosa grandiosa hablará de Mas las mismas peripecias de la vida dos largos trazos que relucen: son los rie España, de la España de todos los siglos les del camino de hierro. os ilustres fan. posteriores a la Reconquista, desde la cuna arrancáronme, ya viejo, pero no vencido, de las labores absorbentes de la acción, tasmas no aciertan a comprender para qué de la nacionalidad española.
cerca de las funciones de gobierno, y al sirven aquellos dos largos, interminables, Leopoldo Alas sentia predilección por sentirme libre y casi solo conmigo mismo, pedazos de hierro. estando discutiendo, Campoamor. En el Madrid Cómico del 20, vuelve la Filosofia de Leopoldo Alas a solientre la niebla, en el silencio pavoroso de de enero de 1894, hablando de Campoamor citar el espíritu. incita a ello, además, el la noche, se oye un espantable rugido y se y Nuñez de Arce, escribe. Los dos son ambiente. Clarin, olvidado como tantos otros ve avanzar un monstruo con unos anchos primeros; Núñez de Arce, primero de la grandes valores del gran siglo xix, renace, ojos blancos y rojos. Quedan todos los derecha, por ejemplo, y Campoamor, priFrecuentemente se producen serias indicainsignes personajes perplejos y asombrados.
mero de la izquierda. añadia Clarin. ciones de curiosidad intelectual encaminaDe pronto, el autor del Burlador de Sevilla yo soy zurdo. Si; él era de Campoamor.
das a revisar a la luz de ahora, que no se acerca un poco al temeroso monstruo y Le ligaba a Campoamor una evidente anaserá la de 1900, la significación estética y lee en su negra panza: Tirso de Molina. logia en la contextura del espiritu. En Camesencial del autor de L:Regenta, de Doña puede imaginar el lector el asombro que a poamor no existe ni color ni música. En 1840 Berta, de los Cuentos y de los Paliques.
Gabriel Téllez le produce el descubrimiento se publican dos libros que llevan el mismo de su nombre en el vientre de la terrible Proyectase perpetuar en Oviedo, en la quesencillo título: Poesias. El uno es de Esrida Vetusta, la memoria del gran crítico y alimaña, y la conversación interesantísimapronceda; el otro, de Campoamor. qué maestro, con recuerdo asentado allá en los que entre los eminentes personajes se eninmensa distancia entre uno y otro! Espronjardines del Campo de San Francisco, que tabla con objeto de aclarar este misterio. ceda es todo musicalidad y color; su poema él gozara como pocos. Colmaría mi amLa noche es una estupenda maravilla de El cuento Tirso de Molina figura en uno bición de hombre que tiene la manía, que musicalidad; no existe ejemplo más alto en no llamaré «funesta. de escribir, si me de los volúmenes de cuentos de Clarin. De nuestro Parnaso; diriase un nocturno de fuera dable contribuir modestamente, como Clarin no se ha recogido todo en volúmeChopin. Las palabras llegan en su melodia nes. La serie de sus obras completas que me corresponde, a este renacer del interés a lo supremo. En Campoamor no hay más por la obra de Clarin.
se comenzó a publicar, es deplorable. En que ideas, conceptos, sentimiento limpio, ADOLFO POSADA la colección de Madrid Cómico, por ejem fino, de una intensidad de emoción extraplo, existen muchísimos trabajos de Alas ordinaria. La idea abstracta, el concepto. De La Nación, Buenos Aires. que merecerían ser recogidos y ordenados. la emoción en el sentir, es precisamente la En el Madrid Cómico se publicó uno de nota dominante en Clarin.
los más curiosos trabajos de Clarin: su Alas, tras la forma externa de las cosas, relato de un imaginado homenaje a Cam más allá del color y de la inúsica, busca la poamor. Número del 17 de febrero de 1894. esencia de la idea. ese sentido del mundo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica