32 Repertorio Americano El pañuelo NO caso que el Arbitro decida que 110 cs necesario el plebiscito, sentido intimo de todas las sensaciones, no tuvo más mensaambas partes, a solicitud de cualquiera de ellas, discutirán je de cariño para cllos, ni más despedida elocuente que esos la situación resultante de tal laudo. y. mientras está pendiente pañuelos, que al ser hoy desplegados al viento y puestos a el arreglo acerca de la disposición del territorio. la organiza la luz, nos dirán más por los huecos que en ellos hicieron las ción administrativa de las provincias no será cambiada. balas, y con sus manchas de sangre, que todos los mensajes Chile habria insistido en «discutir la situación» y la tarea escritos, y todas las flores mustias, que al fin y al cabo, ja.
de chilenización habría continuado a pasos acelerados y habría más están como los pañuelos, tan impregnados de nuestro sér.
sido perdida toda esperanza de resolver el conflicto sin de Cuando los amigos de Eamon de Valera prestaron ante el rramamiento de sangre.
solemne juramento de no deponer los armas, uno de ellos que sabia. de sobra que su esfuerzo resultaría tan estéril como (Envio de el de Don Quijote, le dijo al gran irlandés: Nadie ha visto tan claramente la cuestión del laudo, ni Si por una desgracia inesperada, usted llegara a decretan cuerdamente pensado qué es Jo mejor sobre el tar la sujeción al Gobierno. cómo haríamos para saber que griterio de resquemores inevitables. Nadie tampoco le ha esa noticia fatal era auténtica?
dicho a Chile con mayor entereza que Shea en Estados de Valera, sacando del bolsillo de pecho un hermoso, Unidos, todos los manejos atravesados de la aviesa politica pañuelo de seda que ostentaba las armas de la República, chilena. Nota de Alberto Guillén, Av. Arica. 328. Lima.
bordadas por manos purísimas, le respondió. Yo os enviaria este pañuelo roto en mil pedazos, para no escribir con mis manos esa orden fatal. Eamon de Valera acaba de enviarles a sus compañeros el mensaje dolorido en un pañuelo hecho añicos, que les ha debido decir todo su dolor y todo su despecho, ante el inmenso INGÚN objeto de nuestro uso diario, tiene más atracción y aislamiento en que le dejó el mundo, y ante la dolorosa readesempeña un papel más interesante, que el pañuelo. lidad de que ya no hay idealistas en el.
Cuando le llevamos en la mano, los ojos de nuestros veci Al romper su pañuelo, para decirles a los republicanos que nos están siempre asechándonos para ver que vamos a hacer todo esfuerzo era ya inútil, y que había que pensar en la con él, y en el instante de abandortar un puerto. nadie se suerte de Irlanda primero que todo, de Valera debió sentir lo fija en las personas que se congregan en la playa para deque se siente, cuando en ciertos casos inolvidables en la vida, cirnos adiós, sino en los pañuelos que se agitan er sus manos, el médico pone al padre a decidir entre la muerte del primohablándonos un lenguaje que todos comprendemos, y que nos génito largamente esperado, y la vida de la madre que ha de llega hasta lo intimo del alma.
salvarse si éste sucumbe.
El pañuelo que usamos en el bolsillo del pecho, es talvez cuando Cristo Nuestro Señor ascendía con la cruz a el reflejo más elocuente de nuestro modo de ser. Si le llevacuestas hacia el Monte Calvario, inundado el rostro de sangre mos timidamente oculto; revela desconfianza en nosotros mis y lleno de lodo. no fue el pañuelo de la Verónica el único mos; si salido en demasia, petulancia y falta de aplomo; si en digno de recibir para toda la eternidad la imagen verdadera forma de picos, a semejanza de una cordillera andina, fatuidad de su santísimo rostro?
y deseo de llamar la atención.
El pañuelo es el confidente de nuestras alegrías, y el depo.
Un pañuelo arrebatado de unas manos que nos sean que.
sitario de nuestras penas, transformadas en llanto. Cuando el ridas, es talvez el mejor y más elocuente de los recuerdos. hombre se hace más digno de la admiración de los dioses, Como que el ser que lo lleva, deja en él algo de su persodecían los griegos, es cuando brotan de sus ojos las lágrimas, nalidad y de su vida. y es el pannelo el llamado a recibirlas, y es sobre sus plieCuando en la ausencia lo contemplamos, en el acto reconsgues ligeros donde se vierten en silenciog para, no dejarlas truimos todo el pasado y creemos tener muy cerca de nosotros profanar por nadie.
a la persona que lo poseía.
Muchos panuelos se convierten, a fuerza de ser necesarios para evocar un recuerdo, en el complemento de una persona En mi vida, hay dos pañuelos que pudieran ser como dos lidad.
faces dichosas y doloridas de ella. El primero vino a mis Sin el pañuelo Pompadour, o rabo. de gallo, no podríamos manos en un día inolvidable, y fue mi compañero y mi conreconstruir la figura tranquila y elocuente de don Miguel suelo en los días de cautiverio en la cárcel de Cartagena de Antonio Caro, en los dias inolvidables del Parlamento, a raíz Indias.
de la guerra pasada.
Cuanto este pañuelo me dijo, solamente lo puede saber Sin los pañuelos trágicos, la figura de Bolo Pachá hubiera quien se haya sentido en ese doloroso aislamiento que le hace sido tan borrosa y desdiciente, como la de los Ministros creer al hombre en un más allá donde no hay odios ni rencores.
griegos.
Habíamos caído prisioneros, y se nos conducía a Cartagena Pero Bolo Pachá, vestido de rigurosa etiqueta para sen en un buque especial.
tarse en un banquillo, y recomendando al oficial encargado de Cuando atracamos en Magangue, una infinidad de gentes la ejecución que le entregase a su hermano el Obispo, y a se agolpó a mirarnos. Entre ellas ví una mujer vestida de su esposa, el mudo mensaje de sus finos pañuelos tenidos negro, y en plena belleza, que me saludó cariñosamente con con la sangre que habla de brotar de su pecho al golpe de su pañuelo. Un momento después nos reconocíamos como amilas balas, es algo que le hace a uno reconciliarse con ese gos de mejores días, y nos deciamos todos nuestros pesares farsante que pasó en Colombia por ser un privilegiado, por. por la ausencia, a la vez que interrrogábamos al Destino acerca que traía para nuestro Gobierno cartas autógrafas del Papa. de las vicisitudes que nos esperaban. Por qué no se le ocurrió en el momento supremo, escri Mi amiga no pudo articular una sola frase al ver lo dolobir unas líneas de protesta, o hacer otra, manifestación de rida de mi situación, y las lágrimas se encargaron de traducariño a los seres que le preocupaban en la vida?
cirme la pena que ella experimentaba.
Bolo Pachá, que había trajinado tantas cosas y sabia el Al pitar el buque para seguir su marcha hacia Calamar. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Riga