Carmen Lyra

252 REPERTORIO AMERICANO.
Vuelve el granizo a helar el aire.
y su púrpura se marchita, se deshace su fragancia.
Mal lugar ha escogido para clavar su planta; si pudiera, moveríase hasta la margen del estanque florecido. Para limpiar mi alma, miro perezosamente el Espejo de Piedra, aunque el sendero que el Principe Shei recorrió, se oculta. bajo el verdoso musgo.
He tragado la sagrada pildora 10 para olvidar deseos mundanos.
Tañendo tres veces el harpa he alcanzado la Senda.
Veo los genios en las irisáceas nubes lejanas, que marchan hacia la ciudad celeste, con lotos en las manos.
Encontraré el Ilimitado arriba del noveno cielo. entonces, con Lu ao, espero entrar en el Gran Vacío. Dirigido humoristicamente a Ti fu Ah. Eres tú sobre la cima de la montaña Fan ko, usando un enorme sombrero, bajo el sol del mediodía?
Qué delgado, qué terriblemente delgado, te has puesto. debes estar sufriendo «de poesía. otra vez.
NOTAS Este es uno de los poemas más admirados y más difíciles de Li po.
Envuelve, en el fondo, una alusión a ciertos acontecimientos políticos.
Algunos comentadores afirman que fué escrito cuando el Emperador Hsuan Tsung huyo de Ssuchuan y el poeta le a entender el doble peligro que corre, al dejar la capital, entre las nianos de los rebeldes (los tigres y las serpientes del poema) y al confiarse a los habitantes de Schuh, que podrían convertirse en lobos y leopardos. Lo de los hombres fuertes que han muerto se refiere a la siguiente historia: Un Principe de Shensi, conocedor del cariño que el Rey de Schu tenía por sus cinco hijas, se las mando como esposas. Hizolas custodiar por cinco hombres fuertes, que de regreso, se encontraron con una gran serpiente. No pudiendo sacarla de su escondrijo uno de ellos, llamó a los otros en su auxilio, pero, al hacerlo la montaila se vino abajo dividiéndose en cinco colinas. Los cinco hombres fuertes y las princesas con su séquito perecieron alli. Li fon es la heroina de un romance popular que ya era antiguo en la época de Li po y en la cual se inspira esta poesía. Hsi shish (siglo ant. de es una de las más famosas bellezas cortesanas de China. Sus caprichos costaron la vida y el trono al Emperador de Wu. Las lavanderas hacen un ruido metálico con los instrumentos de su oficio y por eso han dado tema a muchas poeslas chinas. La escena aqui es patética, pues se escucha el ruido que sale de las diez mil casas, mientras los hombres pelean en el campo de batalla. La Puerta de las Joyas está situada al oeste de la Provincia de Kansú. Lin tao es una ciudad situada en la frontera de Tu fan y cuyas tribus guerreras azotaron la China durante varios siglos. Según las creencias populares chinas, hay un conejo en la luna que prepara el elixir de vida. Este es un poema alegórico, tenido en mucha estimación por los eruditos chinos; refiérese al loto, cuya descripción se presta a tantas consideraciones morales, que el Libro de las Odas, compilado por Confucio, contiene muchos poemas a él alusivos. Tu fu, al revés de Li po, era un artista demasiado escrupuloso que se cuidaba hasta de los menores detalles de su verso. Luh Shan es una montaña situada cerca de Kiangsi. Cuando Confucio visitó la tierra de Chu, un loco pasó cerca de él, riéndose y cantando. Oh, ave fenix; oh, ave fenix. etc. El sabio intento, en vano, conversar con él.
10 Lo de las pridoras sagradas se refiere a ciertas prácticas religiosas.
11 Estos últimos versos describen las visiones y místicas aspiraciones de Li po.
El canto de Luh Shan En realidad, yo soy el loco de Chu, que canta al ave Fenix y se ríe del sabio Confucio.
Dejo, a la alborada, la Casa de la Cigüeña Amarilla y salgo con un báculo de verde jade en la mano, para ir en busca de los genios, en las Cinco Montañas.
Toda mi vida he deseado visitar las célebres montañas.
El Luh Shan se yergue cerca de la constelación de la Osa Mayor, como un biombo de nueve hojas, recamado de nubes.
El lago cristalino refleja su esmeralda luciente.
Las dos cimas se elevan hasta donde se abre la Puerta de Oro y, haciendo contraste con la catarata lejana de los Montes Censer, la cascada de San shi liang cae como un Rio de Plata del Cielo; las rocosas cordilleras al cruzar el celestre azul y, ataviadas de nieblas rojizas y de verdes ramajes, brillan con el sol de la montaña.
Los påjaros no pueden rémontarse a los remotos cielos de Wu.
Asciendo y contemplo el firmamento y la tierra.
Mirad! Las aguas del gran Kiang corren para jamás volver.
Alla. empujando las nubes, por millas y millas, el viento se levanta y, a través de las nueve provincias, blancos oleajes ruedan como montañas de nieve.
Me gusta entonar la canción de Luh Shan.
Luh Shan es mi gozo e inspiración. San José de Costa Rica, 27 de Julio de 1925.
Dos poemas, de Clara Diana la dulce CARMEN LYRA, muy afectuosamente Campestre inquietud de esta mañana campesina!
El camino huinedecido y las ramas temblorosas, brillantes bajo el sol. Oh la inquietud de mis pies por calzar las mismas sandalias con alas de esta alegre mañana! el anhelo de mi cuerpo por tornarse bejuco, que floreciera en una maravilla de sutiles campánulas, Locura primaveral brota eo mi espíritu, cuando estas serpentinas del viento agitan mi cabeza. Sufro ahora una gran sed de espacio, un deseo de irme con el viento. Me tortura el ansia de alargarme hecha guirnalda que fuese prendiendo florecitas de color por las orillas del camino. Oh mañana perfumada de esencias rura1 eché al aire las flores e hice lo mismo, con las uvas. Quizá algunas flores ya habrán muerto; otras estarán exhalando sus esencias. Unas uvas habrán sido nocivas para algunos; y otras fueron deleite en unas bocas. Yo di mi cosecha. acaso me interesa saber el efecto que produjo en las diversas manos? Ya están floreciendo mis, rosales y mis viñedos están madurando. Cuando re.
coja la cosecha, daré nuevamente uvas y rosas y habrá quien las reciba. Uvas y rosas seguiré tirando al aire. Esa es mi mision: dar uvas y rosas.
CLARA DIANA Costa Rica, 1925 les, bañada de luz diáfana. si parece que en el aire flotan despeinadas las sedosas trenzas de Mireya, la dulce novia de Vicente.
Lo que daba el idiota Aquel hombre, bajo la luz del sol, tiraba a la tarde uvas y flores. Las gentes que pasaban, asombradas primero y ansiosas luego, se acercaron a recoger lo que aquel idiota. según ellos, estaba tirando.
En algunas manos murieron muy pronto las flores maltratadas. En otras, iban terblorosas aromando el ambiente. Las uvas hicieron daño en unas bocas; en otras, fueron un manjar exquisito y bondadoso.
Hacia el anochecer, sentado el hombre en una piedra. pensaba. Floreció mi jardin y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica