REPERTORIO AMERICANO 15 operarían la metamorfosis; ni cuáles, nocimiento lírico de las profundas Pero no por eso dejará de tener finalmente, los medios de acción realidades de la vida social.
cierto interés el que jóvenes de vida aptos para iniciar la enorme tarea El leguleyismo, que se respira en limpia, sin pecado de ambición inreconstructora. Esto no arguyè nada nuestro ambiente con el polvo de la noble, sin complicidades en los descontra la posibilidad de que un grupo de calle, no conseguitá sacar a la ju aciertos que ha sufrido el pais, jóvenes sustente las más hermosas ventud del atascadero de la retórica quiera preocuparse por agitar una y mejor sentidas aspiraciones de ac política. el derecho mismo, cuando bandera de entusiasmos. siquiera para ción renovadora. Pero si pretende sé estratifica en los moldes de la solaz de los politiqueros.
afirmar que la labor de la juventud rutina burocrática, no consigue poner se vuelve prontamente ineficaz y el espírttu de la juventud en fecundo EL PASAJERO hasta amenaza tornarse regresiva si contacto con las fuentes superiores sólo apoya su desarrollo en un co del pensamiento redentor.
Alajuela y setiembre.
Plaza en noche de fiesta En la plaza de barrio que en esta noche buena luce un candor risueño de fiesta popular, melancólicamente mi espiritu se llena de nostalgia per cosas que quisiera olvidar, ya que no pueden nunca volver de la distancia a que las puso el tiempo cuando me las quitó.
Plaza en noche de fiesta: recuerdo de mi infancia.
Triste es que de recuerdos empiece a vivir yo. Tumulto y vocerio llenan la plaza de una alegría que cunde, pero que no entra en mi: de mano de mi padre, tuve yo la fortuna, hace ya muchos años, también de estar aquí; y en medio del tumulto veo pasar su sombra.
y el vocerio se hace silencio sepulcral, en que una voz tan sólo, después de que me nombra, me pregunta: Hijo mío. te estás sintiendo mal?
Vuestra mentira es dulce. Cómo también lo fuera toda esta farsa inútil que nunca tiene fin. la chiquilleria pasa cantando en coro. me parece entonces que triste mi canción. hasta mejor que todas las trompetas de oro suenan las infantiles cornetas de latón.
Con la filosofía de mi nostalgia llego, paso a paso, hasta donde vueltas da un carrousel, al són de un organillo. Mirándolo me ciego, como si me sintiese dando vueltas en él; y es porque en mi cabeza siempre loca de alturas, a un són de lira, como vértigo musical, el zodiaco hace que sus doce figuras giren dentro de un lindo carrousel de cristal.
Súbito, hasta las nubes serpiente de luz vuela silbando, poseída de lubrico estertor; y sin dejar que acabe de borrarse su estela, rompe en un brusco estrépito. y deshoja una flor.
Pincel mágico traza, sobre la obscura tela de la noche, bocetos de fugaz resplandor.
Ya la fiesta concluye. Pienso que cada abuela dice al nieto. En mi barrio, la fiesta era mejor.
El castillo de cañas se enloquece de luces.
La tela de la noche tiembla bajo un pincel.
Hay estrellas que giran, rayos que se hacen cruces, orquideas de brocado, pájaros de oropel. cuando la corona del castillo en el viento zumba y hasta las nubes emprende su ascensión.
la sombra de mi padre torna a cruzar. y siento que hasta las nubes quiere saltarme el corazón!
José SANTOS CHOCANO cuando le respondo: Ya estoy bien, padre mío: no turbes por mis cosas la paz de tu ataúd. la respuesta se ahoga dentro del vocerío con que por sobre mi alma pasa la multitud. arrastrado recorro la plaza, en donde en filas frágiles mesas, fingen casillas de ajedrez: ventas son de juguetes, que hacen en mis pupilas florecer el remoto jardín de la niñez.
Los juguetes pintados con tan vivos colores (ioh explosión de amarillo, de azul y de carmín. ae ofrecen a mis ojos como si fuesen flores que Dios me envía desde su celeste jardin. Oh soldados de plomo, caballos de madera, señoritas de loza rellenas de aserrin!
Vigilia su voz rosada en nuestros ojos muere, con los venenos del dolor.
Negros venenos de la mala vida. Te estás muriendo, Juventud!
Herida en carne tierna; caída silenciosa.
Cuando no es tiempo todavía. y antes del vuelo de alegría, te estás muriendo Juventud!
Oh Juventud,, oh Juventud: túnicas rotas de impotencias; coronas. flor y espinas de demencias)
y por oscuras sendas de inquietud. Cuánto nos dueles, Juventud!
Negros venenos de la mala vida. Te estás muriendo, Juventud!
Herida en carne tierna; caida silenciosa.
Cuando no es tiempo todavia, y antes del vuelo de alegria. te estás muriendo Juventud!
Viene en la noche desde el alma la voz augusta, adolorida, la amarga voz querida, del muerto Carlos Baudelaire. BAZÁN Cuando lleguemos al descanso, fya no tendremos paz ni amor: la noche sopla viento helado; pasan jaurías de la muerte y huyen despavoridamente nuestros consuelos de vivir.
Lima, 1925. Ay! los albatros prisioneros; niveas aves marinas, en las cubiertas de los barcos rompen sus alas divinas.
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manario. cuando llega el alba clara: Madre de Luz, Madre de Luz. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica