70 REPERTORIO AMERICANO Queuer feleindad chickenesta sogleptes La cueva de la raposa moaras de un an, apaclusivamente blos, no sean capaces de ninguna Una casa para cada familia. fajusticia grande y eficaz! Son formumilia, es padre, madre, niños.
listas, idólatras de los, fetiches que posa, y un nido para cada avecita, y Que la Comunidad le dé su casa ellos mismos labraron, y después, hasta una guarida para cada lobo y a cada familia, para mientras la famicuando el idolo asumió forma de dios, hasta un hoyo para cada reptil. por lia subsiste. Se disolvió? Entonces se llenaron de miedo, y le veneraron qué. Señor! no ha de haber un hogar recobra aquélla la casa, y la cede a.
como a un dios de verdad.
para cada hombre y cada mujer que la familia nueva que se forme.
Respeto, veneración, adoración, mi necesiten donde guarecerse a criar Padre, madre y niños. No hay mos y homenajes, incienso, campanas su niño, a esconder su amor y a niño, por la sangre. No hay hijos y altares, para sus Constituciones modelar y afinar sus almas?
nacidos de las propias entrañas? Pues ineptas o inocuas. Mas, para la Divi La ciudad.
que los haya del espíritu, por adopna Constitución de Dios, para las En el centro, palacios, hoteles, casi ción, nacidos de la Caridad, que vale.
Normas Supremas de Justicia y de nos; en los barrios sanos y alegres, más inmensamente que la sangre.
Amor, que deberían ser el alma de mansiones, chalets, villas; delicias y No puede haber familia sin hogar, toda institucion, para eso, nada. holguras para los amos. la orilla, ni hay hogar sin casa propia y esta Por eso, siglos van, siglos vienen, en el suburbio, para los pobres, me ble. Entonces, și la familia es pobre, y van y vienen naciones y civiliza sones, tugurios, covachas, cuchitriles y más si es desvalida, iqué cosa más ciones, y la ciudad es la misma forjados con tablas podridas, con guan natural, humana y justa, que la comutriste, infeliz copia de la antigua ciu gochos, trozos de acapetate enmohe nidad les haga el nido, la casa, la dad, hecha para la vida y el gocecidos, pedazos de lata oxidada, tiras guarida, a más no poder?
de unos cuantos, y para el tedio y de petates chinchosos, vejez, mugre, Pero, y los ricos ¿de qué alimenla enfermedad y el sacrificio de los hediondez, oscuridad y melancolia y tarán su riqueza. Cómo se harán más.
estrechez y asfixia. y ahí dentro, todavía más ricos?
Así fué Babilonia y así es París; criaturas de Dios, hacinadas, apelma De mil maneras: Para eso hay lujo, así fué Roma y así és Nueva York; zadas, incubando venganza, odio y teatros, vinos caros, joyas, vestidos asi fué Ninive y así es Londres; asi rencor. y ahí dentro, criaturas de suntuosos, carruajes, y diez mil inson las ciudades de Europa, y así Dios, a quienes los otros llaman con venciones de la locura y la soberbia.
sus estúpidas imitaciones de América. ciudadanos, compatriotas, prójimos, Sobra qué vender. Sobra en qué neUna ciudad ¿qué debería ser sino hermanos, hasta hermanos. gociar. Sobra de qué amasar millones, la unión de gentes, ubicada en sitio ¡Señor! en una ciudad, dondequiera sin necesidad de arruinar el alma y común, donde hubiera un hogar para que los hombres se agrupen a vivir la vida de los pobres, negándoles lo cada familia. por qué no un hogar juntos bajo una autoridad y un régi que tienen las aves del cielo y las amplio, seco, luminoso y aireado men que eso es la ciudad haya bestias del campo.
alegre?
una casa para cada familia, y no Si hay una celdilla para cada abeja, más de una casa para cada familia. ALBERTO MASFERRER y una celda para cada uno de los Una casa amplia, suficiente, desahocastores, y una cueva para cada ra gada, alegre y buena y bella. Pero San Salvador, Junio de 1925 De los poemas pesimistas Del árbol caído.
El desprecio me envuelve, pues. Del árbol caído, dice antiguo refrán, que «todos hacen leña. La leña sin embargo, un árbol florecido fué junto a los caminos; su gracia ribereña, ojo de agua de mansas parábolas, decía: Soy, para los que pasan, la mejor bendición: los ciervos de la fuente, los pájaros del día, deshojan las dormidas rosas de mi canción.
Pero tú, ni maestro, necias caricaturas de clases y remedos locos, tus enseñanzas.
Sus latines, sus misas. qué saben estos curas, de métodos modernos de prácticas andanzas. Si viven en las nubes. Si nunca están al dia! si estudian es como, si no estudiaran nada.
Parásitos de aquella vieja filosofía muy «calaveras fiambres» ha siglos olvidada.
Esta lena del árbol, quién sabe cuántas rosas deshojó, bajo el palio de la rama florida, mientras las ignoradas lágrimas de las cosas caian, gota a gota, del ojo de la vida.
Esta leña del árbol, caída y silenciosa, será lengua de nuevo Pentecostés, mañana y paráclita joya de la divina Esposa y lámpara encendida, parábola cristiana de las virgenes sabias, niñas iluminadas: Felicitas, Perpetua, Cecilia, Inés, Blandina.
Estas son las princesas nin vistas, nin tocadas, a la sombra dichosa de la Gracia divina.
Esta leña del árbol caido, será llama, para que transfigure su rostro la verdad, plenitud de los ojos abiertos, oriflama del Reino de Sor Clara, suprema claridad.
Dirías una huella de Cristo, silenciosa, donde ni una palabra perciban los oídos.
Viéndola ſqué fragancia. qué buen olor de rosa!
tuvieron mis discretos hermanos escondidos.
Pero tú, ni maestro, una rama podrida, tan huérfana y tan viuda. servirá para leña. Qué importa. si tus nuevas mayúsculas de vida, tendrán color marchito de nostalgia que sueña, de antiguo y silencioso manoir, en mi Bretaña, de canales flamencos, de historias olvidadas, en mi Brujas la Muerta, que gótica se baña, en una luz esquiva de sombras encantadas. PALLAIS, Pbro.
León de Nicaragua. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica