AnarchismDemocracy

226 Reper torio Americano mayo de 1925.
aqui de nosotros, que es un «aqui de todos. La nómico y en el orden moral. este libro, que los prueba más patente de que una democracia es in Sres. Baelen y Ricard han traducido al francés, podrá digna del gobierno propio se halla en esa indiferen convencer a los franceses de que la América que cia por los negocios importantes que manifiestan los se extiende desde California hasta la Patagonia, no más de los ciudadanos. Cuando los problemas de es una América latina, sino una América hispana.
educación se abandonan a los maestros y los. em España no sólo ha descubierto y conquistado el préstitos a los banqueros, y las obras públicas a los Continente, sino que lo ha realmente civilizado. Humingenieros, y la sanidad a los inédicos, está en deca boldt, autoridad indiscutible e indiscutida, escribe: dencia la república: duermen ya los hombres de Cuando estudiamos la historia de la conquista, adestado. miramos la actividad extraordinaria con que los esSyracuse University, pañoles del siglo xvi extendieron el cultivo de los vegetales europeos en las planicies de las cordilleras, desde un extremo al otro del Continente. Los eclesiásticos, y, sobre todo, los frailes misioneros, La labor hispanofila contribuyeron ac esos progresos rápidos de la industria. Las huertas de los conventos y de los curatos de Carlos Pereyra eran almácigas, de donde salían los vegetales útiles recientemente aclimatados. Los mismos conquistadores, a quienes no debemos considerar en masa Nu UESTRO distinguido colaborador Victor Pradera, como guerreros bárbaros, se dedicaban en su vejez representante en este país de las teorías de a la vida de los campos. Charles Maurras, ha publicado en B un intere pesar de las facilidades que encontraron los sante artículo, titulado La obra de España en Amé ingleses para colonizar a Norteamérica, este terririca, en que expone el resumen del libro de un hls. torio se encontraba todavía en un estado de verdapanófilo francés, Marius André, libro que se llama, dera barbarie cuando los paises colonizados por EsLa fin de Empire espagnol.
paña, y, sobre todo, aquellos que dependian de Lima Pues bien: existe un libro que se titula precisa y de Méjico, eran ya emporios de cultura. Los conmente como el articulo del señor Pradera; es decir, quistadores, tan calumniados, establecieron artes e La obra de España en América, que se publicó en industrias, como la de azúcar, que todavía son la Madrid hace cinco años, y que acaba de ser tradu base de la vida de naciones enteras; llevaron a las cido al francés. Resulta todavía más interesante que Indias morales de seda, animales de labranza, árbouno de los traductores del libro en referencia sea les, viñedos, trigo, arroz y molinos. Por mucho que el mismo Robert Ricard, que en el Ateneo de se haya leído y pensado en estos asuntos escribe San Sebastián dió la conferencia sobre Hernán un critico notable y compatrtota de Pereyra, el, ilusCortés, mencionada por el Sr. Pradera.
tre escritor mejicano Victoriano Salado AlvarezEl autor del artículo La obra de España en Amé pasma ver lo que España construyó en poco más rica no hace mención del libro que lleva el mismo de un siglo. Geógrafos, cosmógrafos, navegantes, título. Lo desconoce? Si fuese asi, seria caracterís mineros, exploradores, industriales, lingüistas, naturatico para la excesiva modestia del autor del libro. listas, metalúrgicos, civilizadores, en fin, fué el conque se llama Carlos Pereyra, y que desde hace tingente que aportó para traer a la vida la porción nueve años vive entre nosotros, en un destierro del nuevo mundo que algunos boquirrubios todavia voluntario, digno y laborioso. Carlos Pereyra vive se rehusan al llamar América española, y se empepara el hispanoamericanismo, mas no vive de él; no nan en apellidar latina con el donoso pretexto de lo ha explotado nunca para el lucro ni para hacerse que en el Brasil se habla portugués, como si no célebre. Lejos del mundo, ignorado del gran público, fuera una sola civilización; la peninsular, y como si y de muchas personas que tendrían la obligación de los portugueses no se reclamaran también españoles, conocer linea a linea todo lo que ha escrito, realiza ¡Cómo se explica entonces la decadencia ulterior una labor que asombra por su diversidad y por su de la América hispana? Por la enorme extensión del profundidad.
Imperio, por la imposibilidad de tener una Marina No conozco a ningún escritor que haya contri que custodiara y transportara los géneros; por el buido, como Carlos Pereyra a disipar la ódiosa le monopolio de Sevilla y de Cádiz; por la burocracia yenda negra con la que el jacobinismo trata de peninsular, y, finalmente, por las sangrientas guerras envolver a España, a hacer amar y estimar a Es de la independencia, que destruyeron las bases de la paña en la América hispana y en el extranjero. vida enonómica, lo que, por su parte, fomentó la Que no se crea, sin embargo, que la hispanofilia de anarquía, el caudillaje, los pronunciamientos inintePereyra sea lirica ni apriorística; es, por el contrario, rrumpidos. Todos estos errores han acabado en gran resultado de un largo trabajo de investigación; es parte, con lo que hablan fundado conquistadores, decir, que tiene por base la ciencia y la lógica, base frailes, estadistas, exploradores, agricultores y mineros.
más sólida y más sincera que el lirismo tropical. Sentimos que nos falte espacio para presentar, Escuchemos lo que él mismo dice en el prólogo de por lo menos someramente, los demás libros de La obra de España en América. Se afirma aqui Carlos Pereyra, que son como capítulos de la misma la admiración a España, pero es una admiración que obra histórica; de una labor asombrosamente vasta, ce del objetivismo, del estudio ecuánime de los que tiene el propósito de establecer la verdad más hechos, emprendido con espíritu desinteresado. La escricta sobre la acción de España en América, la. obra de España fué colosal. Lo fué militarmente. vida independiente de las antiguas colonias, y su Pero se muestra más grande aún en el orden eco actitud frente a la América anglosajona. Sin embargo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica