REPERTORIO AMERICANO 63 VERSO DECORATIVO UNA La niña vió a la luna en el azul estanque que en medio de los pinos servía de pecera. Piernas de cazadora, suelta la cabellera, y el fino seno blanco celoso de su arranque. De un elástico salto llegó junto a la fuente, hundió las blancas manos, tomó el disco de oro, y al cargar junto al cuello el redondo tesoro, la cabellera negra se le tornó luciente. huyó bajo las selvas. Su grito de alegria hasta los dulces nidos de las selvas subia, e, iluminando el bosque perfumado, la vieron, Cargada de la Juna, pasar los abedules, y siguiendo en el aire la curva de sus tules ejércitos de pájaros cantando la siguieron.
Es alta y es perfecta, de radiadas pupilas azules, donde acecha, perezosa, una Eva.
Su piel es piel de fruta. Su blanca carne nieva y sus trenzas se tuercen como gruesas anguilas.
Un bosque de oro crece en sus blancas axilas.
De los árboles rompe la yema fina y nueva.
Su boca es de la muerte la tenebrosa cueva.
Su risa daña el pecho de las aves tranquilas.
Pasó ayer a mi lado, las caderas redondas, los duros muslos tensos soliviando las blondas, los labios purpurados, y miedo tuve al verla.
Pues, de tal modo es ella, ya, la predestinada que, se comprende al verla, camina, abandonada, hacia el hombre primero que debe poseerla.
PALABRAS DE LA VIRGEN MODERNA DEJAD DORMIR CRISTO Dejad dormir a Cristo: desde el duro madero ha veinte siglos oye. Interceded por nos. De su pecho de palo, sensible al lacrimero, ya extragisteis, sobrado, lo que cabe en un dios.
Dejad dormir a Cristo y si estáis en naufragio hacia otro calmo puerto desamarrad las velas que, obligado a dentista por el mayor sufragio, bastante os ha curado los dolores de muelas.
Veneno le pedisteis para mojar la flecha, propicia sombra y viento para encender la mecha, lo bajasteis al lecho que el diablo presidía. Quién dijo que era un pozo jamás desagotado?
Huyendo de los hombres, por sobre algún tejado, habéis de verlo, en fuga, dejar la cruz vacia.
Dame tu cuerpo bello, joven de sangre pura, no moderno en el arte de amar, como en la hora que fué clara la entrega, en mi boca demora tu boca, de otra boca negada a la dulzura.
Si tu sabiduría no me obliga a malicia, ni tu mente cristiana me despierta rubores, ni huellas de hetairas enturbian tus amores en mi franqueza blanca todo será delicia. así como a la Eva, cuando, candida y fiera, las verdades supremas le fueron reveladas, me quedará en las manos, a tu forma entregadas, la embriagante dulzura de la fruta primera.
ALFONSINA STORNI Calle Cuba 3011. Buenos Aires, Rep. Argentina.
La Edad de Oro Ya está listo para la venta el tomo de LA EDAD DE ORO, lecturas para niños compiladas por el Editor del Repertorio Americano.
EI Indice da una idea de la calidad y alcances del libro: Uribe, Antonio: San Francisco y los pájaros.
San Francisco de Asís: Cántico de las criaturas.
Valera, Juanı: El pescadorcito Urashina. El espejo de Matsuyama.
Varios autores: Fábulas y cuentos en verso.
Epigramas.
Varona, Enrique J: Emerson dejó su ministerio sacerdotal.
Villanueva, Laureano: Clemencia del Mariscal Sucre.
Vives, Juan Luis: Solidaridad.
Whitman, Walt: Yo escucho el canto de la América, Dirfjase a la Librerfa Tormo o al Admor. del Repertorio Americano.
El tomo de 160 páginas cuesta 25 (35 ctvos. oro am. Para sus hijos, para sus alumnos: Como premio, como libro de lectura. Para las Bibliotecas Escolares.
Rana. Los juegos. Sobre las abejas. Los árboles. La lluvia.
Junqueiro, Guerra: La molinera.
Laval, Ramón A: Cuentos chilenos de nunca acabar.
Lugones, Leopoldo: El poder de la ilusión. La burra coja.
Machado, Manuel: Castilla.
Martí, José: El cuento de los cuatro elefantes. Cultivo una rosa blanca. Tiene el leopardo un abrigo. Los dos principes.
Carta a su madre. Petrona Revolorio.
Masferrer Alberto: La historia del carbunclo.
Mistral, Gabriela: El cardo. Obrerito.
Montalvo, Juan: Elogio de la pobreza. Sin buena voluntad, no hay caridad.
Nervo, Amado: Llenalo de amor. Enciende tu lámpara. Dar.
Palma, Ricardo: Anécdota. La fiesta de San Simón Garabatillo. El alina de Judas.
Pallais, H: Los caminos después de la lluvia.
Quiroga, Horacio: El loro pelado. La abeja haragana.
Rojas, Aristides: El florero de los Washington. Los restos de Bolivar llegan a Caracas.
Tolstoi, León: La leyenda del rico.
Unamuno, Miguel de: Parábola de los segadores.
Afanasiev: La Zorra, la Liebre y el Gallo, Anónimo: Romance del Conde Arnaldos.
Azorín: La raposa mortecina.
Banchs, Enrique: La gaviota.
Borquez Solar, A: Las flores.
Brenes Mesén, R: Sueño de Cádiz.
Caballero, Fernán: Tio Curro, el de la porra.
Cajal, Ramón y: En el cuarto oscuro.
Caldas, Frco. José de: La nivelación de la papa y del maíz.
Castillo Lendón, Luis: El cacao.
Darwin, Carlos: Darwin se siente avergonzado. El Jaguar.
Dominguez, Manuel: Todo se utiliza en el algodonero. Gamboa, Isaías: Excelsior.
Gómez, Máximo: Carta.
Guido y Spano, Carlos: At home.
Guzmán, Ernesto A: Agua de riego.
Herodoto: La aventura de Arión. Coloquio entre Solón y Creso. Muerte de Atis.
Creso en poder de Ciro.
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Alfar Mensuurio Director: JULIO CASAL Cantón Pequeno, 23. La Coruña, España. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica