SocialismStrikeWorkers Movement

Repertorio Americano 25 Después de todo, Ebert continuaba entonces una hasta la más joven de las democracias europeas, actitud muy arraigada en el socialismo alemán. Otro como es Alemania. Me fundaba en el hecho de que de más jerarquía socialista que él, Bébel, se opuso una pluma hasta entonces innominada pudiera dirigir tenazmente en el Congreso de Basilea, un par de contra el jefe de Estado la más grave de las inculaños antes de la guerra, a un acuerdo de huelga ge paciones, cual es la de haber traicionado a la misma neral en caso de que estallara el conflicto que ya en nación que en la actualidad preside, sin que nadie aquel tiempo ensombrecía el horizonte. Los alemanes hubiera pedido su cabeza, sin que ni siquiera sufriese han sido siempre poco partidarios de la huelga poli prisión preventiva, sin que tampoco fuese recogido tica, máxime para prevenir o acabar una guerra. el periódico donde publicó su diatriba hasta dictada no parece que hayan variado, a juzgar por los inte la sentencia, y sin que el castigo impuesto un par resantes testimonios aducidos en proceso de Mag; de meses exceda del que corresponde a las faltas deburgo. Este es un factor psicológico que, por su más veniales.
permanencia, habrá que tener en cuenta al especular El comentario fué escrito sobre un lacónico telesobre lo que ocurriría en el caso de otra guerra. El grama, aparecido en la prensa española, que se limipatriotismo de Ebert ha salido incólume del proceso. taba a comunicar la sentencia. Con la prensa aleEl nacionalismo antidemocrático se ha estrellado mana a la vista, descubro ahora que si el condenado contra el nacionalismo socialista.
ha sido Rothardt, el verdadero delincuente ha sido El fenómeno, sin embargo, no es exclusivo de el propio Ebert. Así lo ha dicho en su discurso de Alemania. La huelga general con fines políticos ha resumen el Presidente del Tribunal que ha fallado ido perdiendo terreno en toda Europa, después de en la ruidosa causa. El caso es tan extraordinario, las tentativas de Rusia a raíz de la guera rusojapo jurídica y politicamente, como síntoma de la multinesa, frustradas entonces; pero que sin duda contri forme hostilidad que sufre la nueva República desde buyeron grandemente a la revolución posterior. Por todos los costados de la nación, incluso desde aquellos creerla ineficaz, por temor a destruir las organizacio que, como los Tribunales de Justicia, menos sospenes constituidas con tanto trabajo? El hecho es evi chosos debieran ser, que bien merece conocerse más dente, y asombra que ni en Rusia ni en Italia se en detalle.
haya esgrimido, en estos últimos años, esa vieja La tesis del Presidente del Tribunal, en su disarma, ciertamente, de dos filos, pero no por eso curso, es que se condenaba al periodista por mera formenos formidable, hasta como fuerza mítica, según malidad jurídica, por haber violado la forma de la ley; pensaba Sorel. La evolución de la táctica revolucio pero que su acusación estaba perfectamente fundada.
narla a la constitucional, incluso allí donde las bases Es decir, que en su dictamen, Ebert fué traidor a Aledel Estado están en crisis, marca una de las carac mania en 1918 por haber participado en una huelga de terísticas más singulares del movimiento obrero con municiones. Nada han influido en el criterio de este temporáneo. Pero tanpoco nos sorprendería que no juez singular los numerosos testimonios aducidos en todas partes fuese definitiva.
para probar que Ebert y otros socialistas moderados Volviendo al proceso de Rothardt, consuela el se incorporaron al Comité de huelga para abortarla espectáculo de que hasta en un país políticamente lo más pronto posible. Estos motivos pertenecen, en tan embrionario como Alemania sea lícita la crítica su opinión, a un orden moral, político e histórico, de todos los órganos del Estado, sin exceptuar los que en nada se relaciona, ni lo atenúa, con el hecho más altos, y bastan las leyes ordinarias para impo concreto de haber cometido el delito de tomar parte ner correctivos a cualquier exceso. Verdad es que en una huelga que iba contra la seguridad de la también en tiempos del último Kaiser la prensa go patria. En cambio, han pesado en su extraño enjuizaba de absoluta libertad previa, sin otro límite que ciamiento unas palabras que pretendió oir a Ebert las sanciones de los Tribunales competentes. Al fin en un mitin, otro periodista, aunque éste nunca las y al cabo, los poderes públicos alli comprendieron publicó ni se las dijo a nadie durante seis años hasta siempre, en el Imperio y en la República, que la ser llamado como testigo. Son las siguientes. Nuesmejor política es la libertad sujeta a responsabilida tras peticiones son justas. Mante firmes y con des comunes, en vez de obligarla a ejercitarse fuera calma. En otras ciudades vuestros compañeros os del alcance de los órganos nacionales encargados de secundan.
exigirlas jurídicamente. Rothardt pudo decir lo que La parcialidad de este juez salta a la vista, y quiso en su periódico contra Ebert; pero es él el contra sus extemporáneas consideraciones, más que que queda como calumniador, comprobadamente, sin contra su sentencia, han apelado el fiscal y Ebert.
que sufra el prestigio patriótico de Ebert ni el buen Entre tanto, la prensa nacional publica en letras nombre de Alemania, que, al contrario, lo ve enalte de a puño títulos como «Ebert der Verraeter. Ebert cido con su ejemplar régimen de opinión. el traidor) y otros semejantes, y a continuación el texto que puede calcularse. Probablemente nunca se ha combatido a un jefe de Estado con tanta procaLa indefensión de Ebert cidad, al punto de que algunos periódicos monárquicos, más discretos y prudentes, hallan excesiva DIAS IAS atrás comentaba en estas columnas la senten esa libertad de los Tribunales de Justicia, que pueden cia contra el periodista alemán Rothardt, por convertir un proceso por injuria y calumnia contra haber acusado de traición a la patria al Presidente el primer magistrado de la nación en un intempestivo Ebert, que tomó parte en 1918 en una huelga de y parcialisimo proceso contra ese magistrado mismo.
obreros de municiones, pero no para sostenerla, sino excesiva también, por lo tanto, lo que es su conpara frustrarla. Mi propósito era enaltecer el ampli secuencia: la libertad de una prensa que ataca al simo régimen de libertad de opinión de que goza jefe del Estado como si fuese un pillete del arroyo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica