146 REPERTORIO AMERICANO por GLOSARIO SENCILLO CUAL JUAL es el animal más perfecto? Si Un animal perfecto El elector se renueva en cada tema mi se me formulase tal preporada como cualquiera otro juguete.
gunta, no vacilaria en contestar: el Asi como llega el momento en que elector. El elector es una criatura, veinos llenarse las vitrinas con antiseria ya demasiado injurioso decir quido diáfano. Es en aquella zona faces, narices y cucuruchos para el que es un bicho o un ejemplar zoo penųmbrosa de la política convencio carnaval, o con los innumerables y lógico, o un sér, como preferirían los nal e hipócrita, donde se agitan in frágiles objetos que alegrarán a los metafísicos; una criatura que posee tereses realmente solidarios pero cuyo niños en la noche de navidad, tamtan maravillosos, y complejos instin espiritu de lucro les aconseja pasar bién suena la hora en que los del tos, un sistema tan aparentemente como enemigos ante el pueblo. es oficio sacan sus muñecos sufragantes, coordinado de acciones y de reac en ese limbo que circunda a los par los sacuden, los limpian, los barnizan, ciones, de esperanzas y temores, que tidos que por encima del latido hu y hacen los que les faltan. Todos logra con frecuencia dar la ilusión de mano cuidan de sus negocios y de hemos observado que después de que es un hombre, Ya el simple ciu sus bienes, donde pulula el elector veinte o más años de vivir en una dadano ha sido analizado con cruel con una tendencia incoercible a re ciudad pequeña, en donde todo el frialdad, y su esclavitud horrenda, producirse.
mundo se conoce, el día de, eleccio4. aceptada y deseada por él, ha dado Más que el loro, mucho más amie inédita, de tipo aproximadamente igual, nes vemos una gente rigurosamente motivo a desoladas divagaciones. El el mono, el elector, ese animal sabio ciudadano vive su azarosa vida ve que se acerca a la urna con un peque con la cual ni siquiera habiamos sojado, perseguido, mutilado, cohibido, ño sore en una de las patas delante ñado, y que llega, ejecuta determiatemorizado, por la ley que, en cam ras, lo deposita con cuidado y sale nados movimientos y se va sin que bio, le regala ese título irrisorio. Por otra puern haciéndoles a los jurados jamás logremos volver a encontrarla.
que es ciudadano y para que pueda una graciosa reverencia, se asemeja Son los electores, estos polichinelas conservar esa categoria, paga impues. al hombre, al hombre independiente animados, estos animales furtivos y tos, tolera el abusivo gravamen de que se rige a sí mismo, que se go prudentes, que los grandes políticos inocentes e improductivas actividasiempre por los dictados de dejan periódicamente escapar de su des, y tienc que adherirle una placa su conciencia. Para quien no sea un caja o de su jaula, pero que luego de nietal a su perro para que se le experto en la zoologia social, el su son recogidos con escrúpulo para sa. deje pasear con él a lo largo de las fragante pasaría por un individuo que narlos de los desperfectos que puavenidas llenas de un polvo asesino, avanza por su propia inspiración, que dieran sufrir.
satánica maceración de bacilos, y en llega solo al torii eleccionario, que. No es el elector, digámoslo para medio de las bárbaras estridencias no fué aleccionado ni conducido por ser justos, un animal voraz, pero sí.
de la mecánica puesta al servicio del nadie. Es un autómata construído con un animal goloso. Quienes lo conovértigo. Pero el elector, el sufragante, tan nimio esmero, con tan estricto y cen bien por haberlo amaestrado, es, como animal, un dechado más. minucioso cuidado de los detalles, prefieren siempre tenerlo a media completo.
que, como dije, es el primero en ilu ración, para conservarle agilidad y Es, por esencia, un animal de car sionarse y en concederse fueros de para mantenerlo en un estado fácil ga, un simple vehículo de ajenas persona consciente, los que suele a la cólera, propicio a la dentellada.
ideas; de ajenas ambiciones. El elec hacer respetar a tiros. Hay un rasgo, Por lo general, suele halagársele más tor recibe influencias extrañas, sin sin embargo, que lo denuncia y lo bien con bebidas que, recordándole saber nunca cuál es su origen ni a desnuda. El elector no se encuentra su desgracia, lo tornan agresivo. Pero dónde se encaminan. El tiene la ex solo nunca. Vive en inanadas, en esta es la culpa de los que lo manetraña facultad, que todavía no se ba grandes o pequeños rebaños, a veces jan. El elector por si mismo es un examinado con detención, de asimi sedentarios, nómadas a veces, y no animal paciente, lento, taciturno inlarse los conceptos de quienes lo se aparte del pastor sino muy pocos ofensivo.
apacientan, en forma tal que a poco metros. El elector abandonado, aisla(El Diario Nacional, Bogotá. andar cree que son propios, que na do, huye o se desbarata. El llena su cieron en su rudimentario pensamien función mecánicamente, y como esos to, que son de su exclusiva invención. caballos de los mayordomos y pajes La miseria infantil De ahí que se agite y se retuerza que se detienen en todas las tiendas en las manifestaciones públicas, en de los caminos creyendo que su ocalas reuniones de los comités, y lance sional jinete posee las mismas cos única miseria que no tiene exgritos continuos, violentos, cada vez tumbres de sus amos, el elector para plicación es la de los niños. Aunmás roncos, en los que repite con frente a cada urna trata de peneque no se tenga de ella la idea de aparente convicción el rabioso anhelo trar al jurado para introducir la bo que es el fruto maldito de la injusde ver aniquilada al adversario. Deseo leta que se le va colocando en los ticia social y de la organizacion ecosuicida, como es obvio, porque el dedos. Boliche trágico en ocasiones, nómica; aunque se piense todavía, elector azul o rojo no puede subsis rueda por el suelo, hecho pedazos, con un criterio bíblico, que es el castir sino mientras exista su contrario. roto por los proyectiles que disparar tigo de los pecados cometidos por el Desaparecido el uno, el otro no tiene los fantoches del orden. Sin embargo, miserable, por sus padres o por sus.
a quién señalarle los puños ni los lo más común es verlo en el cre abuelos; de todas maneras la pobreza dientes, a quien denostar y ofender, púsculo de las jornadas electorales, en los niños, cuando ya llega al exy entonces va cayendo en un sopor agitando desaforadamente los brazos. tremo de carecer de lo indispensable, cada vez más profundo, que es prechillando injurias y vitores, sin que subleva las almas, las entristece y cursor de la muerte. El elector de siempre sea fácil adivinar en dónde las conturba, repugna a nuestras instodos los colores se cultiva en el. se ocultan los artistas que con ipsu tintivas nociones de equidad. Si no mismo caldo, en un medio glutinoso, perable maestria agitan las cuerdas acertamos a concebir el dolor físico tan lejano de lo que pudiera ser una de ese pequeño y ululante mundo en los niños sino como una aberración pasta tersa y dura, como de un li de cartón.
monstruosa; si la muerte de un niño IN. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica