316 Repertorio Americano personas la idea de que las cosas del pasado, y de de las perfumadas maderas, silbando y retorciéndose los pueblos exóticos, sólo deben verse como una cu al lamer las ofrendas de grasa, aromas y zumo de riosidad arqueológica, sin admitirlas como documentos soma, la alegria de Indra. Alrededor de la pira fluía preciosos para el estudio de su civilización.
lentamente un arroyo de color de escarlata, absorComo complemento de estas colecciones, hay en bido por la arena, pero sin cesar renovado: era la algunas salas menores, valiosos dibujos y bronces, sangre de las baladoras víctimas.
trajes y divinidades chinos y japoneses.
Una de ellas, una cabra pintada, de largos cuernos, estaba tendida, con la cabeza hacia atrás, atada con hierba munja. Un sacerdote apoyó su cuchilla Ved ahora estos objetos, procedentes de la India en el alargado cuello de la víctima murmurando: sagrada, y con el doble prestigio de su belleza y de. He aquí, oh terribles dioses. el primero de los su antigüedad.
numerosos yajnasas ofrecidos por Bimbisara. RegoBudas en metal, algunos de una perfección artís cijaos con el correr de la sangre y gozad con el tica realmente asombrosa, un traje de tela toda borhumo de la carne asada las ardientes llamas.
dada de oro.
Colocad sobre esta cabra las culpas del Rey y que Esto no es nada ante esta maravilla: esta cámara, el fuego las consuma al abrasarla. Voy a dar el golpe mortal.
en tamaño natural, que se ha instalado aquí, merced a un grande y plausible esfuerzo, las paredes llenas Pero Buda exclamó. Oh gran Rey, no le permide talladuras, perfectamente conservadas, que denotan táis herir!
una habilidad y paciencià igual, si no superior, a la esto diciendo, desligó a la víctima sin que nadie de los artistas de la Edad Media.
osara detenerlo: tan imponente era su aspecto!
Es una especie de capillita, procedente del templo. Después de obtenida la venia, habló de la vida, jaino de Vadi Parsvanatha, en el Estado de Baroda, que cualquiera puede quitar y nadie puede dar, la y construido en 1594. Las paredes de esta pagoda vida, maravilloso don, querido y grato para todos, en miniatura están cubiertas de escenas del culto, aun para los más humildes, precioso para toda piaen relieve, hechas con gran maestría. Están delica dosa criatura, porque por la piedad es el hombre damente trabajadas, y luego hay otras series de tierno con los débiles y noble con los fuertes.
adornos simbólicos hasta la cúspide de la cúpula. Presto Nuestro Señor a las mudas bocas del Las propias lámparas que se encendieron bajo su rebaño conmovedoras palabras para defender su causa.
bóveda, están aquí, y derraman su luz suave, sólo Demostró que el hombre implora la misericordia de que ahora ésta es procurada por la electricidad, pero los dioses y no tiene misericordia de los animales sin quitarles, su encanto. Hay en este espacio redupara quienes es lo mismo que un dios. Dijo que todo cido una atmósfera de recogimiento que nos transcuanto vive está unido por lazos de parentesco, y porta al viejo país del Ganges, y no os asustéis, si que las bestias que matamos nos rindieron el dulce de pronto, este galoneado empleado que se aburre tributo de su leche, el blando de su lana, y pusieron en su puesto de guardián, se transforma por arte de su confianza en las manos que las desguellan. Dijo magia en un yati (azteca. de grave continente y de también que nadie puede purificar su espíritu con mirada honda, que nos habrá de decir algo sobre su sangre, pues si los dioses son buenos, no puede serles religión.
agradable, y si son malos, no basta para soborEl jainismo tiene como principal punto de fe el narlos. Luz de Asia, por Arnold. de que: el hombre no debe dañar a ningún ser vi No podéis. negar, pues, la bondad de estas enseviviente si quiere alcanzar el Nirvana. Predicen la ñanzas, y menos si sois, cosa no rara, miembros o necesidad de abstenerse completamente de maltratar, amigos de la Sociedad Protectora de Animales, que herir o matar cualquier ser en que la vida se mani en nuestro país, por desgracia, no es todavía una fleste, pues que el alma universal está en ellos prerealidad patente. escuchad, para terminar, y, pues sente, aunque de una manera rudimentaria.
estamos en un templo jaino, esta otra sentencia, tan Esto lleva a los fanáticos a extremos inaceptables, noble y generosa, que habréis de aceptarla también: pues he de estar de acuerdo con vosotros en que El Señor venerable ha dicho: Tal como es mi hay demasiados bichos molestos quienes nos será dolor cuando me hieren y golpean con puño, palo o difícil perdonar la existencia; pero habréis de aceptar piedra, cuando me torturan y queman y me matan, conmigo en que los fanáticos, de cualquier clase que o cuando sólo me arranquen un cabello, así es el sean, echan a perder las cosas con sus exageraciones. dolor que siente todo sér vivo cuando le dañan. Por Bien mirado, los jainos proclaman la necesidad esta razón os: digo que no debemos maltratar, ni de que el hombre coopere en la obra general de la golpear, herir o matar a los seres vivos de cualquier evolución, ayudando a los animales, sobre quienes especie. en verdad os digo, que los arhates y bhatiene tanto poder, en vez de destruirlos y maltratarlos. gavadas del pasado, del presente y del porvenir, aunque no confundo los hechos, y sé muy bien declararon, declaran y declararán la misma cosa, dique no siguen la ley de Buda, pues otra es la suya, ciendo: no maltratéis, ni cacéis, ni torturéis, ni matéis están de acuerdo con El en este aspecto; y creo que a ningún sér viviente. Los hombres sabios que cono os desagradará que yo os transcriba este bello nocen todas las cosas enseñaron esta ley constante párrafo de una obra bella, en que magistralmente se y perpetua, eterna y verdadera. Uttaradhyayana, trata del asunto. libro II, 1, 48 49. Estaba el Rey en el atrio de los holocaustos. Ya os advertí que soy un orientalista; pero si no su lado, los brahmanes, vestidos de blanco, murmu os placen estas citas, habréis de recordar que estaraban mantras avivando el fuego que chisporroteaba mos en una pagoda, y que no vienen, por lo tanto, en el altar. Las claras lenguas de las llamas brotaban fuera de lugar. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica