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114 Reper torio Americano La hora de la espada Buenos Aires, 17 de Marzo de 1925. uno de acuerdo con su conciencia, resulta, asi, una ilusión desvanecida. Ella era el fundamento de la Señor Joaquín García Monge.
ideologia demócrata del siglo xix; y por esto, tras Mi querido amigo: ella, fracasa la democracia.
Acabo de leer en su siempre interesante REPER Así nos lo han ratificado prácticamente, la gueTORIO, la carta abierta que me dirige don Enrique rra, primero, y acto continuo la ciencia con el relaMolina, profesor de la Universidad chilena de Con tivismo de conceptos y de fenómenos, constituyendo cepción.
la demostración efectiva del realismo maquiavélico, Mucho me ha interesado la lectura de esa elo anti cristiano y anti liberal a la vez.
cuente página, destinada a controvertir ideas, es decir, Los que hemos abandonado, pues, la ideología a honrar mis opiniones con una refutación. Por fin democrática, tenemos razones muy poderosas, aun uno que prefiere la discusión a la diatriba personal, cuando apenas las he esbozado aquí, que en cuanto exactamente como yo lo practico, fomentando con el a la rebusca de aplausos, dicho cambio de posición ejemplo la cultura de la mente y del carácter. sólo nos atrajo impopularidad y malquerencia. Nada Nuestro amigo Glusberg suele decir con propie más intolerante que la ilusión, y las religiones son dad, que en América no sabemos ser adversarios. la mejor prueba de ello.
Cualquier discrepancia nos enemista personalmente. Ese desengaño racional es ya un benefício de la Yo añadiré que así lo envilecemos todo, rebajándolo espada. Queda establecido, así, que la Patria, la soal nivel de la miseria personal, que si es verdad ciedad, la vida misma, hasta la paz posible, son esmerece compasión, y si es calumnia, desprecio. tados de fuerza. La vida, manifiesta en aquellas forVale, pues, la pena contestar al Sr. Molina, aunque mas políticas y naturales, es, bajo su doble acción también haya incurrido en la debilidad de sospe de resistencia a los agentes destructores, y de capcharme adulación a Leguía e incitación al aplauso tación destructora a su vez, pues sólo subsiste despalaciego, como si fuera imposible hallar por ven truyendo seres para incorporarse su vitalidad. es, tura un solo demócrata capaz de creer en la probidad repito, lucha y conquista.
de los que no piensan como él. Pero, nadie ignora Así se ha restablecido el principio de combate, y que desde César hasta Luis Felipe, y desde Seneca con él, en la ineluctable necesidad de la guerra, la hasta Voltaire, la tolerancia fué siempre una virtud noción heroica de vivir. Querrámoslo o no, el homaristocrática.
bre es un animal de combate. Basta, para demosEmpezaré, pues, por comunicar al Sr. Molina, trárnoslo, la actitud de los actuales anti militaristas, que el público asistente a mi discurso, no aplaudió, anti capitalistas, anti patriotas: lo primero que hacen precisamente, la apología de la espada ni el juicio es empuñar la espada para imponer su sistema. Desde sobre la democracia legalista, lo cual mostraba su Jesús hasta Lenin es exactametne la misma cosa. El desacuerdo conmigo; y que el Sr. Leguía, además primero declara con la tan citada frase evangélica de tenerse por mandatario constitucional, es un go. Mateo, X, 34. No penséis que he venido para traer bernante democrático, a quien la clase pudiente la paz al mundo, sino la espada. cuyos privilegios ha atacado con dureza, reprocha el segundo sentencia en el nuevo evangelio de como una felonia «la predilección por el populachos. Moscú. el pacifismo es un prejuicio burgués. Tirano, o lo que sea, mis palabras no convenian a No soy yo quien primero le ha llamado culto del su actitud sincera o falaz.
miedo al pacifismo, sino Trotzky en sus proclamas Si el Sr. Molina conociera mi tradición de orador al ejército rojo. Al marxismo, que no a la reacción. hablo rara vez en público sabría que jamás per pertenece, como fórmulă redentora, la declaración de segui el aplauso. Profeso el culto de la minoría per la guerra social sin misericordia y sin limites.
fecta, es decir el individualismo absoluto; no hago lo que se procura así, es el bien del mundo politica ni pretendo conducir a nadie; carezco del por medio de la espada.
fanatismo religioso que cree en la ley de Dios, y La hora de la espada señala otra vez en la hisdel fanatismo ideológico que cree en la existencia toria un desenlace que será bueno para el mundo, de la verdad. Sé que en el estado actual del conoci porque iniciará un nuevo estado de equilibrio, promiento, es imposible descubrir ninguna ley natural o picio, como toda normalidad de igual carácter, al desdivina: vale decir ninguna adecuación irrefragable arrollo de la civilización.
mente necesaria de los fenómenos, a un dominio Ella necesita, ante todo, un orden: vale decir un ilimitado de frecuencias. Que, de consiguiente, la equilibrio jerárquico. Estado que no puede alcanzarse noción del porvenir se confunde con la del azar, ni mantenerse hasta hoy, sino por medio de la fuerza.
pues todas nuestras comprobaciones son resultados ¿Será posible organizarlo de otro modo? La actiestadísticos: y con ello, referencias al pasado. Con tud de los ideólogos avanzados, comporta una negativa.
sidero que la voluntad es la fatalidad con otro nom Pero, no son ellos solos quienes proceden u opibre, o mejor dicho el modo de manifestarse la nan contra el pacifismo.
fatalidad en el ser humano; y que la conducta o Ayer, no más, era Macdonald reforzando la flota dirección de la vida, no puede ser sino una imposi británica del mar y del aire; hoy mismo, al despeción arbitraria, desde que ignoramos el origen y la dirse de la política, el eminente Mr. Hughes, el asefinalidad de la vida misma, si tiene alguna.
sor a quien debe Chile su reciente triunfo jurídico La libertad, o sea la facultad de dirigirse cada sobre el Perú. sepamos huir, dice, de la belicosidad Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica