150 REPERTORIO AMERICANO roes.
De modo pues que el soldado desSinfonia heroica pre con el mismo sacudimiento de conocido, una vez comprobada cabeza y la misma pregunta. su identidad, subió directamente al (De Atlántida, Buenos Aires. Daría mi encendedor por saber cielo.
qué tipos son éstos.
El cielo no es, como pudiera creDel otro lado de la avenida, los erse, un ámbito sin límites donde gado. Pero es indudable que el cielo rarle, y su expresión inicial de asomhéroes se volvían a su vez para mideambulan confundidas las almas de y sus arcángeles miraban a su vez los justos. El cielo posee categorías con asombro a aquel misterioso y poco bro concluia siempre con una sonrisa muy precisas, originadas por la di aparente desconocido, que no cesaba sarcástica y convulsiva.
versidad de méritos y causas que de ojearlo todo con desconfianza. ComPasaron así unos días, hasta que llevan hasta él. Existe así el cielo prendiéndolo así, el Señor serenó los la altivez herida desbordó por fin de particular de los sentimentales, de los ániinos.
boca de los héroes.
hombres de genio, de los hombres. Hijo mío exclamó tendiendo la. Señor! expuso uno de ellos ante juiciosos, y de los mentecatós.
diestra hacia el soldado oscuro. BenDios, cuando todos los héroes y el Hay muchos cielos más, tantos dito seas, porque el Señor es contigo. presencia. Señor! No estamos consoldado desconocido estuvieron en su como son variadas las bondades del volviéndose a las almas: alma. Pero adonde fué el soldado. He aquí a vuestro hermano. Mutentos. Nuestro mutuo amor ha fenedesconocido, es al cielo de los hé. cho ha sufrido, porque mucho amo.
cido. Nos reconocemos culpables ante Acordaos siempre de su nombre: es ti, Señor. Castiganos!
No es el cielo de los héroes el el Soldado Desconocido. el héroe dejó caer la cabeza sobre más poblado de todos los cielos, como Poco diríamos, observando que nael pecho. Dios lo contempló, un instante.
bien se comprenderá; pero por razo die compiendió en toda su extensión nes obvias, los llamados a su seno Bien lo que Dios había querido Gecir. Pero. Tú, culpable, hijo mío. representan en el cielo mismo una quien acaso o comprendió menos fué por ti. Pero tus hermanos?
verdadera aristocracia, tal como la el propio héroe alabado, a juzgar por La alta mirada de Dios paseo en que sus cuerpos mortales represen sus crecientes ojeadas de desconvano por el grupo de los héroes: totaron en la tierra un día. a ese fianza.
dos habían bajado también la cabeza.
cielo selecto entre todos, donde el Mas ya el Señor, rodeado de su Habla, hijo mío reanudó el Semás disimulador de sus habitantes enselecta guardia, se dirigia al cielo ñor. De qué te acusas?
carna esa cosa formidable que se particular de los héroes. inducién De orgullo.
llama un héroe. allá fué, con la ¿Y tus hermanos?
dole con la mano a. que entrara. De lo mismo.
velocidad de un rayo de luz, el sol. Hijo mío repitió al recién lledado desconocido.
gado, he aquí tu morada. he aqui. Dónde ves la culpa. Ěn ése. señaló el héroe con Dios mismo tiene debilidad por ese a tus hermanos de corazón, que ya el mentón hacia el soldado desconosu cielo de élite, y sus miradas se te aman y te veneran.
detienen. en él con más ternura y a los héroes: cido. No podemos amarlo.
El Señor sonrió levemente obsermenos justicia de las suponibles. Pero Recibidle con vosotros y amadle el recién llegado no era un héroe vando al soldado, que se mantenía como él os ama ya, porque os repito inmóvil, los pies juntos, sin otra vida transitorio, ocasional o discutible. Nada que es digno de vuestra gloria. no que el campesino recelo de sus ojos de esto. era, como ya lo hemos di olvidéis su sagrado nombre: es el cho, el soldado desconocido. el Se Soldado Desconocido.
ante aquel segundo tribunal. No tiene ciertamente aspecto heñor, después de poner en conmoción. dale con el soldado desconoroico. murmuró Dios para consigo el cielo entero con el hosanna de cido. murmuró para sí el soldado, mismo.
cánticos que anunciaban un grande que no alcanzaba a comprender esa y dichoso acontecimiento, hizo abrir obstinación en no mencionar, como exPero a pesar de ello el héroe oyó.
la voz del Señor. irguiéndose: las puertas celestiales cuan grandes profeso, su verdadero nombre.
Señor, no es por eso. Ni yo ni!
eran, ante la persona del soldado El Señor Ce había retirado. Solitamis hermanos hemos supuesto nunca desconocido.
rios o en grupo, los héroes vagaban afrentar a. ése, por su vestimenta!
El soldado desconocido debemos sin prestar la menor atención al nuevo advertirlo ahora. no parecia darse habitante, afectando con una natura¡Es por nosotros mismos, Señor. El nombre del más oscuro de entre nocuenta de lo que para el significabalidad verdaderamente heroica no mi sotros hace vibrar todavía el alma de aquel recibimiento triunfal. Tenía el rar, ni ver, ni siquiera darse cuenta los hombres, ése que nos diste a aspecto modesto de un héroe, y la de la presencia entre ellos del solamar como un hermano predilecto, frente muy estrecha como los lucha dado desconocido.
ése. es un desconocido!
dores. Tal vez ni la inteligencia ni Nosotros, desde este bajo mundo El soldado aludido no comprendió la claridad de espíritu adquirieron en y cargados de prejuicios, apenas nos tampoco esta vez de que se trataba, él el enorme desarrollo de su he atreveríamos a disculpar aquella gla bien que el altivo gesto del héroe roísmo. Por esto acaso lanzaba mira cial indiferencia de los héroes. Pero si hacia su persona, no le presagiara das. recelosas a todos lados, dando meditamos que el menos conocido nada bueno de todo aquello se así la impresión de una humildad tan. de aquellos paseantes se llamaba Na consoló con remover las mandíbulas, grande como pequeña era su cabeza. poleón, y el más disimulado Alejandro, mascando entre dientes un ilu El soldado desconocido franqueo comprenderemos el helado orgullo de tabaco.
pues las puertas del cielo y vió al. aquellos héroes ante la torpeza y. Pero Dios acababa de extender la Señor teniendo a sus costados, como actitud soslayada del intruso.
diestra hacia el ámbito celestial, y una guardia de honor, a los héroes El soldado desconocido iba despa en un segundo se hicieron visibles muertos. tras ellos vió hasta el in cio de aquí para allá sin buscar con las almas de los elegidos, y dirigiénfinito del cielo y sus blancas nubes, tacto con sus hermanos, y apartán dose al héroe que proseguía pálido las almas de los justos nimbadas por dose con presteza del paso de los de orgullo, ante la omnipresencia de el arco iris.
héroes. Volvíase a veces y los se sí mismo y del cielo entero, la voz Esto es lo que vió el recién lle guía con los ojos, concluyendo siem del Señor habló así. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica