94 REPERTORIO AMERICANO. ESTABA Jesús en la Perea, del otro Lázaro lado del Jordán, cuando llegó un zumbar agresivo en torno de los que vinieran a interrumpir su trabajo.
emisario de casa de Simón el Leproso Al margen del Evangelio de San Juan Andrés dijo. No es posible seguir a decirle que Lázaro, su amigo muy aqui con estas abejas.
amado, estaba gravemenle enfermo. De as Fantasias de Juan Silvestre. Entonces se inició la desbandada sus discípulos les extrañó que no que era casi una huida a la case pusiera al punto en camino para beza de la cual iban las mujeres veciBetania, y no comprendían por qué «Padre, gracias te doy que me has nas y amigas de Marta y María.
a los comentarios que hicieran, repli oído, que yo sabía que siempre me Tomás y Marta llevaban a Lázaro cara que todo aquello redundaria en oyes; más por causa de la compañia y tras ellos seguían los demás.
gloria para el Hijo de Dios.
que está alrededor lo dije, para que ¿Por qué Jesús no se acercó a Por fin abandonó Jericó, el lugar de crean que tú me has enviado. Lázaro ni trato de hablarle?
las fuentes y de los vergeles, en don Luego llamó y su voz fué casi un Ninguno daba un paso sin mirar a de tanto se conmoviera su corazón grito que desgarró aquel instante: hurtadillas al taumaturgo y al resucon Zaqueo el Rico, aquel que siendo «Lázaro, ven fueras.
citado.
de baja estatura, había subido a un Cada uno oía la sangre retuinbar las puertas de las casas asomasicomoro para poder verlo pasar. en sus. sienes.
ban rostros llenos de miedo y curioAl salir con rumbo a la Judea les En la boca del sepulcro apareció sidad, y unos perrillos flacos y sardeclaró. Lázaro es muerto y huél una figura blanca y un olor a pu nosos seguían la comitiva ladrando game por vosotros que yo no haya drición mezclado de aroma de aloes con tenacidad, y sus ladridos desenestado alli, para que creais. y mirra se esparció por el ambiente. tonaban en aquel ambiente de milagro.
Toniás, llamado el Didimo, iba de Un niño comenzó a gritar agarrado Simón el Leproso que se adelanuno a otro de sus compañeros para a las das maternas. alguien le tara desconcertado, esperaba a la que le desentrañaran el sentido de castañetearon los dientes.
puerta. Se veía enseguida que no haaquellas palabras, y murmuraba por Lázaro salió, los miembros presos llaba qué hacer. Por fin se adelantó que el Rabi no hablaba siempre con entre las vendas, y la cabeza en a dar el selám a los que se acercaclaridad.
vuelta en el sudario.
ban. Trató de detenerse ante Lázaro, Cuando se acercaron a Betania su. pieron que hacía cuatro dias que Lá mujeres la imitaron. Las rodillas proMaría cayó de hinojos y las otras pero éste pasó sobre él, sin fijarla, su mirada distraída, y las palabras de zaro era muerto.
ducían un golpe seco al caer sobre bienvenida a Jesús y a sus discipulos, Las hermanas de Lázaro, Marta y los guijarros.
parecieron inoportunas, Entraron, y María, seguidas de algunos amigos, Lázaro seguia de pie en el umbral.
María dudó si debia ofrecer el asiento vinieron a su encuentro, y Maria se derribó a los pies de Jesús y lloró y Marta, que se había asido a la piedra, de honor a Jesús o a su hermano, al verla afligida, Jesús lloró también.
dominó su terror y tuvo piedad de pero aquel la saco de su embarazo, su hermano, quien no podia casi mopues declaró que deseaba descansar Jesús preguntó en dónde lo habían verse, y cuyos miembros se sentían bajo la parra de la entrada.
puesto y lo condujeron ante el seflaquear bajo las ligaduras. Se acercó y pulcro cavado en una roca.
con voz temblorosa por el temor y la Era medio. día y el sol brillaba so ternura, dijo: Lázaro, hermano mío.
bre. los campos todavía adormecidos La nueva del milagro se había exy se echó a llorar, mientras le pres. tendido por el pueblo de Betania y bajo el frío del invierno.
taba el apoyo de su cuerpo joven.
Llegaron frente a la tumba. Nadie la casa de Simón el Leproso fué inTranscurrieron unos minutos que pronunció una palabra.
vadida por gentes que acudían a cerdieron la sensación de lo que es la ciorarse.
Jesús dijo. Quitad la piedra. eternidad.
Hubo que ir corriendo El pobre Lázaro estaba sentado en buscar Pedro insinuó. Por qué no le quiuna barra. La trajeron y la losa que el sitio de honor, todavía envuelto en táis el sudario de la cabeza?
cubría la entrada de la gruta fué reel sudario y con las vendas colgando movida. Jesús dió un paso hacia adeMarta procedió a hacerlo, pero sus sucias de su cuerpo. En torno suyo lante.
manos, entorpecidas por la emoción, había un círculo de curiosos que lo miraban y lo miraban, y que al mieEl silencio del campo se hizo más desgarraron la tela. la cabeza emerintenso y los presentes se quedaron gió de la envoltura: un rostro pálido, nor movimiento que hacía, emprenverdoso, enmarcado en espesa barba dían la huida dándose codazos y eminmóviles.
oscura. Los párpados se agitaron, los pujones; los niños y las mujeres griDe pronto vieron como si la roca ojos se entreabrieron y la mirada taban aterrorizados. Un olor a carne se estremeciera y un calofrío corrió huyó al contacto de la luz. Se abrie putrefacta mezclado con el de los a lo largo de cada espalda: pero era ron otra vez pesarosos se que ungüentos con que se ungian los cauna lagartija que huia entre las grietas. daron asombrados y fijos en el paisaje. dáveres y con el del sudor, flotaba En una hendedura un enjambre de Judas propuso. Por qué no se le en la sala y hacía el aire odioso al abejas había hecho sų panal. Una quitan las vendas? Asi no puede moolfato. Cuando ya no podían estar abeja negra salió y rayó con su zumverse.
más en la sala, se iban a contemplar bido el silencio duro como de cristal Marta se volvió a Maria como para a Jesús, que miraba en silencio el que envolvia la escena.
pedirle ayuda, pero esta contemplaba Monte Moria cubierto de nieve.
Marta se acercó a la boca del se arrebatada al Maestro, quien con los Marta vino a traer alimento a su pulcro y volvió el rostro con disgusto. brazos sobre el pecho y la cabeza hermano; hubo que quitarle para que «Señor, hiede ya, que es de cuatro caida, parecía orar.
comiera, las vendas que le ceñían los díası, murmuró.
Tomás fué quien se acercó y comen brazos al tronco. No pudo masticar, La curiosidad quiso precipitar los zó a desarrollar las vendas de las pier tan débil estaba, y cuando bebió, los circunstantes hacia la abierta sepul nas, y a palpar con sus dedos descon tragos bajaban haciendo ruidos ridicutura, pero el movimiento se paralizó fiados los pobres miembros ateridos. los por sus entrañas. Alguien se rió y ante Jesús, que levantando los ojos El enjambre que hacía su miel en Marta dirigió una mirada de reproche exclamaba: las hendeduras de la roca se puso a a los circunstantes.
1: Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica