58 EEPERTORIO AMERICANO el filósofo se pierde por las nítido, su corbata correcta. El mismo artista ha dibujado originales y secalles (verbeneantes a esa hora) de bigote, sin aliño, no acusa abandono. veros muebles que luego ejecutó el la ciudad multánime que, distraída, Tiene este hombre una noble cabeza carpintero. Mesas de trabajo y anano repara en la importancia de aquel de alta frente y finas facciones. Lla queles, así como la caja del armóhombre, aparentemente endeble, cuyo man la atención los ojos, que negros nium, que destaca a un costado, brazo libre ha tomado una mano y móviles, perspicaces con lo exter fueron hechos con roble. Graciosos familiar.
no, denuncian una intensa vida inte herrajes dan un aire noble, de vetusrior.
tez, a todo. El amigo pintor que En el Círculo de Armas Van llegando comensales. Dos mé dibujara los muebles ha decorado el dicos, un ingeniero, un militar. Todos techo, donde luce el negro y el rojo Aunque dista de ser un hombre saludan al pensador con fina defe fundamentales en las estilizaciones mundano, el filósofo no es un tem rencia. Vaz Ferreira les sonríe (mos autóctonas.
peramento huraño. Dljérase que se trando el blancor de sus dientes) con No sabemos cómo ha llegado a place sentirse mimado como los ni candidez. de niño. Aun los mozos hacerse el filosofo de esta propiedad. ños. Uno de los pocos sitios donde tratan al filósofo con blandura insó. por más que lo imaginemos. El Dr.
es facil encontrarlo, fuera de su casa lita, como si vieran en el Dr. Vaz Vaz Ferreira figura como socio de o la Universidad, resulta el Círculo. Ferreira una fragilidad que no evi uno de los abogados montevideanos de Armas. No se crea un esgrimista dencian los demás clientes.
más solicitados. Todos los años el a Vaz Ferreira. Su simpatia es para No tenemos más remedio que alu estudio jurídico produce buenas. enel bizarro juego de la pelota, en que dir de nuevo en este capítulo al maes tradas. el abogado famoso siente son maestros los vascos. Juega a la tro de conferencias. Hace muchos complacencia repartiendo aquellos inpelota, tal vez, para corregir el mal años, dando sus cátedras de Litera gresos con el sabio, que acaso rede su vida sedentaria de meditador. tura y Filosofía, Vaz Ferreira se hizo sulte, como fenómeno nemotécnico, Si gana un partido, un alborozo inde un público adicional, un público un incomparable asesor.
fantil le anima el rostro. Fué Vaz Fe ávido y atento, por el estilo del que Por lo demás, Vaz Ferreira, sin rreira suave y candoroso lejos de la ya hemos descrito. En esa época ánimo de que lo refiriésemos, nos cátedra, quien nos dijo un día: el escritor se prodigaba en una forma contaba un día los modestos comien Hay hombres en los cuales se absurda, dando dos o tres lecciones zos. Casóse con la elegida de su renuevan totaliente las células cere esquilmantes, como las que da ahora corazón, una mujer protectora, ma.
brales; y otros, por el contrario, con por semana. Tan meditadas, tan con ternal, cuando sólo recibía 75 pesos servan células de cuando eran niños. cluídas, que equivalían al dictado de como catedrático. Una parte de ese Aquéllos son fríos, orgullosos, egois seis u ocho libros sobre cuestiones dinero lo entregaba a la madre. El tas. Estos otros, afectivos, apasiona pedagógicas, sociales, filosóficas, etc. matrimonio tenia por todo moblaje dos, ingenuos. De mis discípulos sólo De ahi vino la idea que dió origen una cama, una mesa y dos sillas.
conservo amistad con los de segunda al decreto del señor Batle y Ordoñez, Tan pobres estaban que no poseían categoría.
creando por ley la cátedra de con tirabuzón y las botellas las abrían Se explica, pues, que Vaz Ferreira ferencias, que empezó a funcionar golpeando sobre la pared, con el alno disimule su fondo aniñado.
en 1914. Se trataba de colocar, a mohadillado protector de una toalla. veces, sale temprano (para dar hombre tan excepcionalmente, dotado, Pero eran ambos tan apasionados una clase) de su quinta de Atahualpa en condiciones de producir. Con por la música que decidieron adquiy se queda a almorzar en el Círculo las conferencias del primer año, to rir, con una operación de crédito, un de Armas, elegantizado el restaurante madas taquigráficamente, salieron tres armónium. El catedrático fué a una desde no hace mucho con muebles volúmenes de pedagogia (equivalen casa de música y trató el instruy papeles obscuros.
tes a un curso completo) y el admi mento apetecido, cuya sonoridad le Un día, Vaz Ferreira nos invita a rable libro sobre propiedad de la encantara. Valía 300 pesos, una suma acompañarle. Come sobriamente, con tierra.
enorine para él. Se lo llevaron a la un poco de cerveza para complemento. Pero luego, para economizar. se casa. Pero he ahí que entonces se Mientras saboreamos el fiambre, el suprimió el taquigrafo. el maestro apercibe de que tan decantada soautor de Lógica viva nos declara: de conferencias, plácido, estoico, no noridad la lograba el armóniuni Mi idea hubiera sido «hacer filo grito; aun cuando debió sentir una acoplándolo a un piano. No hubo sofía, desde la cátedra de conferenhonda amargura viendo como se niás remedio que hacerse del piano, cias; pero luego, ante mi público, me perdía, para todos, aquel su enorme que valia 400 pesos, aun más que el ví en el deber de ocuparme del pro esfuerzo mental.
armónium. Hubo, pues que comproblema de la juventud.
meter el porvenir. Les faltaría todo trasciende de un modo manso y El retiro del filósofo lo demás, pero no la música. Y, a su afectivo sin disconformidad.
modo, los cónyuges lograron ser Entre el público y yo se dijera El Dr. Carlos Vaz Ferreira vive felices, dentro de su pobreza.
que hay un vidrio. Falta el contacto en una quinta de Atahualpa, barrio El Dr. Vaz Ferreira es melómano que establezcan las preguntas. frondoso y fragante que queda muy por herencia, como lo fué la maloNosotros interrogamos: cerca del Prado. Nosotros vamos grada María Eugenia. En presencia. Desearía usted un cambio conti hasta la casa del pensador en una nuestra ha tocado en el armónium, nuo de ideas?
época en que no hay flores. Una introduciendo el rollo correspondiente. Confieso que me satisfaría más. verja sencilla, varios árboles desme trozos magníficos de los grandes Pedi, en vista de que me faltaban lenados y enredaderas que los abra inaestros. Nos hizo soñar, en tanto interruptores, que me mandaran obje zan. Ningún atildamiento en el jardin, su magro cuerpo se estremecía en el ciones por escrito. Pero esto no hace pero la vivienda tiene el orden y el duro asiento y los pies presionaban que desaparezca la frialdad.
confort de un home.
enérgicamente los pedales.
Al revés de otros sabios, el doctor El dueño nos recibe, acogedor, en Aquel despacho era, en ese insVaz Ferreira no trasunta despreocu la puerta, y nos pasa a una estancia tante, una antesala del paraíso.
pación por su indumentaria. Viste muy amplia, con ventana al jardín, Luego nos enseñó sus obras, imcon cierta corrección. Su cuello es que le sirve de despacho. Un amigo presas y en preparación. Sólo re. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica