240 Repertorio Americano En cuanto llegó el mes de mayo, dejábamos aquella restaré al otro, balanza a que debe resignarse fatalsombría sala wa vez a la semana, y salíamos al mente quienquiera que tome la ciencia por sustento, campo. Aquello era una fiesta. Todos se disputaban Quedó hecha la compra. Mi prebenda universitaria el honor de llevar los jalones, repartidos en haces recibió aquel día copiosa sangria: dediqué a la adde tres; y más do un hombre, al atravesar el pueblo quisición del libro la paga de un mes, Un milagro do sentiase glorificado delante de todos por los doctos parsimonia tenía que cubrir más tarde el enorme déficit.
palos de la Geometría. Yo mismo. por qué negarlo? Devoré el libro, tal es la expresión. Aprendí el sentia cierta satisfacción en llevar religiosamente el nombre de mi abeja negra; lei por primera vez poraparato inás delicado, el más precioso, el famoso gra menores de costumbres entomológicas; en vueltos ante fómetro de cinco francos. Los lugares de operación inis ojos por una especie de aureola encontré los cran una llanura inculta, pedregosa, un harmas, nombres venerados de los Réaumur, Huber y Leon como dicen en el país. Ninguna cortina de setos vivos Dufour, y nientras hojeaba la obra por centésima me impedía vigilar a mi personal, y condición abso vez, una voz intima me susurraba vagamente: Tú luta, no tenía que temer para mis discípulos la irre tainbién serás historiador de insectos. Puras ilusiosistible tentación del albaricoque verde. La llanura nes. Qué ha sido de vosotras? Pero dejemos estos se extendía a lo largo y a lo ancho. cubierta única recuerdos, tristes y dulces a la vez, para volver a mente de tomillo en flor y de cantos rodados. Había los hechos y hazañas de nuestra abeja negra.
espacio libre para todos los polígonos imaginables; trapecios y triángulos podían combinarse de mil FABRE maneras. Las distancias inaccesibles estaban a sus (Costumbres de los insectos.
CALPE. Madrid. anchas, y aun una vieja casucha, que en otro tiempo fué palomar. ofrecía su vertical a las proezas del grafómetro.
Anécdota Pues bien; desde el primer día, hubo algo sospechoso que me llamó la atención. Envié un discipulo teamericanos un ejemplo, cuya influencia debe haber En la vida de Washington tienen los niños nora plantar algo lejos un jalón, y le vi que en el camino se detenía muchas veces, se bajaba, volvía a sido muy grande para inspirar el amor a la verdad.
lovantarse, buscaba y bajábase otra vez, olvidando la Siendo muy pequeño le regalaron una hachita, y alinoación y las señales. Otro, encargado de levantar para probar el filo, estando a solas, se puso a cortar los piquetes, se olvidaba de ellos, y en su lugar cogia el tronco de un cerezo, por el cual su padre tenía un guijarro; un tercero, sordo a las medidas de anmarcada predilección. El día siguiente. viendo éste el destrozo se quejó deseando saber al mismo tieinpo gulos, desmigajaba entre las manos un terrón. La mayor parte de ellos fueron sorprendidos chupando quién lo había cometido. El niño Jorges sin vacilar.
pajitas. el polígono parado. y las diagonales, en tiras: fui yo quien corte el árbol. Hijo mío, le fué le dijo estas palabras: Papá. yo no puedo decir mensuspenso. Qué era semejante misterio?
contestado, prefiero jorder los árboles todos del jarMe informé y todo quedó explicado. El discípul din a cogerte jamás en falsedad. huroneador de nacimiento y buen observador, sabía de mucho tiempo lo que todavía ignoraba el maesContada por Luis MANTILIA.
tro. En los guijarros dėl harmas, una abeja grande (Educación infantil.
y negra hace nidos de barro. En estos nidos hay mniel, y mis agrimensores los abrían para vaciar las celdas con una paja. Me enseñaron la manera de operar. La miel, aunque un poco fuerte, era acep: Leyenda maya table. Le tomé gusto yo tainbién, y me junté con LA PRINCESA ESCONDIDA los buscadores de nidos. Ya volveremos después al Del cenote (1) Xtucumbí Xuman (2) que existe en poligono. de esta manera ví por primera vez la abeja albañila de Réaumur, ignorando su historia y Bolonchén (3. se cuenta la leyenda maravillosa. Asi desconociendo a su historiador.
se llamaba. la doncella hija de Ulumil cech (1. Yucatán) y de Zamná (el rocio del cielo. Por su Este magnífico himenóptero, que tiene alas de hermosura llamó la atención del gigante Chaac, el color violado sombrío y vestido de terciopelo negro; dios de la agricultura, los truenos y los reláinpagos.
sus construcciones rústicas en los guijarros soleados Pero disgustada la madre de la princesa, hizo que entre el tomillo, y su mniel, que interrumpió las seésta se ocultara en la grutá de Bolonchén. Desespeveridades de la brújula y de la escuadra de agrirado de amor, el gigante hizo tronar el cielo, temmensor, impresionaron vivamente mi espíritu, y deseé blar la tierra y encenderse el espacio; y después de saber algo más que lo que me habían enseñado mis emprender muchas excavaciones logró encontrar a su discípulos: desvalijar las celdas de su miel con una amada. Quiere decir todo esto que para encontrar pajita. Mi librero tenía cabalmente en venta una el agua en Yucatán el hombre tuvo que horadar la obra magnífica sobre los insectos: Ilistoria natural tierra a brazo partido.
de los animales articulados, por Castelnau, Blanchard y Lucas. Estaba adornada con tantas. figuras, RAFAEL HELIODORO VALLE que cautivaban la vista; pero ¡era tan cara. Costaba tanto! Mas ¡qué importa! Mis suntuosos honorarios. 1) Corrientes de agua subterránea en Yucatán.
mis 700 francos tenían que dar para todo: nutrir el (2) Gran señora escondida. 0) Nombre maya de localidad en donde existen nueve pozos o cenotes.
espíritu y el cuerpo. Lo que. dé más al uno. se lo (4) Tierra de pavos y venados, Imprenta y Libreria Alsina San José de Costa Rica Nueva York, 1555. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacionat, Costa Rica