322 Repertorio Americano Pompeyo, Bolívar pensaba en el Congreso de Bogotá, en su nombres Colombia y Bolivia, hallando más suaves y armónicas amigo Santander y en los periódicos de Buenos Aires, entre las silabas del último.
ellos el famoso Argos, que siempre lo miro con malos ojos. En su retiro de Arequipa recibió de manos del Coronel El Consejo de Ministros, citado por Santander, había ad Plaza, su emisario, el decreto del Congreso de las Provincias vertido al impetuoso libertador que siendo dudoso a quien Unidas, en donde aparecia claramente que Buenos Aires re. pertenecia el territorio del Alto Perú y terminante la ley co nunciaba a mantener sus derechos, heredados, de España, 80lombiana, no debería traspasar las fronteras del Perú.
bre el Alto Perú. El decreto era de 1822. Bolívar se resistía. En su carácter de Arbitro Supremo, situación que de de a creer en el generoso desprendimiento de los porteños. Mas, recho le correspondía, no le estaba permitido cortar el nudo el hecho era evidente. La futura gran Nación Argentina progordiano. Mientras tanto, a la sombra de las higueras de Are cedió desde entonces de acuerdo con una norma de politica quipa, guardaba el héroe ante los emisarios de la futura Boli internacional, la menos imperialista y la más amplia, que había via, aparente o sincera hostilidad. Deseaba que las provin de darle puesto señalado en el mundo y atraerle el respeto cias alto peruanas se adhiriesen al Perú, como éste lo pretendió de todos los pueblos.
hasta el dia de Ingavi. Temia ofender a Buenos Aires, provocando, tal vez, una guerra entre pueblos emancipados por Recuerdo panorámico comunes esfuerzos. Pensaba, acaso, en algo más grande, en derribar del trono a su solapado enemigo, don Pedro II, Una circunstancia feliz para mí, la de haber residido duBorbón legítimo, joven y atrevido, según el mismo Bolivar rante varios años en Bolivia como representante diplomático decía?
de mi pais, hace que yo escriba ahora estas líneas de fervoEn realidad la actitud del Libertador es en aquellos mo roso cariño por ella, en el número extraordinario que La Nación mentos la de un gran politico, quien no desea exponer su dedica a conmemorar el Centenario de la Independencia de prestigio, ni causar daño a la concordia americana, ni desobe las Provincias Altoperuanas.
decer con impulsos de Imperator las insinuaciones del Hombre Segui entonces, y he seguido después, con afecto fraternal de las Leyes, el que, desde su nido de águilas escudriñaba, los acontecimientos de la vida boliviana. He celebrado los con la clarividencia del más experto de los políticos, los hori progresos de Bolivia y he padecido con sus contratiempos.
zontes de todo un mundo nuevo.
No olvido la hermosura de su cielo, en donde las estrellas Mucho admiro la perspicacia minuciosa, el saber y las dis parecen estar más cerca de nosotros; ni se borra de mi retina ciplinas científicas del gran poligrafo boliviano, don Gabriel la impresión que me produjeron sus paisajes de un colorido René Moreno, el cual, siguiendo los senderos de una critica exótico y de un alma estática.
sutil, descubre en Bolivar el intento preconcebido de oponerse a la separación de las provincias alto peruanas de la pretenAdustas y metálicas montañas de un azul de cobalto, donde rosas dida hegemonía peruana. En estilo conciso, en veces áspero, solo vieron mis ojos; claro cielo que trascendía un fuerte aroma a cosas añejas, Gabriel René digno de Andalucia. almas discretas.
Moreno, moteja a Bolívar en uno de sus libros de autocrata y, no recuerdo, de cuántas cosas aún peores. Niégale títulos Admiré sus ciudades, llenas de recuerdos históricos y de suficientes para merecer el insigne honor de que llevara su leyendas de sabor heroico. Pasé bajo las arcadas vetustas de nombre la nueva república. El autor de Ultimos dias colonia las amplias casonas de Potosí, la de los tesoros soterrados, les en el Alto Perú y de tantas otras obras, en cuyas páginas la de templos que evocan las más suntuosas catedrales espa.
brilla la observación acertada junto al dato erudito, no creia ñolas. Por las estrechas callejas de aquella altísima ciudad en hombres necesarios, ni siquiera admitia que en un preciso del mundo, seguí los pasos de los personajes de La Bella momento fuera algún mortal centro obligado de una constela Floriana, la más linda y pulida página que conozco, evocación de voluntades.
dora de esos tiempos medioevales y de esa embrujada y fría La historia no discute el derecho que al supremo homenaje Potosi; de los cerros cenudos de la encantada ciudad de las poseía Bolivar. La justicia que es más quisquillosa, tampoco minas, descendi por entre nieve y en zig zags estupendos, lo pope en duda. Puede asegurarse que no seria Carlyle el mercedja la invención de los modernos motores, a la ciudad autor que colocaba don Gabriel René al acostarse, debajo de de los cuatro hombres, situada en el centro de la América, la almohada.
en las fuentes del Amazonas y del Plata: Charcas, la primiSi ha existido un mortal que merezca honor semejante tiva; Chuquisaca, la predilecta de los Incas; La Plata, sede de llevar el nombre de un pueblo. ese varón ha sido Simón altos poderes españoles, cuna de doctos varones, peripatéticos Bolivar. medida que crece y evoluciona el mundo que vió y enciclopedistas; y Sucre, la que mereció ser la primera eleal paladin en su blanco corcel sobre el escenario de los An gida para llevar el nombre del varón magnánimo, juez de los des, crece la figura histórica de Bolívar y se eleva el pedas guerreros, dechado de gobernantes y honor de toda la raza tal que sostiene su estatua.
ibérica.
El homenaje que le hizo el Alto Perú resonará al través Llega Bolivia al primer centenario de su independencia de los tiempos. Rómulo había trasmitido su nombre y su le después de muchas visicitudes. Pasó por la ordalia de los tiyenda a la ciudad de las siete colinas: Alejandro, aquel gueranuelos oscuros que fueron incapaces de aprender las lecciorrero semejante a un dios helénico, perduraba en los signos nes del magnánimo. En guerra nefasta padeció desmembrade la ciudad semi griega y semi bárbara. Sólo él, Bolivar, y mientos de su territorio, y aún espera de la justicia internacional Colón habían alcanzado una tan vasta consagración en el pen y de la inmanente de las cosas, una reparación equitativa.
samiento justiciero de los hombres.
Desde las cumbres heladas otea como cóndor de alas rotas, Con el correr del tiempo su efigie se elevaria sobre el. los horizontes marinos.
dorso de los Andes, en presencia del lllampu y del Illimani, El vasto territorio boliviano posee todos los productos de sempiternos centinelas que velarían ante las generaciones hu las zonas del planeta. En el maravilloso macizo de sus monmanas por el legado de su gloria de Libertador y de eupátrida. tañas guarda en colosal cofre de Aladino todos los metales.
Cuentan que en días presagiadores de la declinación de En sus valles paradisiacos de Sucre y Cochabamba madura y su vida, el héroe se entretenía en analizar los sonidos de lqs lozanea la manzana, compañera de las más hermosas y pen. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica