REPERTORIO AMERICANO 115 unido, con toda su alma, a San Martín, su hermano predilecto, guarda su propia tierra, para si y para todos, y la sella y confirma con la resistencia heroica, y con la inmolación propia y de su pueblo. Mientras aquéllos, todos los andinos, conglomerados en haz glorioso, van hacia la victoria, que los recibe en «Chacabuco. 1817) y los confirma en «Ayacucho. 1824. éstos, los orientales de ARTIGAS, solos con el portugués, luchan y caen desangrados, rendidos de fatiga, con su caudillo, como no podia menos; dan la vida por la vida, el todo por el todo.
La primera «República Oriental o Provincia Oriental» parece no existir en ese momento; pero existió para siempre; es un muerto, al parecer; pero ¿es acaso lo mismo ser un muerto que no ser?
Cuando se afirma que el año 1824, el año de «Ayacucho. es el terminal de la dominación española, no se dice toda la verdad. Lo es en el Pacífico, no cabe duda.
donde la aparición de la República de Bolivia, desprendida, tras el gran combate, de los virreinatos andinos, es, efectivamente, la última manifestación de las nuevas vidas.
que saltan del conglomerado español, hecho pedazos por falta de cohesión orgánica.
Pero este trozo del Continente entre el. Plata y el Atlántico, con su plaza fuerte española en Montevideo, éste también es parte de aquel conglomerado. Mientras no se restituya a él arrancándose del portugués, del que es refractario; mientras el Rio de la Plata no corra, en ambas márgenes, por tierras de lengua española, no puede decirse que el patrimonio de España esté todo en manos de sus hijos vivos.
Este año de 1825, en que esa Provincia o Estado Oriental, realiza, como el de Bolivia, su obra propia, reincorporándose a la gran familia, al par que declarando su propia vida, es, pues, el que cierra el ciclo de la independencia continental.
Es ese espíritu el que mueve a los orientales, no bien llega a su noticia el triunfo de Ayacucho; es el que los lleva a ocupar su puesto entre los vencedores de que ellos forman parte. Llaman a éstos en su auxilio, a todos los hermanos vencedores: a los de San Martin, a los de Bolívar, a los chilenos de Higgins, a los colombianos de Sucre, a los Estados occidentales del Uruguay y el Plata, sobre todo, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, que por su unidad geográfica natural han de conglomerarse en la gran familia argentina. Los orientales quieren reincorporarse a todos ellos, como Chile, como Colombia, como Buenos Aires; juzgan, y juzgan bien, que esa reincorporación «es su derecho, y la verdadera y sola forma de su propia independencia. eso es lo que van a decir en su Declaración de la Florida: proclamar la ley de la América española: todos para todos.
La ley del pasado y la del porvenir.
Pero si bien esperan esa unión, que ha sido y es la fuerza de todos y cada uno, no aguardan a que el auxilio llegue para obrado, legislado, sino el que «se han senarrojarse a la empresa; se lanzan a ella tido el alma en forma más o menos nebucon impaciencia febril y sin pérdida de mo losa. Que los pueblos, como los astros, apamento; se aventuran solos, seguros de arras recen asi; sus cunas están envueltas en trar tras de sí, como el núcleo del cometa cortinajes de nubes. Dónde estabas tú, dice lleva su cauda luminosa, toda la estirpe de Dios a Job, el formidable profeta del deque son y quieren ser miembros.
sierto, donde estabas cuando Yo envolvía eso es el grupo de Treinta y Tres» la tierra en sus nieblas, como se envuelve hombres, acaudillados por Lavalleja, capitán un niño en sus panales?
de ARTIGAS, que desembarca en la «Agra Ni siquiera son los héroes personales, por ciada» el 19 de abril de 1825. eso la de venerables que sean, y pese a las fórmulas claratoria de la Asamblea que, reunida el de Carlyle, quienes pueden señalar, con 25 de agosto del mismo año, en la Florida, sus nombres, los momentos oscuros y luproclama los dos extremos del pensamiento: minosos al par, en que aparecen los unila propia vida dentro de la vida continen versales de los pueblos, las nebulosas espital, de la platense sobre todo. Declara rotos rales. Sólo debe respetarse el magnetismo, y disueltos todos los vínculos que la atan oimos decir a Emerson, que somete las tribus al rey de Portugal, y que el mismo pueblo y las razas a la ley de la polaridad. el brasileño, que no es enemigo, por cierto, mismo Emerson nos incita a ir en busca de del oriental, romperá más tarde: la Nación ese «magnetismo. no de las limaduras, de se proclama libre e: independiente de ese acero. Lo son los mismos héroes, para él: rey, del emperador, su hijo, que le sucede, sólo limaduras. Quién es capaz de decir, y de todo poder del Universo. se declara, escribe en sus Ensayos, si Washington es un por fin, al mismo tiempo, unida a las de grande hombre. Quién si lo es Franklin?
más Provincias o Estados del Río de la ¿Quién si lo fué alguno de los doce, de los Plata, en el territorio de América del Sur seis, de los tres dioses mayores de la fama?
por ser libre y espontánea voluntad de los Ellos también aparecen y desaparecen ante pueblos que la componen, manifestada desde lo eterno.
el primer periodo de la emancipación polí El que bien penetra en ese orden de tica: es decir, miembro, como lo proclamó ideas, sólo él puede comprender cómo y por ARTIGAS desde el principio, no de la familia qué los pueblos de América hemos consaportuguesa, sino de la española, que acaba grado, como fecha de nuestro nacimiento, de conquistar, toda reunida en el Pacífico, las de nuestras declaraciones de voluntad su independencia total y la particular de colectiva, por balbucientes que sean. Fácil cada Estado, en la batalla de. Ayacucho. es incurrir en confusiones y aun en errores Esa memorable declaración, tanto la de invencibles, sobre eso, que pueden llegar a sentirse «un todo. como dice Emerson, ser quebrantos del amor. para eso exiscuanto la de sentirse «una parte de un ten las celebraciones: para substituir el anátodo mayor, tiene un carácter definitivo lisis por la pasión, que es lo solo que jamás irrevocable, que debe comentarse a la luz se equivoca en los pueblos: el corazón, de la historia que la precede y la sigue. primum vivens, ultimum moriens. Cuál es No lo vemos más definitivo en ninguna de el pueblo, así sea el más histórico de la las de América, animadas todas, sin em tierra, que conoce bien su propia historia, bargo, desde las primeras hasta las últi lo que se llama conocerla. cuál es el mas, del mismo espíritu, que es lo que se que no conoce, el que no percibe o siente llama la infrahistoria. Los otros Estados no la propia vida? Esta no es una narración, tuvieron necesidad de declararse incorpo ni una comprobación o razonamiento, sino rados los unos a los otros, porque ya lo otra cosa, otra función superior a nuestras poestaban; ninguno había sido arrebatado como bres facultades del pensamiento, función a la el oriental, a la familia. que Maeterlink llama «nuestra alma divina. Es, pues, ese momento el que ha de ce y que existe en los pueblos y es forma lebrarse y se celebra. Las victorias de los substancial de su cuerpo visible.
orientales, solos todavía durante el año 1825, Una obra, dice de Sanctis, tiene su in«Sarandi. Rincón Santa Teresa. que lletención en sí misma, y poco importa cuál nan ese año clásico del Uruguay: las que, haya sido la intención del autor.
desde que comienza el año siguiente, 1826, La verdad es que no tenemos gran inobtienen aquellos unidos ya desde entonces fluencia sobre nuestro «yo. a los hermanos ultraplatenses que han acu ¿Qué he liecho yo hoy de inmortal? Acaso dido, como no podían menos, al llamado de el haber dejado en otro corazón una cerla sangre: la jornada final de «Ituzaingó. teza que no tengo en mi mismo. He ganado hecha eficaz por la vertiginosa invasión de mi dia.
Rivera, el hermano de Lavalleja, a las «MiEsa declaración de la Florida, que el siones Orientales. la constitución, por fin, Uruguay consagra y celebra jubiloso con del nuevo Estado, todo eso arranca de todos sus hermanos, esa del año 1825, es aquel momento, que podemos llamar, con más clara quizá, más precisa, que las anteEmerson, el momento universal, y se con riores de los demás Estados de América, centra en él.
el mismo Uruguay de 1810 entre ellos, que Primum vivere, deinde philosofare. Ante se dicen independientes, y con razón, pese todo, vivir; después filosofar, obrar, crecer, a sus protestas de fidelidad al rey de Esllegar. Los Estados americanos, unánimes, paña; pero es más clara sólo porque es no han consagrado el momento en que han posterior a aquéllas; porque, gracias a ellas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica