Repertorio Americano 295 Designios ocultos que no tienen carácter de ley. cientifica, sino de parentesco y afinidad en cuanto al espiritu. Las famosas pirámides que eran mansiones de dioses y sacerdotes fueron trazadas con rigurosa exactitud para seguir la dirección del meridiano y paralelo del lugar. La pirámide azteca de Papantla descrita por Humboldt con sus siete pisos es notable, no tanto por el enorme tallado de sus sillares y por sus tres. escalinatas que llevan a la cúspide, sino por los 318 nichos jeroglíficos y simétricos que simbolizan los 318 dias de su calendario civil. Pero este número es también el símbolo de los servidores circuncidados e iniciados de Abraham y el valor gnóstico del Nombre de Cristo y también el valor abstracto y universal del diámetro tomando la circunferencia por unidad. de millar 2000 318, o sea, otra vez y siempre, el número masculino femenino Pi (3, 1459. 2)
Por esta razón ha dicho el erudito autor de esta última obra que los monumentos mexicanos están más cerca del simbolismo más puro de la Religión Sabiduría, y sobre lo cual habría para escribir toda una obra.
Otro de los monumentos sumamente interesantes es el. célebre monolito llamado Piedra de Tuxpan, a quien las gentes de aquel pueblo lo suponen una representación del génesis, y del cual el insigne Chavero ha dicho:«sí, pero no el de la misera Humanidad, sino otro más grandioso, el génesis de la luz, ila creación del tiempo! ese monumento es, pues, la primera piedra miliaria del sagrado camino que llamamos la eternidad. Sólo Aquel que ha sembrado la tiniebla de estrellas sabe cuál es la esencia de toda cosa bella!
Verso, mujer, o astro, amor, ritmo grandioso, todo entra en los designios del Todopoderoso!
Al estrecharte, Amada, dulcemente las manos, se está sellando el pacto de amor de los humanos.
Cuando en mi pecho posas tu armoniosa cabeza de nuevo se abre al mundo la flor de la pureza!
Este ritmar constante que hace que nuestra mente sea limpia com el agua de montecina fuente, torna sonoro y fino nuestro vaso de arcilla donde fulgura el alma, lirio de maravilla!
Como ungida de ensencias la palabra nos deja el olor de la rosa que visita la abeja. Rosa es el corazón de los buenos amantes y la palabra en ella fecunda los instantes! Tocados de misterios nuestros ojos escrutan por el aire sereno de abril, las libres rutas por donde van las alas, pájaros, mariposas, y siguen de la abeja la espira luminosa que se remonta al cielo cuando aparece Flora y torna a la colmena, reina y generadora!
La tierna florecilla nos da la bienvenida porque en sus cinco pétalos, de amor estremecida siente el beso que dejan las brisas pasajeras, heraldos de las dichas que trae la primavera!
La tierra arada en donde las semillas reposan nos mira como madre tímida y pudorosa.
El duraznero alarga sus ramas florecidas mostrándonos la dicha rosada de la vida!
Cabe recordar que se han descubierto indicios del simbolismo de la fuerza generatriz o culto del lingan, a juzgar por los bajos relieves que en la ciudad de Pánuco se han encontrado y que exhiben la unión de los dos sexos, con una semejanza exacta a los de la India. Ahora se sabe que en Tlaxcala también conocieron el mismo culto. Garcilaso decía que entre los mexicanos el dios de la lujuria era llamado Tlazoltenti.
Los mexicanos celebraban cada año una fiesta dedicada a la diosa de la Sal (3) que recuerda el culto a Venus, de origen fálico, descrito por Herodoto, culto que se extendió en Oriente, Grecia e Italia.
JORGE CARDONA En la tibieza pura de la selva fragante, cuando la luna sube, clara, pura y distante, las gacelas nerviosas de rosados hocicos, sin temer la montante luna, que tras los picos muestra su arco pulido de reluciente acero, olfatean las brisas, consultan al lucero, y a la luz que les prestan los rojizos ocasos se agrupan baladoras para seguir los pasos de Euridice y Orfeo, dos mínimos pastores que celebran la ingenua fiesta de sus amores. Estudios Indostánicos. Vasconcelos. 2) Simbologia Arcaica. Roso de Luna. 3) Jesucristo si ha existido. González. México, 1909. Algo común nos une al alma de las cosas, Amada, porque el cielo te exalta misteriosa; en la hoja caída del árbol veo tu pena y me dicen tu gracia lunar las azucenas, y en el mar que se encrespa, roto en cristalería, escucho el mismo ritmo de tu sana alegria. No vemos los amantes «su imagen» viva en todo. No se hace por la Amada sacrosanto hasta el lodo. Oh ritmo de la vida que traspasa barreras y confunde en un grito águilas y panteras y hombres! Causa ignota de todo bien y mal, que salta cual la chispa si choca el pedernal!
Dame tu amor, Estrella, y en mi cristal oscuro se encenderán las luces de algún astro futuro!
Vamos sencillamente por las manos cogidos, y el ritmo de tu sangre con el mío confundido, iquién sabe si en la música total del Universo tendrá medida exacta como un sagrado verso. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica