Violence

62 Repertorio Americano sajado (1. Argentina donde hace años llegara mozo, llamar el caminante, si no estuviera mejor, por lo flaco de todo como no fuera de talento y voluntad. mucho de vehemente religioso que hay en él, llaMachado lo ha expresado en verso, cincelando su marlo el peregrino. Pero iqué paradoja! Viveza de la elogio: mirada, inquietud del ceño, tensión del rostro, gimnástica disposición del continente, reclaman para su El cronista fuerza y su deseo clava y honda. Hijo de vasco y de dos mundos, bajo el sol, de inglesa, ha vivido veinte años en Inglaterra, y el duro pan se ganaba habla cotidianamente el inglés, con su compañera, y de noche fabricaba una plácida londinense. Ahora veranea en la villa su magnífico español.
de Hendaya, apenas se pasa la frontera. Con el otoño, se va a Madrid.
Pero oid esto, que es cosa buena. Un dia todos leyeron en La Nación una ardiente réplica desEs hombre cultísimo. En la Universidad de Vaconocido escritor a cierta apacible charla en que lencia, no ha mucho, habló sabiamente del derecho Miguel Cané, días antes, en aquel mismo diario, considerado como función social. En Inglaterra ha añorase el criado antiguo, criollo manso, servicial y predicado esto mismo con aplauso y eficacia. Su fiel. reemplazado por doquier planíase el articulislibro La Crisis del Humanismo, tan destacado, fué ta por un nuevo tipo de sirviente, de ojos duros y su profesión de fe.
casi insolente figura. La ardiente réplica del desco Otro dato. Ha pasado la guerra en el frente brinocido encomiaba, con preciosa energia, la virtud tánico, sirviendo a La Prensa. Bueno. Para él la dignificadora de la Argentina, que pronto al que gran guerra no pudo ser una de tantas peripecias llega fámulo le endurece los ojos, le yergue la cade la historia. Espíritu místico, afiebrado de urgentes beza y le endereza la espalda. Firmado: Francisco anhelos, no supo ver sin profunda conmoción las Grandmontagne.
siegas de las batallas. Qué se hizo aquella juvenEl cual Francisco Grandmontagne, flaco de todo tud de gigantes ingleses de 1915. Qué las falanges como no fuera de talento y voluntad, vivía frente a de muchachos garridos que Francia alineó frente al la desaparecida plaza Lorea (de vuelta de Río Negro, Marne? El los vió sepultarse en la nada, bajo el adonde había andado de pastor) en una infeliz casucañón. De día en día, los vió reemplazar por un cha, entre cuyas buhardillas alquilaba un chirivitil, soldado de menor estatura, y en las postrimerias de amueblado de un pobre catre de tijera, de una des la tragedia, vió niños, fusil al hombro. De todo esto, nuda mesa y de una mal despatarrada silla: que fué una cosa es verdad: que también columbró señales, donde, en cama aún, tocóle recibir, maravillado, la y que allí concibió si no el culto de la violencia, la visita del elegantisimo Miguel Cané iese era un fe en el rigor. Si hubiera andado por Buenos Aires, gran señor argentino! que iba a felicitarlo y a darle como Grandmontagne, creería en cambio, como éste cálidamente la razón. por ahí empezó a saberse cree, únicamente en la fuerz de las cosas, ya obequién era Grandmontagne, y él a comprender a su decidas, ya gobernadas, con alerta inteligencia.
vez entre que alta gente vivía.
Ambos tienen puesto en España el deseo. GrandDespués hizo de todo: novelas y crónicas, y La montagne no ceja en su reiterada lección de cosas, Prensa, designándolo su colaborador en Europa, ex diciendo cuál es el Norte, de qué lado cae el Sur, tendió vastamente la autoridad de su nombre. Si como se forma una industria, de qué modo se enquisiéramos, resumiendo el carácter de tantas activi grandece un comercio, con qué vibra una ciudad.
dades como fueron y son las suyas, servirnos de De Maeztu, por su parte, remontado a las ideas una sola palabra, le llamaríamos certeramente el puras, muestra visiones de lo que será. España, promotor. El pasa por la vida suscitando cosas, sem según su convicción, debe ser el puente entre Eubrando ideales, señalando rumbos. Llego a creer que ropa y Africa, el camino enlazador de Occidente y se trajo de la Argentina un gran modelo que seguir: Oriente. Los niños españoles, para que el prodigio Sarmiento. Se le parece, de seguro, en ese afán de se torne posible a breve plazo, han de ir sabiendo aportación, de consejo, de auxilio, de que vive lleno. latín y griego, hebreo y árabe. Serán así mañana Su información, a este respecto, es siempre de pri los realizadores de una armonía suprema, y servirán mera mano y en cada caso, concreta. Es un admira de esa suerte al verdadero destino de España, granble captador de buenas nuevas, El fué quien, antes dioso como otro ninguno. Por eso Marruecos no se que nadie, habló de Enrique George, en Buenos puede abandonar ni ahora ni nunca.
Aires. Algunos quisieran que en tal ocasión se crisSe le embravece la mirada, se le endurece la talizara en apóstol. Imposible: Grandmontagne es un fisonomía, le tiembla extrañamente la voz. Nos daria suscitador y ya es mucho. La vida le solicita de mil un poco de miedo si no sonriera ya, imaginando su maneras y él no cesa de darse. cada uno su ideal conseguido, con una sonrisa de zagal. de misión y a cada misión su mérito.
zagal de la Biblia.
Grandmontagne no lo escucha. Se limita, frente a la ría del Urumea, a pensar concretamente en Ramiro de Maeztu, tan distinto de Grandmon algún inmediato y claramente asequible bien. caminamos los tres, muy de amigos, a la orilla tagne, tiene en sus juveniles cincuenta y tantos años, un fresco aire de zagal de la montaña. Se le podría del Cantábrico, en una tarde maravillosa.
ARTURO CAPDEVILA (1) La reseña de este homenaje puede verse en el 6 del tomo III del REPERTORIO AMERICANO. Caras y Caretas, Buenos Aires. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica