180 Reper torio Americano.
escoria que macula el ambiente de una sociedad que tiene Creación de un establecimiento especial, mitad clinica, pleno derecho a mantenerse limpia de inhumanas lacerias, mitad escuela, donde las madres pobres y sobre todo aquellas nadie tiene derecho a suponer en mis apreciaciones persona agotadas en el diario trabajo de los obradores, cuyos salarios les, eminentemente nobles, licenciosas tendencias. Me concreto, son siempre exiguos, reciban durante un período prudencial como veis, al análisis de las causas determinantes de hechos alrededor del momento culminante de la gestación, cuidados inconcusos, para cuya represión han sido inútiles desde el especiales, tierna y sabia asistencia de manos de enfermeras principio del mundo las trabas ilusorias de la moral social, preparadas, encaminada no solo a su reconstitución fisiológica, como lo comprueba el incremento alarmante que toman al sino a su mejoramiento espiritual, tan beneficioso en ese expresente el infanticidio y el aborto, crímenes monstruosos que cepcional momento en que moral y físicamente se desdobla precipitan dolorosamente la degeneración espiritual y fisioló una vida. Que no se concrete la acción caritativa a surtirla gica de la humanidad. Lo malo no está en conocer estudiar de alimentos para su personal sostén, o a la dádiva de unas estos hechos, animados de un hondo anhelo de atenuar sus efec mudas de ropa con que cubrir al hijo cuando nazca. Nada tos, sino en desconocerlos o negarlos. La verdad de la vida ejerce más benéfica influencia en el alma de la que guarda la no concuerda con las leyes morales existentes, por la razón su sublime dulzura de mecer en sus brazos a su hijo, que el prema de que ella, eterna y única, es «la ley. imaginarse por un instante capaz de trabajar gozosamente ¡Bajo el polvo de cuántas civilizaciones no ha estado preso para él. La madre que confecciona por sí misma, con las en el alma femenina como un ave celeste este ideal de re manos temblorosas de alegria, la canastilla del hijo, tiene por generación! Hora es ya, hermanas, de que impongamos el un momento la divina ilusión de que es feliz; la que prende cauterio de la verdad salvadpra a las llagas que nos corrom la azucena, de un lazo en el celaje de la prenda minúscula per y degradan. Nosotras, en esta hora trascendental, somos que ha de cubrir la seda del tierno cuerpecito idolatrado, como unos tristes médicos impasibles congregados alrededor. siente en su corazón los efectos de un mágico sedante. Un del lecho donde, bajo una sábana de oro, sabemos que se pupequeño jardín que cuidar; una página pura que leer; el condre algo muy grande. Estamos obligadas a apartar el suntuoso tacto de todas esas pequeñas cosas vivas, armoniosas y leves cobertor y a ver la faz roida del paciente, que es nada menos que nos besan el alma para siempre si nos rodean a la hora que la patria misma. Sería funesto equivocar, en esta hora de los grandes silencios de la vida, ha de ser el complemento suprema, el tratamiento de la dolencia repulsiva y múltiple de esa casa de paz y de esperanza. Pero en ella han de teque amenaza de muerte cuanto amamos!
ner cabida también todas las madres: las menesterosas, las Proteger, asistir, socorrer a las madres desvalidas; someter abandonadas, las que llevan en el seno la flor anónima de un a cuidados especiales el agotado organismo de la mujer en amor desdichado o la gota candente de un recuerdo mortal.
el periodo de la gestación, es una necesidad imperiosa; es un Recibir en la Campul de las madres a toda mujer necesitada empeño santo; mas no basta. Yo os pido más aun. Yo os pido el socorro moral, el auxilio espiritual que redime, que consuela, de amparo en ese trance aflictivo, no se considerará como que cura, que levanta, para todas las madres! Robustecer por impremeditada ampliación de un sentimiento de piedad. de la atención material cuerpos de madres para provecho de la todos modos noble y respetable; sino como medida profiláctica salud y el esplendor físico del fruto humano que de su carne contra el contagio vil del infanticidio, pavorosamente activo, y su dolor se cuaja, si es lo más importante de momento, es por desgracia.
problema de fácil solución. Lo grande, lo perdurable, lo radi¿Qué acaso acarrearia esta medida el peligro de fomentar cal, lo verdaderamente digno de voluntades de mujer, es el aumento de las uniones ilícitas? Tal vez. Ya lo he pensalvar el concepto de la Madre, es devolverle su majestad sado. Pero no! Nunca lo haría en la inisma proporción que la boca silenciosa del torno, abierta noche y dia en los muros augusta como principio y símbolo grandioso de la vida inmortal.
profundos de esas casas inmensas, siempre estrechas, levanY si se me pregunta que quién infama al ídolo supremo tadas por una dulce, por una sincera. por qué no procladel amor de los hombres, yo os voy a responder: marlo lealmente. por una santa, pero contraproducente pieLa sociedad, que despiadadamente la condena cuando el dad. El hospicio salva una sola vida, la del hijo; pero misterio de la fecundación se realiza en su seno sin su exmutilada para siempre por el dolor de su destino injusto: en el recinto de esa casa de paz con que yo sueño, se salpresa sanción; el gozador sin conciencia, que después de haber sembrado en sus entrañas generosas la seinilla del dolor varían los dos, el hijo y la madre, quien no llevaria ya eternamente sobre el corazón helado el sello innoble de su infinito, divulga y comenta entre el coro de amigos disolutos el sabroso sabor de su fortuna; el hijo, el niño. el niño. que renunciación inconcebible.
debiera ser espejo de su radiante majestad, cuando en mitad Que se castigue del modo que proceda, tanto al menor del arroyo lanza al hijo de otra la canallesca afrenta, como como al adulto, que en mitad del arroyo gritan la injuria ardiente saeta de rencor; la letra de molde, voladora, proteica, innoble donde el nombre sagrado de la madre es afrentado inacallable, que recoge en colores encendidos la historia de pública y brutalmente.
la violación brutal, del incesto monstruoso, del más reciente escándalo social salpimentado con maliciosa y vil delectación; Que se pida a la prensa cubana, qué tan gentilmente y por último, hermanas, para ser justa de una vez, ella misma, muestra su adhesión a las desinteresadas campañas de estos la madre, que se inmola, que se crucifica en la cruz de una congresos femeninos en pro de nuestra reeducación ciudadana, ultraterrenal resignación; ella, que se oscurece, que se do que modere, que suavice cuanto le sea posible el texto de blega, que se rebaja desde el principio del mundo, por no toda noticia criminal donde la honestidad de nuestras mujeres, tener el valor de rebelarse, de levantarse, una e innumerable, cualquiera que sea su condición social, esté comprometida de a exigirle a los hombres que por ella respiran y razonan, resalgún modo.
peto y devoción!
En suma, y para tratar de compendiar prácticamente en Que se propenda, por todos cuantos medios estén unas cuantas líneas generales mi magna aspiración, me atrevo nuestro alcance a intensificar y difundir la educación civica a proponer a la consideración de este Congreso el siguiente en la mujer, a desarrollar en ella el carácter desde una edad proyecto: temprana, a ponerla al tanto de todos sys derechos y de to. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica