Violence

174 Reper torio Americano Pastorelas Es el disanto alegre de San Isidro. Aldeanas cándidas y sencillas forman alrededor de la caduca abuela que con voces arcanas salmodia sus consejas de otro mundo mejor.
Vibran sones de flautas en las lindes lejanas; su rebaño atrasado acucia algún pastor con voces resonantes y cerca a las solanas un raposo al acecho ronda hocico avizor.
Las mozas suspirantes se apretujan de miedo, y al proseguir los cuentos se va estrechando el ruedo; un susurro meléfico finge el viento burlón.
La vieja sabedora ríe de su quimera, y en el claro de luna tiembla y pasa ligera la sombra ultraterrestre de una blanca visión. cabrá nunca en la fracción o partido a que se acoja. Creer que el programa de cualquier agrupación política es capaz de limitar y definir a un «productors de pensamiento, es imaginar un viceversa. Cuanto más fuerte sea su personalidad más rebosará del programa. Por eso la originalidad le está permitida al pensador, y al partido político le está vedada. Lo cual, por ser cierto y por haber sido probado muchas veces, tiene gran número de consecuencias.
Hemos hablado de la injusticia que se cometería con Ganivet si le excluyéramos de nuestro siglo xx. Por qué? Porque Ganivet fué el primer escritor que teniendo temperamento dramático, pasional, eligió cierto personaje, cierto protagonista para su tragedia. Ese personaje está en escena todavía, y es España.
No parece único el caso. En naciones nuevas o consumidas por una crisis lenta, honda, hemos visto encarnarse la patria en las mejores creaciones de sus escritores. No hay un solo autor ruso desde los grandes, como Tolstoi y Dostoiewski hasta los discretos como Turguenef y Andreief. que no deje asomar entre la muchedumbre de sus criaturas el personaje que les atormenta: Rusia. Pueblos de destino menos tormentoso han tenido asimismo su largo período de autocrítica. Cuántos años pasó Bélgica dándole vueltas al alma belga?
Todos los nacionalismos han comenzado así, y todas las grandes caidas han sugerido iguales sentimientos, igual preocupación en el análisis de cualidades y defectos. Lo que en un lado es ímpetu, deseo de acción, en otro es remordimiento, propósito de enmienda. En eso nos diferenciamos todavía del indio, que se entrega. y sueña, contentándose con liberar el alma, para otras vidas. Todas las cartas y las obras de Ganivet muestran una hora, un gesto, un rasgo de carácter de España, como ensayista, como novelista y aun como poeta no le olviden los compañeros del Club. fué España su pasión exclusiva y frenética. Puede imaginar nadie en la Inglaterra o en la Francia contemporánea un escritor de ecerebro sano que viva sometido a semejante obsesión? La hipótesis de que un autor de ese tipo arrastrara núcleo de lectores es completamente inadmisible. por serlo, muchos espíritus alejados en su vida intelectual de la tierra en que viven ciudadanos del amplio mundo. dijeron adiós hace ya tiempo a las sombrías alucinaciones de Pio Cid. Solo cuando la realidad les trae a mandamiento piensan que el personaje del drama no ha adelantado un paso. Pero les cuesta violencia reconocerlo. En el fondo sienten cierta confusión y temor del ridículo, como un hombre ya en edad madura, atacado de sarampión. Volver a la infancia, y volver para sufrir dolencias olvidadas en todo pueblo culto, es depresivo y humillante: Pero así es. Así vivimos. El personaje trágico está con nosotros. Acompañará hoy los restos de Ganivet, como un fantasma, y será inútil aparentar que no le vemos.
Luis BELLO Santas y buenas tardes dice la moza albina. Muy buenas y muy santas nos las dé siempre Diosel ventero responde con su voz cantarina que tiene un timbre alegre de campana menor.
El vapor sonrosado de la luz ponentina dora los arbolados con primitiva unción; es la hora del aprisco y el rebaño se hacina a la puerta vetunta del rústico mesón. la paz de Dios vivan salmodia un ciego aldeano, y las voces coreadas balbucen: Buen hermano, que Éi os haga compaña. Torna el mendigo a andar.
Suena la esquila; un asno pace muy gravemente el ronzal arrastrando y en su mirar doliente tiembla el ámbar dorado de la puesta solar.
EDMUNDO VELÁZQUEZ San José, Costa Rica.
Doctor CONSTANTINO HERDOCIA De la Facultad de Medicina de Paris MEDICO CIRUJANO Enfermedades de los ojos, oídos, nariz y garganta.
Horas de oficina: 10 a 11. 30 a. y de a 5, Contiguo al Teatro Variedades.
Teléfono número 1443 (El Sol, Madrid 28 de marzo, 1925. LA COLOMBIANA Sastrería Francisco Gómez SA La mejor en su clase. Ultimos estilos Trabajos modernos Calle del Tranvía. Frente a la tienda Kepfer. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica