232 Reper torio Americano VÉSPERO. Oh feliz inocencia de la tarde tranquila!
Todo: el valle y el río y la granja y la esquila cabe en ti, como en una cariñosa pupila.
El collado con lumbres místicas se arrebola.
El mástil de una torre su farol enarbola.
Surge la catedral iluminada y sola.
Una nube redonda pasa, como un navio. después de haberle dado su lluvia al caserío.
El horizonte es rojo. Lejos murmura el río.
Tarde, tú me pareces como una buena hermana que nos viese llegar de una tierra lejana a través del cristal de la antigua ventana.
Es la oración. todo se postra de rodillas, y el alma, entre un ambiente de pomas y gavillas, oye la flauta de las églogas sencillas.
que estaba en las rodillas del ciego dios para premiar iquién sabe si tu primer mirada de candor sobre el mundo, o el amparo que en tu seno le diste a la belleza!
Olvída faena trivial, penetra en el instante sumo y alcanzarás que es éste el círculo mas claro de tu vida.
Talvez no tengas una mujer que te ame ahora; más, qué importa?
Ya verás que el recuerdo de los amores viejos guarda tanta dulzura que basta a compensar todo el encanto de unos os profundos que te miren hoy, como nunca te miraron otros.
Abismate en la hora!
La torre giratoria de los años, edificada en sombra, ante tus ojos ha puesto ya la única ventana por donde puedes ver todo el paisaje.
Robate el horizonte!
Embriagate en la luz, mientras que llega, la noche en que pondrás tu vieja lámpara a las humildes plantas de la muerte.
Nada hay que para el pasmo vesperal no se apronte.
Ya la estrella, encendida sobre el ara de un monte, congrega en torno toda la paz del horizonte. yo miro hacia el valle que es fragante y risueño como el verde refugio de un oásis pequeño donde crece una palma de vaivén y de ensueño.
Las Ediciones Colombia Yo quisiera ir al valle. Mas se anuncia el rumor de la noche, y en todos los hogares joh amor!
se enciende la pantalla roja del comedor.
Como un lobo del campo pasa por fuera el viento. y entra la cabalgata real al aposento a través de la puerta luminosa de un cuento.
Yo cierro la ventana. Mas dice el alma enferma: Tarde, islote de oro sobre la tierra yerma; bajel de gloria, llévame cuando todo se duerma.
Llévame bajo el vuelo del angel que socorre el sueño de los niños y del angel que corre a despertar al alma de bronce de la torre.
Llévame. Que tu esquife sonámbulo me halle listo, a zarpar, mas antes de que la flauta calle detrás de la colina que duerme sobre el valle. NO ESPERES, ALMA MIA No esperes, alma mía, no esperes nada del futuro. Acaso sólo te aguarde el cabezal de piedra en el jardín musgoso del silencio.
Acaso en el oculto trecho que quieres cultivar de flores para vivir en soledad amena proyecte ahora la callada esfinge su triángulo de sombra.
No esperes, alma mía, nada del sol que alumbrará mañana como un enviado joien, con su antorcha, tu mística caverna.
Tal vez estás viviendo la hora más bella de tu vida. Acaso este minuto que se filtra, leve, como un grano de arena por tu mano es la parte preciosa de ventura SINTE NTES de ocho días verá la luz pública el primer volumen de las Ediciones Colombia, con las cuales se dará un impulso decisivo en bien de la literatura nacional, haciendo del libro un artículo que pueda llegar a manes de pobres y de ricos, y sirva de vehículo a las obras que de veras merecen los honores de la publicación.
La empresa, tal como ha sido concebida, es de amplias perspectivas. Por lo pronto, se publicará un volumen al mes, de unas doscientas páginas, para venderse al precio de cincuenta centavos el ejemplar. Al rededor de esta biblioteca se irán desarroilando otras empresas de carácter semejante, que comprendan todas las actividades del pensamiento colombiano, y, en general, de toda la América.
La biblioteca con la cual inicia sus labores Ediciones Colombia es de carácter literario. En ella se presentarán obras que hasta la fecha han permanecido inéditas, a pesar de ser valiosísimas en la producción intelectual de Colombia, como los poemas de don Fidel Cano, que constituyen uno de los volúmenes en preparación. Como un homenaje a Hispano América, el primer tomo de la biblioteca estará consagrado a las eminentes poetisas Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini y Alfonsina Storni, que representan la más alta cumbre en la literatura femenina de nuestro Continente: se, ha hecho de la obra de tan ilustres escritoras una selección que da suficiente idea acerca de su labor poética.
En próximas entregas se irán ofreciendo al público, además del libro de don Fidel Cano que hemos mencionado, los de Efe Gómez, Tomás Carrasquilla, Joaquin Quijano Mantilla, Gregorio Castañeda y Aragón, las caricaturas de Ricardo Rendón, versos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica