Optimismo verdad parece con Para el es salvador Palostra época quiere un el individuo o trascendental baño de juventud: para iniciat un nuevo avatar, cada vuelva más que esta misma vida del mundo se mo es digno de aplauso pero sólo después de que abren delante del escéptico: el camino del bandolero poder Repertorio Americano 215 dad y se entretienen contando los casos que todavia no han sido afectados por el mal avasallador insolente. Mucho más optimismo verdadero hay en el (De El Universal, México. idealista, siempre inconforme y a la vez resuelto a no tolerar la iniquidad y empeñado en combatirla, IN humanidad gusta de ser engañada. No tolera pues tal empeño revela la certidumbre de que es mos a los que están hablándonos constantemente posible implantar el bien. En el fondo, los verdade errores y calamidades. En cambio escuchamos deros pesimistas son esos de la sonrisa amable y con agrado a todo el que promete aun cuando sea el disimulo prudente. Realmente optimistas son los un disparate lo prometido. Lo mismo es para el caso que se atreven a echar abajo todo un castillo de la novia ingenua que el publico lector. Queremos mentiras, a causa de que tienen confianza en que que se nos diga que todo va bien aun cuando este es posible levantar castillos de verdad.
mos desesperados. Todo menos la Pesimismo de la realidad, optimismo del ideal; he ser nuestro voto secreto. El hombre teme a enfren aqui una fórmula que podría ser fecunda. No contarse con la realidad, tiembla ante el vacío del por formarnos nunca, pero estar siempre más allá y suvenir sólo se consuela el ensueño, por eso se aferra a la ilusión y aplaude al poeta que finge para destruirla, pero no por ausencia de fe, sino por mundos irreales, aunque llega también el instante sobra de fe en las capacidades humanas y por conen que nos preguntamos si no es también un fracaso vicción firme de que nunca es permanente ni justiel ensueño. Pero tales instantes de extrema duda, ficable el mal de que siempre es posible y factible no son comunmente sino sintomas de fatiga o con redimir, purificar, mejorar el estado colectivo y la tende, el que se ve perturbado, a arrastrar a su Existe una solución muy fácil, propia del optinada al espíritu.
mismo trascendental: negar esta vida, condenarla: espiritu hay una certidumbre optimista totalmente y poner la fe en la otra. Pero nuestra que no es concebible negar el poder del espiritu, época se distingue de las anteriores en que no se conforma con ese prueba temporal del sueño y la prueba tremenda de muerte. Llega a ser un consuelo quedarse dor sociedad.
pero insuficiente para la optimismo más inmido o entregarse a la muerte para encontrar un día, en la fresca mañana o al día siguiente de la más moral y más grata. Quiere que no haya ni hipocresías. Antes engañaba el fraile, este punto mi casi no tiene dudas. que enriquecian a una casta. Hoy engaña el político, Pero hay otra clase de optimismo con el que no ofreciendo repartos a costa del rico, pero sólo con es posible transigir. Si se llama optimismo, disimular el objeto de suplantar ab rico en el acaparamiento el error en vez de proclamarlo, si es optimismo de los bienes ajenos. Esta edad no debe tolerar ninechar en olvido el crimen, en vez de procurar su guna de las dos farsas. Denunciar esas farsas, no es castigo, entonces no sólo no deberemos ser optimis pesimismo, es optimismo, porque revela fe en que tas, sino que deberemos tachar de cobardes a los nuestro pueblo sabrá sacudir esos yugos. Si no cre.
que ast se dicen optimistas. Sonreír delante de la yésemos en las capacidades del alma colectiva, no injusticia equivale a aducir complicidad. El optimis estaríamos discutiendo, criticando, pensando en voz de que alta; seguiríamos uno de los dos caminos que se la critica ha saneado el ambiente se ha denunciado y y se ha vencido el mal. En los o el camino del solitario. caballero feudal o instantes del combate hay que tener presente todo de la Tebaida; es decir, renuncia absoluta o acaparamiento de lo ajeno junto con todos los picaros.
tales instantes vale más merecer tacha de pesimismo Pero que caer en complacencia degradante. Culpa será nuestra edad no es eso. Nuestra edad es de ya eso lucha y se empeña, y si a veces parece pesiguemos lealmente, resulta una sentencia de general mista es porque exige que lo actual se reforme y condenación. No hay que decir entonces que nos mejore. Censuramos hoy lo que hace dos o tres otros somos pesimistas sino época es vil.
ratos quisiéramos dejarnos seducir, es tan agra: siglos se vela como muy natural.
dable eso de pasar por la vida repartiendo sonrisas Que el hipócrita se enriquezca, que el rico oprima, todo eso, natural antes, ya no es tolerable hoy.
lo mismo al honrado que al pícaro. más obsequio y no lo es porque hoy se sabe que los pueblos el pícaro, si por virtud de la regia, obtiene pueden ser gobernados y gobernados bien por los que es difícil no ceder al contagio. Que, hombres honrados y sólo por los hombres honrados.
no hay nada bueno? preguntan algunos; algo bueno Así pues, toda esta agitación contemporánea que a debe haber de qué hablar y ¿para que entonces estar muchos espíritus timidos parece un signo de decano más señalando defectos? Si bien se examina a dencia de escepticismo, en realidad constituye una estas gentes, resultan ellas más verdaderamente pe fuerte prenda de optimismo y de fe: porque no nos simistas que el que pasa la vida denunciando ini moveríamos con la pasión de la censura si no supiéquidades; por lo menos, a tales sujetos, no se les semos que el bien puede ser de este mundo. Ya no puede calificar de optimistas sino, cuando más, de nos vamos a la Tebaïda; preferimos quedarnos a dar mediocres conformistas. Cierran los ojos a la iniqui guerra en el mundo.
la optimismo, monje que la sas Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica